Más allá del marxismo es, según palabras del autor, «un fragmento de autobiografía espiritual». Es una declaración de fe revisada por alguien que, aunque habla constantemente de Marx con respeto, se ha dado cuenta que para el movimiento socialista, el marxismo, sea lo que sea que haya sido en el pasado, es ahora un estorbo, algo que no interpreta los tiempos ni se corresponde con las aspiraciones de la época. Henri de Man tiene cuidado de distinguir entre Marx y el marxismo. El marxismo, que es lo que el movimiento laborista ha hecho del sistema teórico de Marx, es lo único que importa, y muestra un desprecio apenas velado por aquellos que se ocupan del comentario y la crítica textual, y que confían en las citas del maestro.
Más allá del marxismo es muy eficaz, y de gran interés, precisamente por la diversidad tanto del hombre como del entorno del que procede: el entorno que es el de la sociedad belga, y el hombre que durante muchos años estuvo entre sus dirigentes, practicó y vio practicar el marxismo, observó la realidad, utilizó la reflexión y la crítica, y reconstruyó su sistema de ideas de arriba abajo yendo más allá del marxismo y del materialismo histórico. La particularidad de las cosas que dice le da ese interés y eficacia; esto se ve reforzado y elevado por el carácter del autor, que es un hombre de corazón y de bondad, y al mismo tiempo severo e indulgente, con un fino sentimiento por la vida moral, intelectual y estética.’
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Lo que expondré puede resultar incómodo para algunos, pero la lógica, cuando se desarrolla con rigor, tiene la capacidad de imponerse sobre nuestras propias resistencias ideológicas y emocionales. Al sumergirme en la lectura de Más allá del marxismo (1933) de Henri de Man, me encuentro ante un intento intelectual de “trascender” el marxismo, es decir, de explorar sus límites y señalar qué hay más allá de ellos. Sin embargo, en esta empresa de superación, el autor formula una aseveración que, aunque me genere cierto desacuerdo, se presenta con la fuerza de una verdad evidente, quizá incluso de Perogrullo. La afirmación central de De Man sostiene que el apotegma de la “condición y libertad individual” no tiene cabida en los estratos más profundos de la sociedad, lo que implica que la idea misma de la autonomía individual es, en última instancia, una construcción limitada por determinaciones económicas y psicológicas.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el autor desarrolla una tesis que reinterpreta la estructura del marxismo clásico: para que el “proletariado” se convierta en “proletario”, debe entregar su fuerza de trabajo al capital. Esta relación, establecida por Marx como el fundamento de la explotación en la sociedad industrial, es llevada por De Man a otro nivel de abstracción, aplicándola a la propia noción de individualidad. Así, el “individuo”, para convertirse en una “individualidad”, se ve obligado a ceder su propia esencia, vendiendo su alma a la “soledad”. Este paralelismo sugiere que la alienación no solo es económica, sino que se manifiesta también en el plano psicológico: el precio de la autonomía es la separación del otro, el distanciamiento de la comunidad. La conexión entre ambas dinámicas—la del proletario y la del individuo—se encuentra en el acto de “venta”, el cual trasciende lo meramente económico para adentrarse en el terreno de la subjetividad y la angustia existencial.
Es precisamente en este punto donde el análisis de De Man cobra una dimensión filosófica que lo distingue de los enfoques puramente economicistas del marxismo ortodoxo. En su visión, la enajenación no es únicamente una consecuencia de las condiciones materiales de producción, sino también un fenómeno que se inscribe en la psicología del ser humano. La estructura del capitalismo no solo impone un sistema de explotación laboral, sino que configura un horizonte mental en el que la identidad se construye a través de un constante proceso de transacción: el trabajador vende su tiempo, el individuo vende su aislamiento, y en ambos casos, la angustia emerge como el signo ineludible de esta pérdida.
