Comentando un Discurso por la Independencia Cubana ante el Congreso de los Estados Unidos

Por Carlos Manuel Estefanía Aulet

El documento titulado Cuban Independence, registra un importante discurso del político populista norteamericano William L. Greene, dado el 12 de abril en 1898, pocos días antes de estallar la guerra Hispano norteamericana, el 25 de ese mes. Este importante material se encuentra disponible en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. El texto es una transcripción de las palabras pronunciadas en la Cámara de Representantes, con las que Greene aboga por el reconocimiento de la independencia de Cuba en el contexto de la Guerra Hispanoamericana.  

William Laury Greene nació el 3 de octubre de 1849 en el condado de Pike, Indiana. Creció en una granja en el condado de Dubois, donde trabajó en el campo mientras asistía a la escuela. Se graduó de la Ireland Academy y luego enseñó en varias escuelas mientras estudiaba derecho.

Greene fue admitido en el colegio de abogados en 1876 y comenzó a ejercer en Bloomington, Indiana. En 1883, se trasladó a Kearney, Nebraska, donde continuó su práctica legal. Además de su carrera como abogado, Greene fue activo en la iglesia bautista, pastoreando congregaciones y ofreciendo sermones.

Inicialmente, Greene fue miembro del Partido Demócrata, pero no se involucró activamente en la política hasta más tarde. En la década de 1880, se convirtió en uno de los fundadores del Partido Populista en Nebraska, en medio de los movimientos de reforma agraria y del libre cambio de plata. Se ganó una reputación como orador efectivo en favor de las causas populistas.

En 1893, Greene se postuló para el Senado de los Estados Unidos, pero no logró obtener la nominación. En 1895, fue elegido juez del duodécimo distrito judicial de Nebraska, cargo que ocupó hasta 1897. En 1896, fue elegido como representante de Nebraska en la Cámara de Representantes de EE.UU. y sirvió desde el 4 de marzo de 1897 hasta su muerte. Greene falleció el 11 de marzo de 1899, a la edad de 49 años, en Omaha, Nebraska, debido a un fallo cardíaco. Su muerte ocurrió poco después de que el Congreso cerrara sus sesiones. Fue enterrado en el cementerio de Kearney, Nebraska, y su funeral se llevó a cabo en la Primera Iglesia Bautista de Kearney.

Contexto Histórico

La lucha por la independencia de Cuba fue un tema candente a finales del siglo XIX. Las primeras guerras de independencia, que comenzaron en 1868, llevaron a una situación cada vez más tensa, que culminó con la intervención militar de Estados Unidos en 1898. En este ambiente cargado de incertidumbre, el discurso de William L. Greene se erige como un llamado urgente a la acción, precisamente en un momento en el que la intervención estadounidense parecía inminente. Veamos el contexto histórico en el que tiene lugar este discurso, así como sus antecedentes y consecuencias.

En el último tercio del siglo XIX, Estados Unidos se encontraba en un momento de agitación económica, social y política que preparó el terreno para uno de los conflictos más significativos de su historia: la Guerra Hispano-estadounidense de 1898. Esta guerra, que comenzó como una intervención en la lucha por la independencia de Cuba, fue también un reflejo de la política interna y las ambiciones expansionistas de una nación en busca de identidad y poder.

En 1893, Estados Unidos cayó en una profunda depresión económica conocida como el Pánico de 1893, que provocó un aumento masivo del desempleo y la quiebra de bancos y empresas. Esta crisis no solo afectó a la población, sino que también creó un ambiente propicio para que los políticos buscaran distracciones que unieran al país. En este contexto, la rebelión en Cuba contra el dominio español emergió como una causa atractiva para los líderes estadounidenses, que vieron en la guerra una oportunidad para desviar la atención de los problemas internos y fortalecer la unidad nacional.

