Kamala, una derrota anunciada

Por Humberto C. Cruz,

Cuando Kamala Harris fue escogida por Biden en el otoño de 2020 para ser su compañera de fórmula, después de haberlo llamado racista en las primarias, dije en un chat con la periodista de El Nuevo Herald, Fabiola Santiago, que era una oportunista incompetente y que el país iría muy mal con ellos. La señora Santiago, ganadora del Premio Pulitzer, quien honró la 1era Enmienda bloqueándome, debe estar pensando cuánta razón tenía entonces.

A diez días del 5 de Noviembre, se ha vuelto misión imposible ocultar que Kamala ya está perdiendo y eso responde a varios factores:

Su peor enemiga

El más importante es la propia Kamala, quien, a pesar del apoyo de la mayoría de los medios que la han promovido y protegido en ridículas entrevistas sin ningún cuestionamiento por parte de encumbrados periodistas, ha demostrado no tener la inteligencia básica que necesita un candidato presidencial. Los siguientes son algunos ejemplos de situaciones en las que ningún equipo de campaña o teleprompter podría protegerla.

En el ultra-liberal The View, Sunny Hostin le preguntó si hubiera hecho algo diferente de lo que hizo Biden. La pregunta, obviamente, le daba la oportunidad de desmarcarse de los errores de su propia administración. Sin parecer desleal a su Presidente, pudo haber dicho: “Creo que debimos organizar mejor la retirada de Afganistán y evitar la muerte de soldados americanos y colaboradores afganos”, pero increíblemente, dijo que no había nada que le viniera a la mente, lo que debe haber dejado a Obama al borde de un infarto.

Días después, cuando accedió a ser entrevistada por Bret Baier, en Fox, este le preguntó cómo explicaba que se debía “Pasar la Página”, si ella y Biden habían estado casi cuatro años en el poder y el 79% de los americanos creía que el país no iba en la dirección correcta. Cuando Baier no la dejó irse por las ramas, dijo: “Y Trump se ha estado postulando durante la última década”.

Hace unos días, en un rally, dos jóvenes gritaron: “Jesucristo es Rey” y a Kamala no se le ocurrió nada mejor que decirles que estaban en el rally equivocado y que fueran al otro más pequeño, calle abajo. Los guardias de seguridad sacaron a los muchachos del recinto, el video se hizo viral, la mayoría de las congregaciones religiosas le dedicaron duras críticas y el Arzobispo Carlo Maria Vigano acaba de endosar a Trump. Trató de arreglarlo en un Townhall de CNN, diciéndole a Anderson Cooper, que ella, hija de una madre devota del hinduismo y un padre marxista, había sido educada en la fe cristiana y que oraba “dos veces” todos los días.

Seamos justos, no se podía esperar nada mejor de una VP que repitió varias veces en público que el Covid había matado a 220 millones de americanos, el 65 % de la población en 2020.

Llamarles a los disparates de Kamala “ensalada de palabras” es una afrenta a los vegetales.

El Presidente incumbente está sujeto a plebiscito

El segundo factor es la misión imposible y surrealista que su equipo le impuso: Ejecutar un acto de magia que haga desaparecer su responsabilidad en los fallos de su administración y hacer aparecer a Trump como el incumbente, contra quien tendría lugar un plebiscito.

A nadie le importa qué hizo supuestamente contra el crimen organizado como Fiscal General de California, un estado fronterizo, cuando siendo la encargada del Presidente para la frontera sur, permitió la entrada de millones de inmigrantes ilegales, entre los que hay 662,556 asesinos convictos que ya han violado y asesinado a varias mujeres, mientras el Tren de Aragua opera ya en 18 estados y las autoridades no tienen idea de dónde están más 330,000 niños migrantes, muchos de los cuales se teme hayan sido víctimas de tráfico humano.

Al americano medio no le dice nada cuánto subió el Dow Jones, ni el crecimiento del Producto Interno Bruto, ni cuántos empleos supuestamente se crearon, pero la cuenta del supermercado y la bomba de gasolina le explican claramente cada semana el estado de la economía.

