Por Aquino Abreu
En la medida en que pasan los años, la tendencia del hombre es permanecer o quedarse más tiempo en Casa. ¿Por qué? A diferencia de otras teorías, el fenomenólogo Maurice Merleau-Ponty dice en Fenomenología de la percepción que “el cuerpo no está en el espacio, sino que lo habita”.
Con los años, el hombre toma conciencia del recinto inmediato, de la forma de vida del habitar. Como fenómeno ontológico, el hombre se va reduciendo a la creación de espacios íntimos y cercanos. La conquista que antes fue lo abierto, lo distante, se queda, según narra el novelista julio Verne en La vuelta al mundo en ochenta días, para un efecto turístico.
El hombre viaja, pero lleva encima la conciencia de que detrás, a sus espaldas, deja seguro el regreso a Casa. Bachelar lo interpreta como sigue en La poética del espacio:
“La imagen, en su simplicidad, no necesita un saber. Es propiedad de una conciencia ingenua. En su expresión es lenguaje joven. El poeta, en la novedad de sus imágenes, es siempre origen del lenguaje. Para especificar bien lo que puede ser una fenomenología de la imagen, para aclarar que la imagen es antes que el pensamiento, habría que decir que la poesía es, más que una fenomenología del espíritu, una fenomenología del alma. Se deberían entonces acumular documentos sobre la conciencia soñadora.”