La administración de Grover Cleveland, un presidente demócrata conocido por su cautela y oposición a la intervención militar, se enfrentó a una creciente presión pública y política para apoyar a los rebeldes cubanos. Sin embargo, Cleveland mantuvo su postura de no involucrar a Estados Unidos en el conflicto, lo que lo convirtió en un blanco fácil para sus adversarios políticos. Muchos republicanos y demócratas usaron su negativa como una forma de criticarlo y ganar apoyo popular, creando así un consenso temporal en torno a la intervención en Cuba.

La elección de William McKinley en 1896 marcó un punto de inflexión en la política estadounidense hacia Cuba. McKinley, un republicano con una postura inicialmente escéptica sobre la intervención militar, asumió la presidencia en medio de un contexto político y económico complicado. A pesar de su resistencia inicial, McKinley se enfrentó a un Congreso belicista y a una opinión pública cada vez más favorable a la guerra. La administración McKinley buscaba proteger los intereses económicos de Estados Unidos en Cuba, especialmente en un momento en que las propiedades y negocios estadounidenses en la isla sufrían los estragos de la guerra de independencia.

McKinley rodeó su administración de figuras empresariales, como el senador Mark Hanna, que representaban los intereses de la élite económica. Esta estrategia generó una fuerte crítica de sus opositores, quienes lo acusaban de estar más preocupado por proteger los intereses empresariales que por defender la libertad de los cubanos. A medida que se acercaban las elecciones, tanto republicanos como demócratas comenzaron a cambiar sus posturas, y la presión por una intervención se hizo cada vez más difícil de ignorar.

El período de finales del siglo XIX también fue testigo de un auge en el imperialismo estadounidense. Con intereses crecientes en el Caribe, Asia y el Pacífico, los líderes políticos vieron en la guerra una oportunidad para expandir la influencia de Estados Unidos más allá de sus fronteras. El conflicto en Cuba se convirtió en un escenario clave donde se jugaba no solo el destino de la isla, sino también el futuro de la política exterior estadounidense.

Los republicanos, que representaban los intereses de las industrias y bancos del norte y oeste, se vieron presionados a abandonar su postura de no intervención para no perder el apoyo electoral. A medida que los demócratas y populistas capitalizaban el creciente apoyo público a la guerra, los republicanos cedieron y comenzaron a apoyar la intervención militar, culminando en la declaración de guerra a España en 1898. Este conflicto representó una unificación temporal de la política estadounidense, pero también expuso cómo las decisiones de guerra podían ser manipuladas por intereses políticos y económicos internos.

La crisis cubana afectó profundamente a las empresas estadounidenses con intereses en la isla, como la Spanish-American Light Company y los propietarios de plantaciones de azúcar y tabaco. Incluso magnates como John D. Rockefeller, con inversiones multimillonarias en Cuba, vieron cómo la guerra detenía sus operaciones y ponía en riesgo sus ganancias. Estos líderes empresariales inicialmente preferían un statu quo en el que el gobierno español controlara la situación y protegiera sus propiedades, lo que coincidía con la postura cautelosa de McKinley.

Sin embargo, la presión por parte de los demócratas y populistas obligó a McKinley y a los republicanos a reconsiderar su estrategia. El conflicto se convirtió en un tema de campaña y una herramienta de manipulación política. Los demócratas acusaron a los republicanos de traicionar a los cubanos y de estar controlados por los grandes intereses económicos. Se decía que McKinley y su administración eran marionetas de los grandes empresarios y que la guerra con España era evitada solo para proteger los intereses de los ricos.

El estallido de la guerra se aceleró con el hundimiento del acorazado USS Maine en el puerto de La Habana en febrero de 1898. Aunque McKinley había enviado el barco como una medida de precaución para proteger a los ciudadanos estadounidenses y demostrar fuerza, el incidente fue utilizado por los belicistas como prueba de la agresión española y como un grito de guerra. La explosión, que mató a 266 marineros estadounidenses, intensificó la presión sobre McKinley para que tomara acción militar.

