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NOTAS AL MARGEN. ¿POR QUE EL PUEBLO CUBANO (AÚN) APOYA EL CASTRISMO?

Por Waldo González López

«¿Por qué pueblo cubano (aún) apoya el castrismo?», de Alfredo Triff, no podía ser más oportuno en tiempos de quebrantos y emboscadas intelectuales que ponen en entredicho los valores de la cultura occidental».

                                     Rafael Fornés

El sugerente título de arriba fue el escogido por el profesor de Filosofía Alfredo Triff, para su magnífico libro publicado por Éxodus en 2023, con un sencillo pero atinado diseño de Luis Soler. Asimismo, resaltan las siempre bien recibidas tapas duras de cubierta y sobrecubierta.

La ironía cáustica, aunada a la gracia de la cubanía, son dos de las cualidades que otorgan calidad distintiva al volumen, cuya inteligente lectura será, con la siempre bien recibida amenidad, otra de las ganancias del libro. Y aclaro que no conozco a Triff, para los suspicaces que sospechen una inexistente amistad entre autor y comentarista.

El ensayista o, mejor aún: el autor total que es, sin duda, Alfredo Triff, por su completez escrituraria y genérica, aquí hace gala de una prosa no de prisa, sino escrita con frescura y sencillez, delectación y placer, lo que se atisba fácilmente y me recuerda una de las más claras sentencias del siempre contemporáneo Antonio Machado: «Escribir para el pueblo. «¿Qué más quisiera yo?»

Otro rasgo que sobresale en el libro es la conjunción de géneros literarios, entre los que sobresalen, siempre breves, el ensayo, la crónica, el relato, el poema, sin olvidar el boceto: un texto en preparación.

Mas, no olvido un dato decisivo: el alto nivel cultural en su más plena acepción del llevado y traído concepto de Cultura que evidencia este intelectual cubano quien, a diferencia de otros ¿autores? de poca monta, sin aspavientos ni miradas sobre el hombro, demuestra con sencillez y claridad sus conocimientos de Historia, Literatura, como, por supuesto, Filosofía, entre otras materias.

En sus breves y sustanciosos capítulos, Triff pasa revista a las mil y una operaciones traumáticas ejercidas contra el pueblo cubano, por las canallas acciones de El Mayor Tirano-Asesino Latinoamericano del Siglo XX, quien cada año lo dedicara a la última locura surgida de su inimaginable imaginación (y valga la antítesis) de loco y bipolar personaje funambulesco, quien, al despertar cada mañana de sus sueños y delirios, imponía a su inmenso rebaño de ovejas su reciente demencial y “brillante” ¿sueño o pesadilla?  

«Fidel Castro nunca ha tenido ideología. Si hubiera realizado su revolución en la época de Hitler, se habría declarado nazista».

                                            Carlos Márquez Sterling

A propósito de la anterior cita del recordado Carlos Márquez Sterling, añado, por cuanto se emparienta con el tema, un fragmento de mi testimonio: «Los emigrantes somos polvo de estrellas», publicado poco tiempo atrás en Alemania por mi colegamigo Amir Valle, en su web OtroLunes, donde narro que, en Miami, gracias a la lectura de numerosos libros ―entre otros, resalto en especial Perfil siquiátrico de Fidel Castro Ruz, del fallecido abogado y ensayista Julio Garcerán de Val― yo destacaría la enajenada mente del «paranoico, mitómano, sicótico […], maquiavélico y pistolero», cuya «psiquis rara, delincuencial y megalómana», ya durante su conflictiva etapa de pésimo estudiante en la Universidad capitalina, «con excelentes credenciales de gánster […] y dotes indiscutibles de autócrata contemporáneo» arma mediante, tendría «dos causas de asesinato en su prontuario», como luego, el ¿líder? del asalto al Moncada, quien  traicionaría/abandonaría a los incrédulos que lo seguían ciegamente, otro de los numerosos hechos que tipifican al Cobarde y Despavorido Capitán Araña.

Otro rasgo meritorio del libro es la oportuna inclusión de fragmentos de los extensos (y jamás intensos, sino aburridos y maléficos) diskursos del Koma Andante en jefeque corroboran lo subrayado por el autor.

De tal suerte, documenta con verdad y triste humor la enajenada (i)rrealidad a que nos tuvo sometidos ―y aún tiene― en la Isla-Gulag a millones de ovejas, según nos conceptuara y (mal)tratara hasta su demasiado tardía muerte en 2016, aunque su pandilla continúe, bajo las órdenes de su medio hermano Raúl ¿o hermana?, Alias «La China de los Ojos Tristes», tal lo bautizara con acierto el prestigioso narrador y periodista cubano, en el exilio miamense, Roberto Luque Escalona, de acuerdo con el conocido historial del también asesino, quien desde la Sierra, como su medio hermano-hermana segara la vida de numerosos jóvenes, tal ejecutara aún más rebeldes su colega el Che: «La Máquina de Matar», según se autodefiniera en una carta a los pueblos del mundo, publicada en el diario oficialista-comunista Granma y luego titulara la mejor y definitiva biografía del asesino, nadie menos que su brillante coterráneo: el escritor, ensayista y analista político argentino Nicolás Márquez.  

