Por Carlos M. Estefanía
Hubo un tiempo en que Suecia se dedicaba a escribir sobre Cuba, contribuyendo de manera positiva al régimen cubano. Sin embargo, a mediados de los años noventa, este enfoque comenzó a cambiar, en parte debido a la llegada de una oleada de solicitantes de asilo cubanos. Con el tiempo, el debate sobre Cuba fue disminuyendo. Aunque de vez en cuando surgen menciones en la prensa sobre la tragedia de la isla, los defensores del régimen aún operan activamente, organizándose en pequeñas sectas y aprovechando la falta de información crítica. Esto es especialmente evidente entre los sectores menos informados de la inmigración latinoamericana, donde la nostalgia por la «revolución cubana» persiste.
La embajada de Cuba en Estocolmo se ha convertido en un aliado leal de la SVENSK-KUBANSKA FÖRENINGEN (Asociación Sueco-Cubana), que se presenta como políticamente independiente. Sus promotores afirman apoyar la «revolución socialista» en Cuba y la supuesta lucha del pueblo cubano contra el imperialismo, además de fomentar la cooperación entre los pueblos sueco y cubano. Sin embargo, este apoyo se traduce en la administración de grandes fondos suecos destinados al desarrollo, que, dada la crítica situación de la isla, parecen evaporarse, dejando solo buenas intenciones en el camino.
Desde la perspectiva de un disidente cubano en Suecia, la SVENSK-KUBANSKA FÖRENINGEN perpetúa una narrativa que justifica y apoya el régimen cubano, minimizando las violaciones de derechos humanos y las restricciones a las libertades fundamentales en la isla. Al respaldar un sistema que reprime la disidencia, esta asociación se convierte en un apéndice de una ideología que no refleja la dura realidad de quienes sufren bajo su opresión. Aunque el llamado a la cooperación suena positivo, es crucial que este intercambio incluya una crítica constructiva. La falta de un debate abierto sobre las dinámicas políticas en Cuba dentro de la organización resulta en una visión simplista que ignora las complejidades del contexto actual.
Lo que el pueblo cubano realmente necesita de Suecia y del mundo es un apoyo firme en la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión, elementos esenciales para un verdadero progreso social y político. En este sentido, la publicación del artículo «Revolution på tomgång – 33 Revoluciones av Canek Sánchez Guevara» en Dixikon, una revista digital cultural y políticamente independiente, es un paso positivo. El artículo, escrito por Henrik Nilsson, ofrece un análisis profundo de la obra póstuma de Canek, quien, como nieto de Che Guevara, refleja la desolación de la sociedad cubana a través de su narrativa. A medida que avanza la historia, el protagonista enfrenta la represión y la desesperación de quienes buscan escapar de un sistema opresivo, lo que resuena con la lucha actual de los cubanos. De acuerdo al columnista sueco, esta obra, aunque a veces monótona, captura la esencia de la desesperanza y el anhelo de libertad.
En resumen, segun la revista, «33 Revoluciones» no solo es una obra literaria notable, sino también un testimonio del compromiso de Canek Sánchez Guevara con su país y su cultura, a pesar de su trágica muerte a los 40 años. Para más detalles, consulten en sueco el artículo original en Dixikon.
No podemos terminar sin compartir con el lector dato curioso sobre Canek es que fue el último diseñador de la revista «Cuba Nuestra» en su versión impresa, lo que añade un matiz significativo a su legado artístico y social. Esta publicación fue no solo la primera hecha por exiliados cubanos en Suecia, sino la primera realmente independiente sobre Cuba en Europa.–
”La vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan”
Redacción de Cuba Nuestra
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