«Manifiesto Conservador», Jordan Peterson

Como uno de los iconos prominentes de esta batalla, Jordan Peterson (psicólogo clínico y autor de bestsellers) trata de definir lo que significa ser conservador. El 17 de septiembre de 2022, Jordan Peterson publicó en YouTube su Manifiesto Conservador en dos partes. Leyó este documento que ha escrito en los últimos cuatro meses. Su manifiesto es la culminación de décadas de experiencia, perspicacia política y colaboración con personas de diferentes partes del mundo y del espectro político. Apenas unos días el Manifiesto se publicó en Alemania, Fontis Verlag, 2023. 88 páginas.

Como uno de los iconos prominentes de esta batalla, Jordan Peterson (psicólogo clínico y autor de bestsellers) trata de definir lo que significa ser conservador. El 17 de septiembre de 2022, Jordan Peterson publicó en YouTube su Manifiesto Conservador en dos partes. Leyó este documento que ha escrito en los últimos cuatro meses. Su manifiesto es la culminación de décadas de experiencia, perspicacia política y colaboración con personas de diferentes partes del mundo y del espectro político. Apenas unos días el Manifiesto se publicó en Alemania, Fontis Verlag, 2023. 88 páginas.

En la contraportada del libro se lee:

«Estamos experimentando conmociones en los mismos cimientos: lo que actualmente se manifiesta principalmente como una crisis global y económica es, en el fondo, una profunda crisis de significado y valores en la cultura burguesa occidental. En su evocador panfleto, Jordan Peterson describe cómo la ignorancia y un escepticismo arrogante sobre la herencia intelectual y espiritual de nuestra civilización están erosionando su identidad e integridad en igual medida. Aboga por una nueva mirada a ese canon intemporal de valores, en cuyo resplandor cada generación puede determinar su propia búsqueda de significado y verdad, y del poder formativo de las virtudes clásicas, en cuya estructura ética el individuo es responsable de sí mismo. y otros pueden. Peterson establece sin miedo su manifiesto como un baluarte contra la falta de sentido, la desesperación y la desorientación. Está dirigido a personas de buena voluntad que estén dispuestas a luchar juntas contra las fuerzas de la destrucción. Se preocupa por la fe, el amor y la responsabilidad y las bases de la vida que dejaremos a la próxima generación.»

El Manifiesto Conservador tiene sus raíces en el centro-derecha occidental y en la filosofía liberal clásica. En su introducción, Jordan Peterson declara que el Manifiesto Conservador pretende lo siguiente:

Proporcionar una «visión positiva para el futuro» del conservadurismo; representar las virtudes fundacionales occidentales de tradición, comunidad y responsabilidad, que últimamente han sido atacadas y puestas a prueba; poner a prueba cómo los conservadores, los liberales y los centristas tratarán dicho manifiesto; llevar las bases teológicas y metafísicas de la filosofía occidental a los debates cotidianos y a las políticas sociales.

Aunque el Manifiesto Conservador parece enfrentarse al Manifiesto Comunista, Jordan Peterson no quiere que se convierta en un instrumento de propaganda ni que tenga la última palabra. En su lugar, el Manifiesto Conservador pretende invitar a todo el mundo y definir lo que significa ser conservador hoy en día.

Una crisis de sentido

Los ciudadanos y las instituciones de Occidente han empezado a perder su estabilidad y moralidad a causa de «una profunda crisis de sentido». Este desorden y la duda destruyen el sentido de unidad y competencia voluntaria de esta civilización. Por desgracia, esta presión también se ha extendido a la población mundial.

Éstos son los causantes de esta crisis de sentido:

Los intelectuales han cuestionado descuidadamente y sembrado la duda sobre los valores y el trabajo, que proporcionaban orientación y estabilidad durante las crisis. La gente se ha vuelto ignorante de la naturaleza, la realidad y los principios de razonamiento moral. Tampoco han sabido comunicar sobre estos temas. Algunos creen y enseñan que todas las creencias, acciones e instituciones sociales provienen del «deseo de dominar y explotar».

Esta mezcla de ignorancia, arrogancia y desconfianza ha provocado una frustración y un agravio generalizados que se utilizan para demonizar y dividir. Además, esta idea exige «una virtud moral falsa e inmerecida». En última instancia, tales creencias han llevado al mundo por mal camino, sin esperanza y amargado.

La narrativa actual se ha visto dominada por las batallas entre clases e identidades. Por ejemplo, hombres y mujeres son pintados como rivales y enemigos. Negros, blancos y morenos están igualmente divididos. Otros incluso han minado el valor de la humanidad y de la reproducción por su apocalíptica fatalidad.

