Por Roberto Ruiz Rebo

¿Conoce usted un novelista de dieciocho años? Es un fenómeno inusual. Que yo tenga conocimiento, el francés Raymond Radiguet publicó su escandalosa novela Con el diablo en el cuerpo a los veinte años. Pero hace algún tiempo supe de Glauber Senarega, que con apenas catorce años había comenzado a escribir su primera novela. Me enteré de él porque su madre es una colega y amiga que por entonces buscaba financiamiento para ayudarlo en la publicación. Un grupo de amigos juntamos granitos de arena, y en febrero del 2018, cuando Glauber tenía dieciocho años, vimos la publicación de El Secreto de los Milenios. No es un texto cualquiera, es una obra de más de cuatrocientas páginas, original y madura. Glauber Senarega había trabajado durante más de tres años en esa historia fantástica donde se adentraba en los misterios de los moáis de la Isla de Pascua, los templos Mayas, las desapariciones del Triángulo de las Bermudas y el hundimiento de la Atlántida.
Glauber, como muchos jóvenes cubanos que buscan horizontes fuera del país, quería escapar de lo que él mismo llamó la realidad de una “asfixiante” Habana, y encontró la oportunidad en el año 2015 cuando obtuvo una beca para estudiar Arte y Humanidades en la Universidad de RUDN en Moscú, donde luego fijó su residencia. En aquel momento, estaba a punto de terminar el Curso de Técnicas Narrativas en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso de La Habana y su primera novela, que luego sería publicada por la Editorial Chiado.
Más tarde, un relato corto de mi entrevistado, El despertar de la Tierra Meiga, resultaría ganador en el certamen literario Premio Internacional de Literatura Infantil-Juvenil “Leyendas de Europa” e incluido en la antología Mitos y Leyendas de Europa, algo que su autor anuncia como un adelanto para una nueva novela en la que trabaja desde hace ya unos años, y que tendrá como escenario Cuba y también Galicia, tierra a la que lo unen fuertes lazos, y que él describe con la magia y la fertilidad para sus historias.
Durante un tiempo y ya graduado en la universidad moscovita, Glauber se desempeñó como redactor de noticias en RT, una cadena de televisión noticiosa financiada por el estado ruso, donde cuenta haber adquirido habilidades periodísticas que han sido indispensables para su vida profesional y su carrera literaria. Fue después del estallido de la guerra en Ucrania que las autoridades rusas desplegaron todo el poder para limitar las libertades ciudadanas y reprimir a las voces críticas que el joven escritor sintió la necesidad de refugiarse en Galicia, donde ahora reside.
A Glauber Senarega, Cuba le duele, la lleva en su amor y en sus relatos, y sueña con un mundo mejor, en el cual confía y tiene muchas esperanzas. No le teme a la actualidad, ni a las predicciones apocalípticas que algunos sienten ante el desarrollo de las nuevas tecnologías. Usted puede coincidir o no con los puntos de vistas de este novelista de solo veintiocho años, pero sus palabras transpiran ese aire fresco de una mente prometedora.
Roberto Ruiz Rebo: Provienes de una familia de creadores y periodistas, pero no siempre eso es importante para un escritor, porque a veces los familiares no apuestan por el talento de las personas con quienes conviven. Cuéntame, cómo ha sido eso en tu caso.
Glauber Senarega: He tenido mucha suerte en ese sentido. Mi familia me animó desde muy temprano a desarrollar el hábito de la lectura y la creación. De hecho, recuerdo que cuando era pequeño y aún no sabía leer siquiera, ya imaginaba historias que mi abuela se encargaba de pasar al papel. Y no solo tenía afinidad por la literatura, sino también por el cine y la televisión, influenciado indudablemente por mis padres. Toda expresión artística que sirviera para desarrollar y contar historias me encantaba.