Un ejemplo literario de esta dinámica puede encontrarse en La rebelión de Atlas, donde la búsqueda de la identidad de John Galt se enmarca en una interrogante existencial: ¿quién es John Galt? La respuesta, lejos de limitarse a una cuestión económica o política, se hunde en una exploración del vacío. La angustia, el pánico ante la percepción de la “nada”, se erige como el motor último del pensamiento y la acción. En este sentido, el libro de Ayn Rand ilustra cómo las fuerzas naturales (como el instinto de supervivencia o el miedo a la aniquilación) pueden sobreponerse a las estructuras sociales, facilitando procesos de adoctrinamiento colectivo. Así se explica, según esta perspectiva, la facilidad con la que tantas personas han abrazado ideologías como el marxismo o el colectivismo, encontrando en ellas un refugio ante la incertidumbre existencial.
Quienes han logrado escapar de estas estructuras, sin embargo, no encuentran un destino idílico, sino un aislamiento forzado, similar al del lobo estepario. Como aquellos personajes randianos que se exilian en valles secretos para preservar su independencia, los individuos que se resisten a la lógica colectivista se ven condenados a la soledad, pagando el precio de su libertad con la separación del mundo.
Una nueva edición para una nueva lectura
En este contexto, Ediciones Exodus ha lanzado una nueva edición de Más allá del marxismo, acompañada de un “preámbulo” de Galán Madruga y una “introducción” escrita por mi persona. Ambas contribuciones buscan profundizar en los temas centrales de la obra, ofreciendo una lectura crítica que dialogue con los debates contemporáneos.
Nota bene: La trascendencia y la crítica al marxismo
El marxismo, cuya orientación actual ha adquirido una fuerte dimensión cultural, no solo fue objeto de crítica por parte de Henri de Man en 1927, sino que él mismo se propuso trascenderlo a toda costa. Lo que esto significa es que no bastaba con señalar sus insuficiencias; era necesario ir más allá de su marco conceptual, replanteando los términos mismos en los que se desarrollaba la teoría socialista.
Sin embargo, persiste la sospecha de que el determinismo economicista de la “base y superestructura”—una de las ideas fundamentales del marxismo—es problemático e insuficiente para comprender la totalidad de la experiencia humana. Pese a esto, su influencia sigue vigente, como una espada de Damocles suspendida sobre nuestras cabezas, definiendo los parámetros dentro de los cuales se discuten las estructuras de poder y los mecanismos de explotación.
Por estas razones, Más allá del marxismo recibió en su época una de las críticas más fervientes, formulada por José Carlos Mariátegui, el considerado padre de la variante latinoamericana del marxismo. En 1937, Mariátegui publicó La defensa del marxismo, un libro enteramente dedicado a refutar las tesis de De Man. Este enfrentamiento intelectual no solo ilustra las tensiones dentro de la tradición marxista, sino que también refleja el temor de algunos de sus exponentes ante la posibilidad de que la teoría pudiera fragmentarse o debilitarse si se permitía una crítica demasiado profunda.
De Man había identificado una vulnerabilidad fundamental en el marxismo: su incapacidad para dar cuenta de los “estados de ánimo” de la clase trabajadora durante los procesos de producción. Más allá del simple factor económico, lo que impulsaba a la prole no era solo la necesidad material, sino una combinación de factores psicológicos, mentales, imaginarios y narrativos. En otras palabras, el motor de la historia no podía reducirse únicamente a la dialéctica entre clases o a la lucha por el control de los medios de producción; también intervenía el ego del individuo común, con sus deseos, ansiedades y expectativas.
Es en este punto donde la obra de Henri de Man se revela como una contribución singular y provocadora, pues plantea que la verdadera batalla no es solo política o económica, sino también simbólica y emocional. Y quizás sea precisamente en ese “más allá” del marxismo donde se juegue el destino de nuestras sociedades futuras.
Ediciones Exodus
ISBN: 979-87-07957-02-4
Formato: 5×8 Inc.
Págs: 516