Por: Vito Andolin
Centro, Imagen y Pensamiento, tres categorías que forman la realidad abstracta (filosofía), la realidad artística (arte) y la realidad absoluta (religión). Forman el trimurti de la Realidad. La filosofía al pensamiento, el arte a la imagen y la religión al centro. El pensamiento es irreal respecto a la imagen y la imagen lo es respecto al centro. En la medida en que retrocede (que es un avance) del pensamiento al centro, la vida se torna real. En la medida en que se avanza (que es un retroceso) del centro al pensamiento, la vida es irreal. La Realidad el centro: imagen y pensamiento lo irreal.
¿Qué significa el Centro? No lo sé. No sé como categorizarlo y definirlo. No tiene para mí un planteamiento artístico y filosófico, pero aun así hexisten filósofos y poetas que lo han intentado, lo ha definirlo, aun cuando definir la realidad es un esfuerzo inútil. Nikolai Berdiaev, el genial filósofo ruso, asumió la existencia como categoría para definir ese centro. En sus Cinco meditaciones sobre la existencia, Berdiaev logra empatar, unir, el pensamiento y el arte con la existencia, y a partir de entonces determina, lógicamente, que la esencialidad de la vida reposa sobre ese centro, y que por ende el arte y el pensamiento les pertenece por añadidura. La conclusión de Berdiaev es filosófica, abstracta, muy buena para el pensamiento, pero no me atrae.
Otro gran filósofo, el francés Gastón Bachelard, es mucho más sugerente y atractivo, dado a su visión poética, pero tampoco me atrae del todo. Aun cuando se refiere a ese centro, él está lejos y distante de la realidad. Se coloca sobre la imagen, acercándose más a la realidad y de ahí intenta definir el centro. Su definición de lo real, aunque contiene una dosis de filosofía y pensamiento, es artística, imaginativa. En dos de sus mejores libros, La poética del espacio y La poética de la ensoñación, pacta con la idea de Jung sobre el inconsciente colectivo y se desliza sobre la ensoñación para dilucidar la imagen como espacio, como mito. Termina en una teoría, en una explicación subyacente.
¿Qué entonces es ese Centro? Una experiencia, no una mera experiencia. Arte, no mero arte. Cuando asumimos la realidad como pensamiento estamos soñando en palabras, y cuando tomamos la imagen como realidad invertimos el proceso y comenzamos a soñar en pensamientos. Naturalmente, cuando ganamos la experiencia del centro, la imagen y pensamiento se extingue. Por tanto, el centro no va a existir, ni imagen ni pensamiento: el centro trasciende los límites de la imaginación y ensoñación. En resumida cuenta, la naturaleza del centro es la misma de la que está hecha la naturaleza humana: el centro eres tú, la auténtica realidad, el único espacio donde hacer crecer la belleza de la vida y su significado real.