Roberto Ruiz Rebo: ‘El secreto de los milenios’ marca tu ingreso a la familia de los novelistas, con el elogio de un escritor experimentado como Amir Valle, quien dijo lo siguiente: … «Es una novela que posee efluvios de esa majestuosidad subyugante de libros como El señor de los anillos, de Tolkien o La historia interminable de Michael Ende, por sólo citar dos de las más conocidas. Pero tiene también ese juego de espejos que va del humor a la tragedia, de lo risible a lo terrible, de la mansedumbre a la rebeldía, presente en cualquiera de las obras de la saga escrita por J.K. Rowling al crear a su ya inolvidable Harry Potter». ¿En ese sentido, qué aportes o influencias crees ver en tu novela que le hayan valido a Amir para ese criterio?
Glauber Senarega: Para mí, esas palabras de Amir constituyen el mayor de los elogios, porque los autores que cita son justamente algunos de los novelistas que más admiro, cuyas obras crecí leyendo. Empecé a escribir mi novela con 14 años, por lo que era natural para mí intentar acercarme justamente al tipo de literatura que me fascinaba, de autores que eran entonces mis mayores referentes, y siguieron siéndolo incluso cuando amplié mi bagaje con otro tipo de lecturas. He perdido la cuenta de todas las veces que he releído las sagas de Harry Potter, Las Crónicas de Narnia y El señor de los anillos, por lo que no me parece extraño que Amir detectara influencias de ese tipo de obras en mi novela.
RRR: ¿Vas a apostar siempre por las historias fantásticas?
GS: Ese ha sido el género que más me ha gustado como lector desde que era un niño. Como escritor, la fantasía me viene de forma natural. De hecho, en alguna ocasión he intentado escribir relatos de ficción sin más, pero siempre acabo incorporándoles elementos fantásticos. Me fascinan las historias fantásticas porque ofrecen una vía de escape hacia mundos donde la imaginación no tiene límites, donde las reglas de la realidad se desdibujan y la magia se entrelaza con las emociones humanas más profundas. Son un refugio, un espacio seguro donde puedo explorar lo extraordinario desde una perspectiva íntima y reconfortante. Siempre serán mi zona de confort, aunque también siento la necesidad de expandir mis horizontes literarios. Quiero adentrarme en géneros como el policíaco, el thriller y el terror.
RRR: Has escrito un relato basado en la mitología de Galicia que fue galardonado con el premio internacional “Leyendas de Europa» en la categoría de literatura juvenil–infantil. ¿Qué te motivó a escribir este tipo de historias?
GS: Mi tatarabuelo era gallego y yo he visitado Galicia desde que era un niño, por lo que siempre he sentido una fuerte conexión con esta tierra, donde vivo actualmente. Estoy enamorado de sus paisajes verdes, sus acantilados, sus playas interminables, su clima lluvioso, su gastronomía, su gente, su idioma y su mitología. Es un lugar que suelo describir con una palabra: «mágico». Y es el escenario perfecto para un relato de fantasía. Relato que, por cierto, tras ganar el concurso comprendí que daba para muchísimo más que unas pocas páginas, así que tomé la idea central del mismo y la he estado adaptando a una novela durante estos últimos años.
RRR: ¿Cómo han reaccionado los lectores europeos y en particular los cubanos ante tu novela y a tu premio como escritor de obras juveniles?
GS: A los lectores europeos suele parecerles muy original que un libro de estas características tenga a Cuba como punto de partida, cuando lo habitual es que estén ambientados en Reino Unido o EE.UU. También les llama la atención la mezcla de enigmas y mitologías de diferentes culturas del mundo. En cuanto a los lectores cubanos, lo que más aprecian es poder identificarse con la cotidianeidad de los protagonistas de la novela. Me ha sorprendido que bastantes personas conocen mi libro en la isla, a pesar de no haberse publicado allí, pero me gustaría que fuesen muchos más. En general, la acogida por parte de los lectores ha sido maravillosa y, en plataformas como Goodreads, el libro cuenta con cientos de calificaciones y reseñas, en su mayoría muy positivas.
