Por: Spartacus
Ahora que se habla con profusión sobre negritud en Cuba, cuyo problema cultural y social se desliza en una narrativa poscolonial, recomiendo leer esta obra. Publicada en el 2009, la autora, María del Carmen Barcia, expone un amplio acontecer sobre el origen y evolución de las cofradías y cabildos africanos en La Habana.
A lo largo de las 500 páginas, la historiadora cubana destaca la historicidad de cómo se llevó a efecto la formalización de las hermandades de negros en Cuba, la forma en que asumió el poder político y económico, la extensión de las redes familiares, los apellidos más ilustres y la tipicidad de la religiosidad en cada una de las cofradías y cabildos.
Para la autora, la «negritud» no es el problema, sino la forma que adoptan los espacios para cofradías y los términos al uso de nación. Las reuniones ‘cofradiales‘ continúan cuerpos sistemáticos que, desde un punto de vista historiográfico, el tiempo iba dilucidando en cuanto a ascesis y costumbres.
Aunque la autora no lo considera así, las historias sociales de las hermandades constituyen problemas «antropohistoricos» dentro de la línea esbozada por el demógrafo e historiador Juan Pérez de la Riva sobre la «conquista del espacio cubano».
Lo que está para verse en adelante es cómo los espacios ‘cofradíales‘ y cabildos de naciones africanos fundan también «interiores habitables», cobijos sustanciales, ante la inmensidad de la «exterioridad», estén adjuntas a programas sociales y culturales citadinos como a invocaciones míticas y leyendas.