Los intelectuales creen que una «educación» adecuada puede poner fin a este ciclo de culpa y desconfianza. Sin embargo, sólo profundiza el cinismo y el odio entre unos y otros. ¿Qué pueden ofrecer entonces los conservadores?

La solución que dan los valores tradicionales

La miseria y la discordia actuales de la sociedad demuestran que esos intelectuales están equivocados. Dado que sus sustitutos morales sólo aportan desdicha y vacío, podemos afirmar que las instituciones y los valores occidentales de siempre no son fundamentalmente engañosos y torcidos. Debemos revisar las verdades morales abandonadas, ya que muchas personas tropiezan y sufren en su ausencia.

Estos son los importantes valores tradicionales que los conservadores deben redescubrir, debatir y preservar:

Humildad

Libertad

Autonomía

Verdad

Agencia

Identidad

Mérito

Responsabilidad

Tradición y comunidad

Administración

Justicia

Unidad

Estas características nos ayudan a comprender y abordar los actuales frentes de batalla financieros y éticos. Proporcionan una lente para la pobreza, la desigualdad económica, la virtud y el contrato social. Por lo tanto, estos valores son la base de lo que significa ser conservador hoy en día.

  1. Humildad

La humildad incluye aceptar que uno no puede saberlo todo. De ahí que esta virtud anime a la gente a escuchar las opiniones y puntos de vista de los demás, por mal informados que parezcan. Contradice el autoritarismo porque se opone a cualquiera que pretenda tener soluciones definitivas y completas. En este sentido, la humildad impulsa a las personas a persuadir en lugar de forzar o exigir.

La humildad es vital para aprender y comprometerse, lo que a su vez mantendrá y mejorará lo que ya ha sido construido, validado y estimado por la sociedad.

                 2.    Libertad

La libertad no es preciosa porque permita los impulsos, el placer, la estimulación y el beneficio egoísta. Por el contrario, la libertad permitirá a las personas alcanzar su potencial de la mejor y única manera que consideren oportuna. También tienen libertad para relacionarse pacíficamente, ser productivos y decir la verdad. Sin restricciones infundadas, las personas pueden criticar constructivamente e innovar soluciones y posibilidades que pueden impulsar a la sociedad hacia adelante.

Sin embargo, la libertad requiere responsabilidad mutua y una ética basada en la verdad y enraizada en los valores que promueve el Manifiesto Conservador.

  •   Autonomía

Constantemente surgen nuevos problemas; deben surgir nuevas soluciones para superarlos. La autonomía permite que esto ocurra, ya que cualquiera puede aportar respuestas impredecibles pero específicas a estos problemas. De ahí que las personas autónomas ofrezcan sus experiencias, habilidades y antecedentes únicos para ayudar a su comunidad a adaptarse.

Hay que permitir que la gente discuta sus ideas y aporte lo que sabe para lograr esta virtud. También deben tener la oportunidad de trabajar con sus capacidades adecuadas y oportunas.

Esta variación ascendente y distribuida conducirá a la mejor solución disponible para los problemas de la sociedad. Juntas, estas comunidades autónomas pueden coordinarse y unificarse para combatir los peligros y dificultades que se avecinan. Al disponer de soluciones pertinentes y particulares, las personas autosuficientes pueden maximizar sus recursos y opciones. En última instancia, la autonomía deja más espacio para la abundancia y el lujo.

El libre mercado debe proteger y promover esta autonomía. Al fin y al cabo, este sistema y principio económicos se han convertido en los cimientos de Occidente. El libre mercado impulsa a los proveedores y a las personas a decidir voluntariamente, adaptarse, determinar el valor y esforzarse. Por lo tanto, proporcionar autonomía hace factible un futuro mejor a pesar de las incertidumbres.

  • La verdad

A medida que el mundo evoluciona constantemente hacia el futuro, surgen problemas inesperados. Sólo podemos encontrar la solución mediante un auténtico intercambio de ideas. Como ya se ha dicho, debatir y sopesar las distintas perspectivas es una sabia estrategia para llegar a una solución adecuada.

Sin embargo, el diálogo no sólo conduce a remedios o respuestas concretas. A medida que la sociedad se esfuerza por alcanzar una dirección única a través del discurso, construye una ética que puede unirla. Este proceso les ayuda a obtener la verdad, una realidad objetiva e innegable con la que pueden estar de acuerdo pacífica y confiadamente.

Esta realidad nos ayuda a darnos cuenta de que la verdad no reside estrictamente en un volumen de hechos. En cambio, podemos encontrar la verdad a través de la búsqueda auténtica de lo que es ético y válido. El proceso de escuchar y responder de verdad salva las divisiones entre razas, sexos y partidos políticos. Por tanto, todas las libertades dependen de la libertad de expresión. No por una gratificación impulsiva, sino por su papel para ayudarnos a alcanzar la verdad.