Patras-Palante sin una plataforma creíble

El tercer factor es, por una parte, sus cambios de 180 grados en posiciones clave, como haberse opuesto fieramente al fracking, al que llamó “amenaza para la salud pública” y decir ahora que lo apoya; Haber criticado duramente el muro fronterizo, al que llamó “fantasía de Trump” y “proyecto medieval”, y después anunciar que quiere levantarlo; y alardear de que va a tener mano dura con los criminales, cuando en realidad recaudó fondos para pagar las fianzas de los terroristas que quemaron Minneapolis en el “Verano de Amor” de 2020 y abogó ardientemente por quitarle fondos a las fuerzas del orden.

En resumen, nadie en realidad sabe cuál es la verdadera Kamala Harris o qué posiciones defiende.

Del otro lado, sus propuestas ni están claras, ni parecen lógicas.

Kamala propone regalarle $25,000 a cada americano que no tiene una vivienda propia. En números redondos, el 65% de la población es dueño de una casa, lo que deja a 124 millones en la lista y asumiendo que todos ellos están divididos en núcleos familiares de un matrimonio con un hijo, tenemos 42 millones, que multiplicados por $25,000 arrojan una factura de 600 billones, que Kamala aún no ha dicho de dónde van a salir, ni como esto va a afectar la ya astronómica deuda pública.

Además, suponiendo que esto reciba el visto bueno de un Congreso dividido, que los bancos le aprueben el crédito para una hipoteca a cada receptor de la prebenda política de Kamala, ¿qué va a pasar cuando cientos de miles no puedan pagarla? Este análisis no incluye otros conflictos que ocurrirán, por ejemplo, cuando el gobierno federal interfiera en la zonificación, entre otros que crearán caos en la industria de bienes raíces.

Otra de sus propuestas, aún más absurda, es darle un crédito de impuestos de $500,000 a los pequeños negocios, pues ella “nació en una familia de clase media”, lo cual, además, es falso.

Parece que Kamala no se ha enterado de que los pequeños negocios generalmente no producen ganancias en los dos primeros años, y que para deberle al IRS hasta $500,000, las ganancias tienen que ser de varios millones.

La tercera propuesta es aún peor. Kamala propone aumentar hasta $6,000 el crédito fiscal por cada niño, que es actualmente de $2,000. Puedo invitar a mis lectores a que visiten Hartford, Connecticut, para que vean cuántos nacimientos ocurren en familias de bajos ingresos debido a tal “estímulo”, lo que termina generando un círculo vicioso de pobreza mantenida por el Estado-Welfare, con los consiguientes e infinitos problemas sociales que acarrea. Además, ¿en qué beneficia eso al resto de los americanos que no quieren, o no pueden tener un hijo?

Kamala nunca fue rival para Trump, que está siendo revindicado

Odiado y querido por igual, Trump tiene a su favor que no necesitaba la Casa Blanca, pues ya era rico y famoso, y que ha sido el único Presidente de la historia contemporánea que se ha enfrentado al establishment corrupto de Washington.

A sus 78 años, Trump ha demostrado una capacidad de resistencia envidiable y una perseverancia a toda prueba. Los demócratas le hicieron un regalo al convertirlo en la víctima de una persecución política que no tiene precedentes en la historia americana y su reacción al balazo que casi lo mata en Butler, Pennsylvania, acabó de cimentar su popularidad.

Mientras Kamala sigue pregonando los peligros mortales que nos esperan con Trump como presidente, el pasado 20 de Septiembre, el Congreso publicó las transcripciones que muestran que, en los días anteriores al 6 de enero de 2021, Trump hizo varios pedidos al alto mando del Pentágono para que enviaran a la Guardia Nacional o tropas para proteger el Capitolio, los cuales fueron absolutamente ignorados.