Los demócratas y populistas aprovecharon este momento para avivar los sentimientos patrióticos y anti-españoles, acusando a McKinley de ser débil y de traicionar a la nación. Las tensiones llegaron a un punto crítico, y finalmente, McKinley cedió a las presiones internas y externas, solicitando al Congreso una declaración de guerra en abril de 1898.

La Guerra Hispano-Estadounidense no fue solo un conflicto militar, sino también un reflejo de las complejas dinámicas políticas, económicas y sociales de Estados Unidos a finales del siglo XIX. La crisis económica de 1893 y las divisiones políticas internas crearon un ambiente en el que la guerra se convirtió en una solución conveniente para los problemas domésticos. McKinley, atrapado entre las presiones de su partido, los intereses empresariales y la opinión pública, se vio obligado a llevar al país a la guerra, un conflicto que redefiniría el papel de Estados Unidos en el mundo y marcaría el inicio de una era de expansión imperialista.

La guerra no solo unificó temporalmente a la política estadounidense, sino que también mostró cómo los intereses económicos y las ambiciones políticas pueden manipularse para justificar la intervención militar. La intervención en Cuba y la posterior guerra con España se convirtieron en un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, llevando al país a emerger como una potencia mundial con una influencia significativa en los asuntos internacionales.

Tesis Principales y Argumentos de Greene

Apoyo a la Independencia Cubana: Greene sostiene que la independencia de Cuba es un derecho fundamental del pueblo cubano. Según él, Estados Unidos, en su papel de defensor de la libertad, tiene la responsabilidad moral de apoyar esta causa. Argumenta que todos los pueblos tienen el derecho a decidir su propio destino y que EE.UU. debe estar a la vanguardia en la lucha por la autodeterminación.

Unidad Nacional: El discurso de Greene enfatiza la importancia de que los legisladores estadounidenses se unan en apoyo a la causa cubana, independientemente de las divisiones partidistas. Apela a un patriotismo compartido, instando a sus colegas a actuar con justicia y en defensa de los derechos humanos.

Justicia y Derechos Humanos: Greene insiste en que la intervención debe basarse en principios éticos y no en intereses imperialistas. Resalta la necesidad de que Estados Unidos actúe conforme a sus valores fundacionales, defendiendo la dignidad y los derechos humanos del pueblo cubano ante la opresión española.

Condiciones Críticas en Cuba: Greene pinta un vívido retrato de las duras condiciones en Cuba bajo el dominio español. Describe la represión y el sufrimiento del pueblo cubano para despertar empatía y urgencia entre los legisladores, presentando la situación como una crisis humanitaria que exige una respuesta inmediata.

Intereses Estratégicos de EE.UU.: Argumenta que una Cuba independiente no solo beneficiaría a los cubanos, sino que también serviría a los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región. Una Cuba libre podría convertirse en un aliado crucial y contribuir a la estabilidad del Caribe, un objetivo de gran importancia para la política exterior estadounidense.

Responsabilidad Moral: Greene apela a la conciencia moral de sus colegas, recordándoles que Estados Unidos se fundó sobre los principios de libertad y justicia. Enfatiza que no apoyar la independencia cubana sería una traición a esos valores y abandonaría a un pueblo en su lucha por la libertad.

Impacto en la Política Exterior: El discurso de Greene subraya que la respuesta de Estados Unidos a la situación en Cuba afectará su reputación internacional. Advierte que la inacción podría dañar la imagen de EE.UU. como defensor de la libertad y tener repercusiones negativas en sus relaciones diplomáticas.

Urgencia de Acción: Greene enfatiza la necesidad de una respuesta rápida y decisiva. Argumenta que la falta de acción solo prolongará el sufrimiento de los cubanos y permitirá que el conflicto se agrave. Su tono es urgente, buscando movilizar a sus colegas hacia una acción inmediata.