Por último, todos deben darse cuenta de que encontrar la verdad es la gran búsqueda de la vida. Sin este propósito, uno sufrirá de nihilismo, desesperanza e irresponsabilidad.

Debes leer: Breve reseña de 12 reglas para la vida de Jordan Peterson

                   5.    Agencia

Los izquierdistas dividen a la humanidad en grupos interseccionales basados en la preferencia sexual, la raza, las ideologías y la posición social. Sin embargo, dividir a la gente en clases elimina su independencia y soberanía. Se desmoralizan, se encadenan a sus luchas y odian a otros grupos.

Los conservadores deben restaurar el principio occidental de autoagencia. Deben luchar contra las ideas que degradan a la humanidad como inherentemente corrupta y opresora. En su lugar, el conservadurismo debe representar la fuerza de voluntad para ser productivos, seguir adelante y cooperar. Esta decisión consciente fomenta la buena voluntad, la amistad y la cooperación. Además, aceptar los deberes conlleva recompensas reales, que sirven de base para una vida sostenible.

La autoagencia da a las personas un sentido de la aventura para alcanzar su máximo potencial. Este valor también les anima a asumir responsabilidades y superar los retos de su educación. Por ejemplo, la autoagencia impulsa a hombres y mujeres a casarse y fundar familias a pesar de las crisis y exigencias del mundo.

En última instancia, la autoagencia es la clave de la felicidad y la sociabilidad.

                 6.    Identidad

Muchas personas se identifican y etiquetan a sí mismas según sus emociones y sentimientos subjetivos. La mayoría se dejan llevar por la imposición de sus «derechos» y «privilegios» como miembros de una categoría social. Peor aún, pueden infligir esto por hedonismo y rechazo a la responsabilidad de dar y recibir.

Sin embargo, las personas deben cultivar la identidad no insistiendo en cómo sienten o piensan. Al contrario, se establece por cómo una persona trata a sus seres queridos, amigos, compañeros de trabajo y a todos con los que interactúa, incluso a sí misma.

Por tanto, la verdadera identidad de una persona no sólo surge de su mente, sino que es un «acuerdo negociado» entre ella y todos los niveles de la sociedad. Establecerla requiere reflexionar cuidadosamente sobre cómo te comportas y tratas voluntariamente a los demás como «individuo soberano». En lugar de alabarse a sí mismo por su autoidentidad percibida, concéntrese en cómo trata a su cónyuge, a sus hijos, a su empresa y al gobierno. Una mentalidad así te libera del ensimismamiento y la autocomplacencia, motivándote a ser mejor persona.

                      7.    Mérito

Todas las personas tienen habilidades únicas que pueden aportar a su comunidad. Sin embargo, en la naturaleza, la mayor parte del progreso y la productividad de la sociedad proceden de un pequeño círculo de personas altamente eficaces. Por ello, debemos recompensar la excelencia y ofrecer oportunidades a las personas que buscan ofrecer su oficio y sus conocimientos.

El mérito anima a la gente a ser creativa, contribuyendo al florecimiento de la sociedad. Además, el reconocimiento de los rasgos y talentos de las personas sirve de norma e inspira a los demás. Un sistema de recompensas de este tipo fomenta la finalización de las tareas y la creación de redes sociales en el mercado libre. Así pues, nuestras instituciones sociales deben ser meritocracias que valoren el empleo, las opciones productivas y la colaboración.

                   8.    Responsabilidad

Ante las amargas tragedias de la vida, necesitamos un ancla valiosa que nos mantenga firmes. El cinismo, la ingenuidad y los placeres a corto plazo nunca pueden proporcionar estabilidad. La responsabilidad sí. Así que no te evadas, ¡soporta tus cargas!

En medio del caos y el dolor del mundo, encuentra la estabilidad en el mantenimiento de las relaciones, las amistades y los compromisos. Acepta los deberes y ama el trabajo; ya sea religioso o espiritual. Esfuérzate por mantenerte alejado de conflictos o desacuerdos evitables para lograr la paz a largo plazo.

Como conservadores, debemos promover el matrimonio. Busca lazos que enriquezcan el compañerismo, la estructura y un sentido de propósito que pueda mantenerte motivado y animado. Además, cultiva la responsabilidad luchando contra las tentaciones que violan tus valores. Sacrifica esas gratificaciones y opta por realizar tareas complejas pero beneficiosas para tu futuro. La responsabilidad puede ser el primer paso para fomentar tus talentos y privilegios.

Sin responsabilidades, una persona puede sentirse desesperanzada y sola. Estas emociones pueden conducir al peligro y al resentimiento. Por lo tanto, la responsabilidad expía a las personas de la culpa, la impotencia y los pensamientos que las limitan.