RRR: ¿Cómo valoras la presencia cubana y sobre todo la presencia de los escritores de la diáspora en esos eventos?
GS: Positivamente. Hay muchos escritores cubanos en la diáspora y hay muchísimo talento por ser descubierto aún. Por poner un ejemplo cercano: el concurso en el que fue galardonado mi relato El despertar de la Tierra Meiga también premió la obra de otros autores cubanos en la diáspora. Todos los relatos ganadores fueron publicados en 2020 en la antología titulada Mitos y leyendas de Europa.
RRR: He observado varias de tus entrevistas. ¿Cómo ha reaccionado la prensa cubana y las editoriales ante una novela de éxito en Europa como ‘El secreto de los milenios?
GS: Pues ha habido un silencio unánime, tanto por parte de la prensa oficialista como de las editoriales. Supongo que tiene que ver con el hecho de que toda mi vida adulta la he pasado fuera de Cuba y con que El secreto de los milenios, que es mi primera novela, fue publicado originalmente en España. Los intentos que hicimos antes con editoriales cubanas no dieron resultados, y ya después, creo que el hecho de tener el prólogo escrito por Amir Valle, que como sabes está vetado en Cuba, también ha influido en ese silencio.
Además, aunque no es el tema principal y yo era muy joven cuando la escribí, de algún modo reflejo la situación económica y política de la isla, y puede que eso no haya gustado en algunos sectores.
RRR: Naciste y creciste en el barrio de Fontanar, en La Habana, y los personajes de ‘El secreto de los milenios’, todos habaneros “de pura cepa”, de pronto emprenden un viaje fantástico que los lleva a parajes que aún hoy guardan un montón de misterios. ¿En qué medida tuvieron algo que ver esas circunstancias para que te convirtieras en el escritor que eres? ¿En qué medida tus conocimientos de ciencia e historia se entroncan con este libro?
RS: Haber crecido en Cuba me moldeó como persona y como escritor. La ausencia total de teléfonos móviles y redes sociales durante mi niñez me permitió crecer apreciando mi entorno, la naturaleza y las interacciones personales directas. Gracias a eso, creo, desarrollé mi imaginación y mi intuición, algo que la mayoría de mis pares europeos ha tenido más complicado porque las redes ya dan todo «masticado» y dejan poco espacio para la creatividad y la originalidad.
En cuanto a los elementos de ciencia e historia que se entroncan en este libro, son temas que siempre me fascinaron y que mi familia también ayudó a desarrollar. Desde pequeño, mi abuela me contaba relatos que tenían que ver con curiosidades históricas o científicas (que después llevó a un libro para niños titulado Cuentos de la abuelita Ciencia). Mi madre se encargaba de que yo viera películas o leyera libros que trataran esos asuntos. Confieso que bebí principalmente de una maravillosa enciclopedia ilustrada titulada Grandes enigmas de la humanidad, que ella me regaló por mi 14 cumpleaños.
RRR: Después de una obra como ‘El secreto de los milenios’, ¿cuáles van a ser tus próximos pasos como novelista?
RS: Estoy terminando de escribir una nueva novela en la que llevo años trabajando, y que, si todo sale según lo previsto, se publicaría a lo largo del 2025 o en 2026. Es también de género fantástico y está ambientada en Cuba y Galicia, nutriéndose de la rica mitología y de la historia compartida de ambas tierras.
RRR: En una de tus entrevistas has dicho que el género fantástico te permite evadirte de la realidad de Cuba, sin embargo, las condiciones de Rusia, similares a una dictadura, te hicieron buscar refugio en otro lugar más amable. ¿Hasta dónde te sientes comprometido con tu entorno político?
