Sobre la «cientificidad» de la política anti-pandemia: el caso alemán

Por Carlos M. Estefanía

Que las medidas para combatir el coronavirus tenían más un fundamento ideológico y, por ende, político que científico, es algo de lo que no me cupo la menor duda desde el principio. Sabía que solo necesitaba vivir para ver cómo, poco a poco, se confirmaba lo que en principio fue una mera intuición mezclada con el análisis del modo en que los medios trataron de manipularnos. Veamos a continuación el caso concreto de lo que pasó en Alemania.

La reciente publicación de más de 2.500 páginas de documentos por parte del Instituto Robert Koch (RKI) ha sacudido nuevamente el debate sobre la gestión de la pandemia de COVID-19 en el país germano. Estos documentos, que abarcan desde enero de 2020 hasta abril de 2021, arrojan una luz inquietante sobre las decisiones tomadas durante los confinamientos y la campaña de vacunación, mostrando un panorama muy diferente al que se presentó públicamente.

Decisiones Influenciadas por la Política, No por la Ciencia

Uno de los hallazgos más preocupantes de estos documentos es cómo la política influyó en la toma de decisiones durante la pandemia. Las decisiones sobre confinamientos, uso de mascarillas y vacunación masiva no siempre estuvieron fundamentadas en evidencia científica, como se había asegurado públicamente. Por ejemplo, en una de las actas se menciona que el RKI estaba listo para cambiar la evaluación del riesgo de pandemia de «moderado» a «alto», no por nuevas pruebas contundentes, sino en respuesta a presiones políticas. Este cambio, que ocurrió el 17 de marzo de 2020, coincidió con un informe del Imperial College que recomendaba confinamientos estrictos, sugiriendo que la política tuvo más peso que la ciencia en muchas de estas decisiones.

El Verdadero Peligro del COVID-19: ¿Se Exageró la Amenaza?

Un análisis más detallado de los documentos revela que el RKI contaba con información que indicaba que el COVID-19 no era tan peligroso como se transmitió al público. En reuniones internas, se reconoció que los efectos negativos de los confinamientos podrían superar los del propio virus. Esto nos lleva a cuestionar si la narrativa oficial y las medidas drásticas fueron realmente justificadas.

Las Mascarillas: ¿Realmente Eficaces?

Otra revelación importante se refiere al uso de mascarillas. En octubre de 2020, el RKI expresó serias dudas sobre la eficacia de las mascarillas FFP2 o N95 para la población en general, recomendando su uso principalmente para profesionales de la salud. Sin embargo, a pesar de esta evaluación, se obligó a la ciudadanía a usar estas mascarillas, una decisión que evidencia una desconexión preocupante entre la ciencia y las políticas implementadas.

Implicaciones Legales y Cuestionamientos al Futuro

La publicación de estos documentos ha comenzado a generar repercusiones legales. Un tribunal en Osnabrück está evaluando la constitucionalidad de las obligaciones de vacunación impuestas en 2022 al personal médico, argumentando que el RKI no actuó con la independencia científica que se esperaba. En una audiencia pública, Lars Schaade, presidente del RKI, admitió que las evaluaciones de riesgo eran más normas que ciencia, y que nunca se probó de manera concluyente que las vacunas detuvieran la transmisión del virus.

¿Qué Aprendimos de Todo Esto?

La revelación de estos documentos plantea serias dudas sobre la narrativa oficial y resalta la necesidad urgente de mayor transparencia y rendición de cuentas en la gestión de las crisis de salud pública. Y, sobre todo, la necesidad de que la sociedad civil se ponga en guardia cada vez que el Estado la atenaza transgrediendo sus propias leyes. Esto fue lo que pasó en Alemania y, sin duda, en el resto de los países que, de la noche a la mañana, dejaron de comportarse como democracias liberales para conculcar derechos humanos elementales, todo con el silencio cómplice —cuando no la colaboración descarada— de libertarios de toda laya, lo mismo de izquierda que de derecha. Es toda una alerta sobre lo poco que puede esperar el ciudadano de a pie de aquellos que dicen representar sus intereses, no solo dentro del sistema, sino a su costado, como ocurre con ciertos anarquistas.

Es esencial que, de cara al futuro, se realice un análisis crítico de cómo se tomaron estas decisiones y cómo se comunicaron al público. Las revelaciones alemanas nos recuerdan que, más allá de la ciencia, la política jugó un rol crucial en la respuesta a la pandemia.

Estas lecciones no solo nos ayudan a entender el pasado, sino que también son un llamado de atención sobre cómo debemos enfrentar futuras crisis sanitarias. El público merece claridad, respuestas bien fundamentadas y un compromiso genuino por parte de la política y la ciencia establecidas con la transparencia; es la única manera de evitar caer de nuevo en ese estado global pseudo-sanitario que hemos dado en llamar con un neologismo de inspiración propia: “el pandemismo”. Estemos alertados, que puede volver si no atamos en corto a los que, a nuestra costa, viven de hacer política, en particular aquellos que dicen basarse en la ciencia, cuando lo que hacen es pisotearla.

Fuentes:

  1. https://www.eugyppius.com/p/top-health-official-admits-in-court
  2.  https://www.lto.de/recht/nachrichten/n/vg-osnabrueck-3a22422-bverfg-vorlage-impfpflicht-pflege
  3.  https://rki-transparenzbericht.de
  4. https://www.rki.de/SiteGlobals/Forms/Suche/EN/Publikationssuche_Formular.html

 ”La vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan”

Redacción de Cuba Nuestra
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