Por Héctor A. Rodríguez, PhD
Después de tres años de guerra en Ucrania y casi dos millones de muertos entre ambos contendientes, así como la destrucción casi absoluta del este del país y de sus infraestructuras energéticas, portuarias y viales, resulta realmente alarmante el silencio de los líderes europeos ante la necesidad de alcanzar la paz.
El panorama mundial cambia con la llegada de Trump al poder, quien comienza a cumplir su promesa de campaña para poner fin al conflicto en Ucrania. Su estrategia avanza rápidamente, poniendo en jaque a Europa y generando expectativas favorables en Rusia. Europa, que hasta entonces no había vislumbrado la posibilidad de la paz sin la mediación estadounidense, inicia una carrera de protagonismos para adjudicarse el mérito de la solución.
Pero, ¿quiénes son los actores de este juego de protagonismo y torpeza política? Emmanuel Macron y Keir Starmer, con Zelenski aún revoloteando a su alrededor, aunque cada vez más desacreditado como defensor de la continuidad de la guerra. Desde las gradas de este estadio geopolítico, observamos el reciente bombardeo de un hotel vinculado a la familia Zelenski, la compra de un banco por más de cien millones de dólares por parte del mandatario ucraniano, y las imágenes de la primera dama exhibiendo marcas de lujo que confirman la corrupción de la pareja. El dinero está en Francia, bajo control, y este hecho acelerará su salida del escenario político.
En este contexto, los protagonismos entran en juego.
Europa enfrenta su peor pesadilla: debe lidiar con Putin sin el respaldo de Estados Unidos, pues Trump ya ha asegurado la paz con Rusia; solo es cuestión de tiempo. Ante esta realidad, Europa propone un plan de paz para Ucrania, respaldado con tropas sobre el terreno, una estrategia absurda que ignora el derecho de Rusia en el conflicto.
Starmer, tras una reciente cumbre, afirma que “para garantizar la paz en Ucrania es necesario el fuerte respaldo de Estados Unidos”. Esta postura es pura miopía política. ¿Pretenden arrastrar a EE.UU. a una prolongación de la guerra?
Macron, Starmer y Von der Leyen describen este momento como un «desafío generacional» para el continente, cuando en realidad buscan justificar el enriquecimiento de la industria armamentista y perpetuar la corrupción que ha llenado sus bolsillos desde la crisis del COVID hasta la guerra en Ucrania. Son capaces de llevar a sus pueblos a una guerra nuclear en beneficio propio, sin importar las consecuencias.
¿Cuál es su plan?
Si EE.UU. reduce su compromiso con la OTAN, la UE deberá aumentar considerablemente su gasto militar. Esto explica medidas como el plan Rearm Europe y la presión para que los países alcancen el 2% del PIB o más en defensa.
Sin embargo, este esfuerzo solo proporcionaría una capacidad de defensa efectiva dentro de dos o más años, mientras que en el presente lo que está en juego es la gestión de la paz entre Rusia y Estados Unidos.
Aun así, Europa necesita más recursos para gasto militar. La UE ha propuesto un plan histórico de 800.000 millones de euros para reforzar su defensa, mientras que los países miembros incrementan su gasto nacional en defensa a 326.000 millones de euros en 2024, acercándose al 2% del PIB. No obstante, Trump presiona para que esa cifra aumente al 5%.
Las adquisiciones conjuntas y la producción local serán prioritarias. Francia, Alemania, Italia, España y Polonia recibirán mayores inversiones debido a su industria de defensa y nivel de gasto. Polonia ya destina más del 4% de su PIB a defensa, mientras que España apenas un 1,28%.
Los sectores clave incluyen municiones, defensa antiaérea, vehículos blindados, drones, ciberseguridad y tecnología militar avanzada. Pero para disuadir a Rusia sin la ayuda de EE.UU., Europa necesitaría elevar su gasto militar hasta un mínimo del 3,5% del PIB.
¿Y el arsenal nuclear?
Francia, con sus 300 ojivas nucleares, ha insinuado que podría proteger a Europa, pero esto no es suficiente ante las miles de ojivas rusas. En cuestión de horas, Rusia podría arrasar Francia.
Es decir, la única solución real pasa por una paz negociada, alcanzada por verdaderos actores y no por teatrales juegos de protagonismo.
Trump y Putin serán los vencedores de esta guerra de actores y traerán la verdadera paz y estabilidad al mundo, para disgusto de algunos líderes europeos y en beneficio de sus pueblos.
Referencias:
- CNN News
- Fox News
- Negocios TV
- New York Post
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