Importancia del Discurso

El discurso de Greene es significativo no solo por su contenido, sino por el contexto histórico en el que se presentó. En 1898, la opinión pública en Estados Unidos estaba dividida respecto a la intervención en Cuba. El llamado de Greene a la unidad y su énfasis en los principios de justicia reflejan las tensiones y debates de la época sobre el papel de EE.UU. en América Latina.

Intereses de EE.UU.

Aunque el discurso de Greene apela a ideales nobles como la libertad y los derechos humanos, es crucial considerar los intereses económicos y geopolíticos que también motivaron la intervención estadounidense en Cuba.

Intereses Económicos:

Comercio y Mercados: Si bien en principio la guerra afectaría intereses económicos norteamericanos, a la larga no dejaba de ser un buen negocio. Cuba era un mercado valioso para los productos estadounidenses, especialmente el azúcar y el tabaco. La independencia de Cuba permitiría a EE.UU. acceder a este mercado sin las restricciones del gobierno español.

Inversiones: Muchos empresarios estadounidenses habían invertido considerablemente en la economía cubana, sobre todo en la agricultura y la infraestructura. La inestabilidad en Cuba amenazaba estas inversiones, creando un interés en estabilizar la región para proteger estos activos.

Recursos Naturales: Cuba poseía recursos naturales valiosos que atraían a los intereses económicos de EE.UU., incluyendo tierras fértiles y potencial agrícola. La estabilización de Cuba bajo control estadounidense facilitaría el acceso a estos recursos.

Intereses Geopolíticos:

Expansión Territorial: La intervención en Cuba formaba parte de una estrategia más amplia para expandir la influencia de EE.UU. en el Caribe y América Latina. Esto estaba en línea con la doctrina del «Destino Manifiesto», que promovía la expansión y democratización regional.

Control del Caribe: La ubicación estratégica de Cuba la convertía en un punto clave para asegurar rutas comerciales y militares. Controlar la isla era crucial para el comercio interoceánico y la proyección de poder militar en la región.

Competencia con Potencias Europeas: La intervención también respondía a la necesidad de contrarrestar la influencia de potencias europeas, especialmente España. En un contexto de creciente imperialismo, EE.UU. buscaba evitar que otras naciones se establecieran en el Caribe, lo que podría amenazar sus propios intereses.

Queda ahora la tarea de investigar los posibles nexos del orador populista y los intereses antes enumerados. La situación tiene paralelismos con la Guerra entre Estados Unidos y México (1846-1848), que resultó en la expansión territorial de EE.UU., y culminó con el Tratado de Guadalupe Hidalgo.

En el caso de la Guerra Hispanoamericana y el Tratado de París de 1898, Estados Unidos emergió con importantes beneficios territoriales y estratégicos, consolidando su posición como potencia emergente en el escenario internacional. La adquisición de territorios clave como Puerto Rico, Guam y Filipinas marcó un punto de inflexión en la política exterior estadounidense, consolidando su papel en el Caribe y el Pacífico.

Conclusión

El documento «Cuban Independence» de William L. Greene ofrece una visión fascinante de las discusiones políticas sobre la independencia de Cuba y la intervención estadounidense. A través de su discurso, Greene se posiciona como un firme defensor de la libertad cubana y un crítico de cualquier intervención que no respete la soberanía de la isla. Sus argumentos resaltan los ideales fundacionales de Estados Unidos y la responsabilidad hacia los pueblos que luchan por su libertad, aunque también es vital considerar los intereses económicos y geopolíticos subyacentes que moldearon este complejo periodo histórico.

Fuentes:

Book Cuban independence Full Record MARC Tags Personal name Greene, William L., 1849-1899. [from old catalog] Main title Cuban independence. Published/Created Washington [Govt. print. off.] 1898. https://www.loc.gov/resource/gdcmassbookdig.cubanindependenc00gree/?st=pdf

The partisan politics that led to the Spanish-American War Donald E. Thompson Jr. West Virginia University. https://researchrepository.wvu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1777&context=etd

 ”La vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan”

Redacción de Cuba Nuestra
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