Por Coloso de Rodas
«Le style c’est l’homme». «Le style c’est l’homme même». La primera expresión tiene una brevedad epigramática barata. La segunda, correcta, abre una perspectiva muy diferente. Dice que el estilo es la imagen del hombre. Hay observaciones que siembran, y observaciones que cosechan. Reconstruir el paisaje de estos barcos de ración conceptual a partir de sus fragmentos individuales es demasiado difícil todavía. Sólo a partí de ahí se puede hacer un trabajo muy imperfecto. Si me preparo para alguna eventualidad, puede estar seguro de que no ocurrirá. Tal vez. Es difícil saber algo, y actuar como si no lo supiera.
Realmente hay casos en los que uno tiene el sentido de lo que quiere decir mucho más claramente en su mente que lo que puede expresar con palabras. (esto me sucede muy a menudo.) Es como si uno recordara un sueño muy claramente, pero no pudiera dar buena cuenta de él. De hecho, la imagen a menudo se queda ahí detrás de las palabras para el escritor (yo), de modo que parece que me lo describen.
El escritor mediocre (como yo) debe cuidarse de sustituir demasiado rápido una expresión burda e incorrecta por otra correcta. Al hacerlo, mata la idea original, que al menos era una semilla viva. Y ahora está arrugada y ya no vale nada. Puede tirarla a la basura. Mientras que el lamentable plantón aún tenía cierta utilidad.
El hecho de que los escritores, que al fin y al cabo eran algo, pasen de moda está relacionado con el hecho de que sus escritos, cuando se complementan con el entorno de su propia época, hablan con fuerza a la gente, pero que mueren sin esta complementación, como si estuvieran desprovistos de la iluminación que les daba color.
Y creo que la belleza de las demostraciones atemáticas, tal como la experimentó también Pascal, está relacionada con esto. Dentro de esta forma de ver el mundo, estas demostraciones tenían belleza, pero no lo que la gente superficial llama belleza. Un cristal tampoco es bello en todos los «escenarios» -aunque tal vez sea atractivo en todas partes.