RS: Salí de Cuba muy joven, con 18 años recién cumplidos. Hasta ese momento no era totalmente consciente del entorno político cubano, pero sí sentía la necesidad de evadirme de una realidad que me disgustaba y donde no me sentía con entera libertad. Creo que, por eso, intuitivamente, hice que los personajes de mi novela viajasen a otro mundo. Era mi manera de buscar nuevos horizontes que no encontraba a mi alrededor.
Cuando se me dio la oportunidad, en 2015, de irme a estudiar a Rusia, fue como ver los cielos abiertos y no lo pensé dos veces, aunque tenía que viajar solo y enfrentarme, literalmente, a otro mundo. Moscú era entonces una ciudad moderna, dinámica y conectada con el resto de Europa. Durante mis primeros años allí me sentí de maravilla. No obstante, lenta pero inexorablemente, el país fue volviéndose más y más corrupto, inseguro y, sí, dictatorial. Ahora mismo, en Rusia ya no queda ni un ápice de libertad de expresión ni de respeto a las minorías sociales. Es un territorio autoritario al servicio exclusivo de Vladímir Putin y sus delirios imperialistas. Después del inicio de la guerra en Ucrania se me hizo irrespirable la atmósfera allí y, aunque estaba ya trabajando y bastante bien asentado, decidí marcharme. No podía pensar en un mejor lugar que España, y concretamente Galicia, que conocía de niño y que me fascinaba, y que hoy considero mi hogar.
En lo que se refiere a mi compromiso con mi entorno político, diría que es bastante fuerte. Ningún gobierno es perfecto y corresponde a los ciudadanos fiscalizarlo. Por ejemplo, en Galicia obviamente hay democracia y muchas más libertades que en Cuba o en Rusia, pero, aun así, critico varias de las políticas de su gobierno, ya que las considero lesivas para el medio ambiente y contrarias a los intereses de los gallegos.
En cuanto a Cuba, estoy muy pendiente, allí todavía vive parte de mi familia, y me duelen el deterioro y el retroceso brutal que ha habido en los últimos años en todos los sentidos. Solo espero que no esté muy lejano el día del cambio que tanto necesitamos los cubanos para volver a reconstruir el país.
RRR: ¿Qué ha significado para tu obra haber pasado tanto tiempo fuera de la realidad cubana siendo tu primera novela una historia basada en la ciudad donde naciste y transcurrieron tus primeros años?
GS: He crecido mucho como persona y como escritor desde entonces, pero siempre tengo a Cuba en mi corazón. Tanto es así, que una parte sustancial de mi próxima novela transcurre justamente en La Habana y en la sierra del Escambray. Es cierto que la realidad del país ya no es la misma que cuando yo vivía allí, pero sigo teniendo amigos y familiares que me cuentan detalladamente los problemas de la isla y, gracias a eso, puedo hacer una representación verídica de ella en mi obra.
RRR: ¿Cómo ves el desarrollo de la cultura y la literatura de tu generación?
GS: La literatura de mi generación, al menos en Occidente, presenta una clara degradación intelectual y una falta de originalidad preocupantes. Cada año se publican nuevos libros que parecen un «copia y pega» de obras anteriores, repletos de clichés y con un componente sexual tan omnipresente que agota. Obviamente, hay excepciones, pero son joyas que a veces resultan difíciles de encontrar en un mar de mediocridad.
RRR: Según un colega cercano, las nuevas generaciones muestran desinterés e incluso rechazo por la obra martiana. ¿Piensas que en la era de la inteligencia artificial y los teléfonos inteligentes se impone una nueva interpretación del pensamiento martiano o, como dice otro colega, su pensamiento puede permanecer en la vitrina solo como referencia literaria?
GS: Martí es una referencia para cualquier cubano, pero, desgraciadamente se ha abusado demasiado de su figura, mostrándolo de forma esquemática y manipulada, por lo que es comprensible el desinterés y el rechazo de parte de la juventud. Sin embargo, hay mucho todavía que Martí podría enseñarnos si se va a las esencias. Lo que no puede es ser algo impuesto.