A lo largo de 154 páginas, tras la nota introductoria: «Por qué el castrismo es wokismo», disfrutamos los 30 capítulos, divididos en dos secciones: «La invasión de los Woke» y «Castrismo nuestro de cada día», que se integran con visos novedosos y atrapan incluso al lector más exigente quien, por haberse imbuido de miles de libros de diversos géneros, no deja pasar gato por liebre, por así decirlo.

Pero ya añado algunos de los sugerentes títulos de los capítulos que corroboran lo que digo atrás, como los siguientes incluidos en la primera sección: «El racismo de Marx contra el negro Lasalle», «La farsa de la masculinidad tóxica», «Breviario de la blanquitud», «De la izquierda de ayer al wokismo de hoy», «El ADN marxista del identitarianismo», «Las falacias del catastrofismo climático», «La tolerancia y la libertad de expresión» y «La historia valento».

De la segunda y más breve parte, escojo los siguientes: «Miseria y poder en Cuba»,  «La ruralización castrista en La Habana», «Un relato kafkiano-castrista», «Las citas anticastristas de Castro» y «La larga duración del castrismo en 7 hipótesis».

Mas, la actualidad del volumen, además, se corrobora por la vocación de revelar factores que inequívocamente evidencian el peligro de las acechantes cruzadas antiderecha y antioccidentales, contra gobiernos del propio Occidente, tales los dos ejemplos siguientes: España ―donde corroborara este comentarista en mayo de 2022, cuando viajó con su esposa a ese país, del que visitó 15 ciudades, en las que constatamos la lamentable puesta en práctica de campañas de la extrema izquierda, como el ¿ultra feminismo? en su lucha contra la masculinidad, y Reino Unido ―donde el primer ministro de ascendencia hindú acoge sin pestañear “ideas novedosas”, con los absurdos cambios en la historia inglesa, por los que aparecen en filmes “históricos” actores y actrices negros incorporando reyes.

Y, se ha llegado tan lejos que, en el capítulo «Racismo aversivo con fragilidad blanca (Para blancos)», Triff nos dice ―deliciosa ironía mediante― que dos ideas espurias son primas hermanas y gozan de popularidad entre los woke «progres» del mundo: el «racismo aversivo» y la «fragilidad blanca». Con el «racismo aversivo», adjunta, se necesita Wikileer para creer:  

El racismo aversivo es un término creado por los psicólogos sociales Samuel L. Gaertner y John F. Davidio en 1986, para identificar formas del racismo y comportamiento xenófobo sutil, empleados por individuos que ideológicamente están abiertamente posicionados en contra del racismo tradicional.

Y continúa: «¿Una persona «abiertamente posicionada» en contra del racismo es todavía racista? Tal parece:

Esta nueva forma de racismo ya no pasa por la discriminación directa o pública hacia minorías étnicas o culturales, sino que aparece bajo la forma de prejuicios encubiertos e inconscientes sostenidos por individuos que habitualmente niegan ser racistas.

Y, en el propio sentido, para quienes comparten el triste-alegre goce del absurdo que nos quiere imponer el turbio globalismo de las fake news de cada día, no quiero dejar de transcribir esta suerte de boceto de poema dadaísta o surrealista, a la manera del italiano Marinetti o el francés André Breton, entre otros de aquellos ¿locos? que odiaban las formas tradicionales de la Poeisis, tal asimismo se define la creación.

Leamos el delicioso texto “Riqueza y «Blanquitud», dos pecados originales”: 

El pecado

original

en el marxismo

es

La Riqueza.

El pecado

original

en el marxismo woke estadounidense

es

La Blanquitud.

Y para culminar estas breves Notas al margen ―con las que siempre pretendo sugerir la lectura de libros de valía, como este contra lo políticamente correcto―, les ofrezco el siguiente fragmento de un «párrafo visionario» del gran narrador y pensador inglés Gilbert Keith Chesterton, denominado «Príncipe de las paradojas», cuya meritoria y fluida prosa (constatada en sus ensayos, narraciones, biografías, periodismo y libros de viajes), como su habilidad para combinar filosofía, política y humor, lo convertirían, desde mediados de los 30s del siglo pasado, en uno de los más grandes escritores no solo británicos, sino occidentales.

Así, lector amigo, compruebe en las breves líneas que siguen el ojo avizor del notable creador en estas predicciones de lo que nos anticiparía para nuestra turbulenta época, ¿acaso un retrato de este absurdo tiempo…?

Pronto estaremos en un mundo en que un hombre podrá ser abucheado por decir que dos y dos son cuatro, donde se alzarán furiosos gritos contra cualquiera que diga que las vacas tienen cuernos, donde se perseguirá la herejía de afirmar que un triángulo tiene tres lados y donde se colgará a un hombre por enloquecer a la turba con el veredicto de que la hierba es verde.

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