Si esto fuera poco, un video del pasado 31 de Julio, entregado a la prensa, muestra a Nicholas Biase, Vocero de la Fiscalía de New York, explicándole a su pareja en un bar, que los cargos que el Fiscal de Distrito Alvin Bragg levantó contra Trump, por lo que fue finalmente encontrado culpable por un jurado neoyorquino, fueron un sin sentido legal, motivados por la ambición política de Bragg, quien había basado su campaña en condenar a Trump.

Ayer, Nathan Wade, el improvisado “fiscal especial”- amante de Fanny Willis, la fiscal en el caso de interferencia electoral en Georgia, declaro en una audiencia del Comité Judicial del Congreso que Willis había creado un equipo de trabajo para encausar a Trump mucho antes de ser electa como Fiscal de Distrito, el 1ero de enero de 2021, y que mientras el y Willis llevaban a Trump y otros 19 acusados a corte, tuvieron varias reuniones en la Casa Blanca. Esto no deja lugar a dudas sobre el carácter político de este proceso, ya viciado por el sórdido romance entre Willis y Wade.

Una candidata ilegitima

Kamala, por su parte, llega a la candidatura después del desastre moral que los propios demócratas orquestaron al encubrir desvergonzadamente la obvia senilidad de Biden y desplazarlo abruptamente de la candidatura, en un turbio proceso en el que nadie aparece como la cara visible de tal golpe de estado.

Antes, en las primarias demócratas del 2020, Kamala tuvo que retirar su candidatura al no obtener ni un solo voto.

Increíblemente, Kamala Harris pasara a la historia como la mujer que ha ocupado la posición de poder mas alta en la historia de EE. UU., sin que un solo Americano haya votado por ella, lo que demuestra cuanto han distorsionado y corrompido la política los demócratas.

Un Partido corrupto, desvinculado de la realidad y en una profunda crisis.

Seria tema de otro artículo la trama corrupta de la familia Biden, que aún no ha explicado qué bienes o servicios proporcionó para recibir el pago de $28 millones, de individuos corruptos de 7 países, incluyendo China y Rusia, a través de más de 20 empresas fantasma y unas 230 cuentas bancarias, aunque usar la oficina publica para enriquecerse ya era práctica común de los Biden desde mucho antes.

La élite demócrata, a la que han ascendido los ya multimillonarios Obama, Biden, Clinton, Pelosi & Co., están totalmente desconectados de la realidad del pueblo americano y se han enfocado en agendas de identidad de género y raza, acción afirmativa, revisionismo histórico, rechazo de la fe religiosa, victimización, tolerancia de la actividad delictiva y el antisemitismo rampante en las universidades, a la vez que han impuesto a ultranza la “diversidad” y el igualitarismo.

En suma, las prioridades de los demócratas no son las de la mayoría del pueblo americano.

El verdadero Partido del Pueblo

El mensaje de Trump, en contraste, resuena con el americano medio, el obrero que no tiene un diploma universitario, el granjero del Medio Oeste, el dueño de un pequeño negocio.

Tulsi Gabbard, una prestigiosa excongresista demócrata, excandidata presidencial y veterana del ejército, acaba de anunciar su afiliación con el Partido Republicano, al que llama El Partido del Pueblo, lo cual sigue al endorso de Trump por un miembro de la familia Kennedy, sinónimo de demócrata desde la segunda mitad del siglo XX.

De acuerdo a la Constitución, Trump solo puede gobernar un periodo y pasar la antorcha.

A sus 40 años, JD Vance, un joven que superó la drogadicción y la pobreza en los Apalaches, se enlistó en el ejército, se graduó de abogado en Yale, y se casó con la hija de inmigrantes hindúes, encarna lo posible del sueño americano y representa la nueva cara del Partido Republicano.

El próximo Partido Demócrata no tendrá mucho espacio para Su Majestad Obama, y menos aún para personajes como AOC, Gavin Newsom, Bernie Sanders, si aún vive, u otra Kamala Harris.

Será una versión reciclada del Partido Demócrata centrista de la era Clinton. No tiene otra alternativa.

Mientras tanto, si usted lee esto, por favor vote Rojo y salvemos a América del desastre.

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