RRR: El Wokismo que surgió como una postura de crítica y de lucha, es hoy en los Estados Unidos, un refugio para posiciones de tolerancia extrema y victimismos que a veces afectan a las mayorías. ¿Como se vería esta corriente desde la mirada de un milenial cubano que vive en Europa?
GS: Yo considero que ningún extremo es bueno y que debería imperar el sentido común sobre cualquier ideología. Rechazo categóricamente el capitalismo salvaje, la violencia y la intolerancia de muchos sectores de la derecha, pero tampoco apoyo varias de las posturas de la extrema izquierda, en especial cuando atentan contra los derechos humanos, la igualdad, la salud y la seguridad de amplios grupos de la sociedad.
RRR: Recientemente se celebró en Cuba una marcha de protesta contra el embargo convocada por el gobierno de Canel; a pesar de que fue una concurrencia menor que las acostumbradas, la tiranía todavía logró hacer marchar a mucha gente, sin embargo, es muy difícil que la gente salga en masa a exigirle al gobierno que le dé una mejor vida. ¿En tu opinión, es esto un resultado solo de la represión o existen otros elementos para que la gente no exija sus derechos desde una posición ciudadana?
GS: Creo que se debe principalmente a la represión, y hasta cierto punto, a la desinformación. Entiendo que a los cubanos en la isla les asuste manifestarse por sus derechos, pero muchos ni siquiera tienen claro cuáles son. También hay elementos de desesperanza y resignación: la mayoría ha vivido toda su vida bajo el régimen castrista y no imaginan que pueda ser de otra manera, una caída del mismo podría parecerles demasiado improbable o, incluso, inalcanzable.
RRR: ¿Estás al tanto de la literatura que producen los jóvenes en Cuba y en la diáspora? ¿Cómo ves la salud de la literatura y la cultura cubana en el exilio y dentro de Cuba?
GS: Intento mantenerme al tanto, pero no siempre es fácil desde la distancia, por lo menos en lo que se refiere a las novedades literarias publicadas en Cuba. En cualquier caso, conozco muchos escritores jóvenes y talentosos que han salido de la isla en los últimos años como parte de la estampida migratoria, y eso condiciona inevitablemente la literatura, y la cultura en general, actuales y futuras.
RRR: Cada día se producen más libros. Las nuevas tecnologías no solo le han dado voz a la gente que no tenía, sino que ha hecho más fácil el camino hacia la publicación de lo que se escribe. ¿Crees que sea proporcional la cantidad de libros y literatura que se publica con la cantidad de lectores reales en este momento?
GS: Hay una saturación enorme del mercado editorial, y la evidencia más palpable de esto es que la mayoría de los libros que se publican o autopublican no llegan a vender ni 500 ejemplares. El número de lectores, por otro lado, también aumenta cada año, pero al existir tantísima oferta se suelen decantar por los libros más populares.
A su vez, las grandes editoriales, que tienen toda la maquinaria de publicidad disponible, apuestan no siempre por productos de calidad, sino por lo que más vende, por lo que se pueden quedar un poco al margen verdaderas joyas literarias. Las nuevas tecnologías dan mayor acceso a la publicación, y eso creo que es positivo para la diversificación de la literatura.
RRR: Como se sabe asistimos a una época de una profunda crisis donde los cambios y transformaciones están marcados y acelerados por el desarrollo de las tecnologías. En este contexto, la inteligencia artificial (AI) ha cambiado muchas cosas, pero también tiene preocupada a mucha gente. ¿Piensas que vamos hacia adelante o que vamos a una debacle absoluta de todo lo que hasta ahora ha creado la humanidad como piensan algunos?
GS: En mi opinión, la IA no causará una debacle ni reemplazará a la creatividad humana, al menos no en el corto o medio plazo. A largo plazo sí que podría ocurrir si no se regula desde ahora su desarrollo. Como toda tecnología, tiene sus beneficios y sus peligros, y hay que saber encontrar un balance.
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