           9.    Tradición y comunidad

La civilización occidental surgió de filosofías individualistas enseñadas en Roma, Atenas y Jerusalén. Occidente ayudó a inaugurar una era de relativa paz, productividad e influencia predicando y persiguiendo la libertad y los derechos individuales.

Sin embargo, los conservadores no deben idealizar el aislamiento o el egoísmo. Las relaciones sanas nos ayudan, y la comunidad se mantiene cuerda. Recuerda: nunca puedes llegar a ser feliz solo. Sin otras personas, sólo tienes tu ego: puedes caer en una perspectiva superficial y atrofiada. Tus relaciones también te ayudan a entrenar tu integridad, desinterés y solidaridad, principalmente cuando ayudas a levantar a la gente de sus pruebas y dificultades.

             10. Corresponsabilidad

El diccionario define la mayordomía como «la gestión cuidadosa y responsable de algo confiado al cuidado de uno». Como conservadores, debemos salvaguardar nuestra armonía con el mundo natural porque dependemos de él para sobrevivir. Pero debemos estar en guardia para no caer en una mentalidad apocalíptica que demoniza a la humanidad como parásitos. Esta creencia degradante se ha convertido en la fuente de una respuesta global imprudente que puede empeorar la difícil situación del planeta.

Asimismo, debemos proteger los frutos de la cultura: nuestra historia, nuestro comercio y nuestro patrimonio. Transmitámoslos a la siguiente generación y esforcémonos por promoverlos.

Como administradores de la naturaleza y la cultura, debemos equilibrar ambas.

El ingenio humano ha impulsado el progreso científico y tecnológico, mejorando los problemas sociales y la pobreza. Por ello, en lugar de centrarnos en los terribles escenarios del fin del mundo, debemos inspirar a los jóvenes para que sean valientes a la hora de enfrentarse al futuro. El mañana nunca estará libre de amenazas y peligros. Sin embargo, nada debe impedirnos crecer y apreciar la vida.

                    11. Justicia

Las personas que se esfuerzan por sobresalir merecen con justicia los beneficios de su trabajo. La sociedad debe reforzar la productividad, la capacidad y la caridad sin discriminación.

La justicia está profundamente ligada al mérito. Desgraciadamente, muchos malinterpretan estos principios como perdón descuidado y «compasión». Los conservadores, por tanto, deben aferrarse firmemente a las tradiciones de moralidad de la sociedad probadas por el tiempo:

La justicia debe ser igual para todos, independientemente de sus rasgos físicos o su situación económica. Todos somos iguales ante la ley, sobre todo porque compartimos un «valor divino e intrínseco» como humanos. Las personas tienen auto-agencia; gobiernan sus decisiones y acciones. Por tanto, serán juzgadas y responsabilizadas en función de su comportamiento y sus elecciones.

Las conversaciones sinceras y desenfrenadas impulsadas por la buena voluntad pueden conducir a la verdad. Los gobiernos representativos deben convertir estos pensamientos en legislación.

                     12. Unidad

Al tiempo que respetamos y apreciamos las libertades y derechos individuales, los conservadores debemos luchar por la unidad. Debemos mantener intactos nuestros hogares e instituciones mediante tradiciones que nos unan. A través de esta mentalidad, podemos compartir puntos en común en la cooperación y la competición. También nos da una sensación de previsibilidad que nos mantiene cuerdos en tiempos de incertidumbre.

Si la comunidad comparte el mismo propósito, sus miembros pueden albergar esperanzas y trabajar en armonía. La paz fructífera es la raíz de la estabilidad social. Un entorno así hace posibles las elecciones libres, el comportamiento responsable y la comunicación sana.

Por lo tanto, es peligroso afirmar que la unidad es imposible o que sólo puede lograrse mediante el poder y la fuerza. Convertir esta creencia en acción política no trae más que caos y luchas. También es venenoso para el individuo, ya que provoca ansiedad y amargura. Después de todo, ¿qué tipo de productividad se deriva de la doctrina de que las sociedades sólo pueden lograr la unidad mediante la lucha por el poder y la fuerza? ¡Qué catastrófico!

                           Conclusión

El pensamiento posmodernista ha traído la desesperación y el colapso moral. Occidente sufre al asumir que la verdad es relativa y que la lucha por el poder gobierna las relaciones. Mientras tanto, nuestras preciadas libertades, derechos y virtudes son divinos: no proceden de la autoridad terrenal. Los conservadores deben atender la llamada a renovar las tradiciones y los valores que ayudaron a la humanidad a alcanzar su cima. Debemos luchar por la soberanía personal, el servicio auténtico, el sentido del propósito y la libertad. Trabajemos codo con codo para devolver nuestras creencias occidentales al primer plano. Vive según ellas, y guía a la gente hacia estos principios con el ejemplo.

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