Archivo fotográfico de Francisco Monserrat en Cuba

Archivo fotográfico de Francisco Monserrat en Cuba

Francisco Monserrat Fernández: el ingeniero que fotografió el fin de un imperio

Hay nombres en la historia que, a pesar de haber ocupado los más altos cargos del Estado, quedan injustamente sepultados por el tiempo. Es el caso de Francisco Monserrat Fernández (1851-1917), un brillante ingeniero que llegó a ser Ministro de Fomento y Alcalde de Madrid. Sin embargo, su legado más fascinante y único no se encuentra en los despachos, sino en una serie de fotografías que tomó en Cuba, documentando con la precisión de un técnico y la mirada de un testigo privilegiado los últimos días del dominio español y la mismísima explosión del acorazado Maine. Esta es su historia.

Restos del acorazado Maine

De Vinaroz al poder: El ascenso del político tecnócrata

Nacido en Vinaroz (Castellón) en 1851, Francisco Monserrat perteneció a esa élite de profesionales que modernizaron España durante la Restauración. Se formó en la prestigiosa Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y su perfil técnico fue la llave que le abrió las puertas de la política.

Miembro destacado del Partido Liberal, su carrera fue meteórica:

  • Diputado en las Cortes: Representó a su Vinaroz natal en múltiples ocasiones.
  • Alcalde de Madrid (1901-1902): Impulsó proyectos de modernización y saneamiento en una capital en plena ebullición.
  • Ministro de Fomento (1905-1906): Desde este puesto, dirigió la política de infraestructuras de toda la península.

Pero antes de alcanzar estas cimas, Monserrat vivió el capítulo más definitorio de su vida a miles de kilómetros, en el corazón de la tormenta que acabaría con el imperio español.

Misión en Cuba: construir en el ojo del huracán independentista

En 1897, con la Guerra de Independencia cubana en su punto más álgido, el gobierno español jugó su última carta: conceder un régimen de autonomía a la isla. Para dar credibilidad a este proyecto, se necesitaba a los mejores. Francisco Monserrat fue nombrado Director General de Obras Públicas de Cuba.

Su misión era demostrar con hechos —puentes, carreteras, puertos— que el futuro de Cuba era próspero bajo la bandera española. Trabajó en un ambiente de extrema tensión, con la guerra devastando el campo y la amenaza de Estados Unidos flotando en el aire. Fue en este contexto donde su faceta menos conocida salió a la luz: la de fotógrafo.

El legado inesperado: el archivo fotográfico del fin de una era

Monserrat no hacía fotos de turista. Su cámara era una herramienta de trabajo, un cuaderno de bitácora visual para documentar su gestión. Sin saberlo, estaba creando una cápsula del tiempo. Su archivo, conservado hoy en el Archivo General de la Administración, es un tesoro documental.

La Lente del Ingeniero: ¿Qué fotografió Monserrat?

  • Infraestructuras y Progreso: Documentó con detalle los proyectos a su cargo: puentes de hierro, trazados de ferrocarril, faros y edificios públicos. Eran la prueba de su labor modernizadora.
  • Ciudades y Paisajes: Capturó vistas de La Habana y Matanzas, sus fortificaciones y su vida cotidiana, congelando para siempre la imagen de la Cuba hispana.
  • El Acorazado USS Maine: Aquí reside la joya de su colección. Tras la misteriosa explosión del buque estadounidense en el puerto de La Habana el 15 de febrero de 1898 —la chispa que encendió la guerra—, Monserrat fue uno de los técnicos españoles que inspeccionó los restos. Sus fotografías de los hierros retorcidos del Maine son un testimonio directo, frío y sobrecogedor de uno de los eventos que cambiaron la historia del siglo XX.

El regreso del superviviente y su legado

Tras la pérdida de Cuba en 1898, Francisco Monserrat regresó a España. Lejos de ser estigmatizado por la derrota, volvió con la aureola de ser un hombre de Estado que había estado en el epicentro de la crisis y había cumplido con su deber. Su experiencia en la isla fue el trampolín definitivo que lo impulsó a la alcaldía de Madrid en 1901 y al ministerio de Fomento en 1905.

Legado

Ferrocarriles:
Planificación del Ferrocarril Central de Cuba: Este era el proyecto de infraestructura más importante de la isla. La idea era crear una línea troncal que conectara el este con el oeste de Cuba, uniendo las redes ferroviarias existentes que eran en su mayoría radiales (de las zonas de producción a los puertos). Monserrat trabajó en los estudios y planes para los tramos que faltaban, una obra estratégica para la cohesión económica y militar de la isla.
Mejora de Líneas Existentes: Supervisó la mejora y el mantenimiento de las líneas ya en funcionamiento, incluyendo la renovación de puentes y estaciones para hacerlas más eficientes.

Puertos y Faros:
Obras en el Puerto de La Habana: Planificó y supervisó trabajos de dragado para permitir la entrada de buques de mayor calado, así como la mejora de los muelles y almacenes. Su objetivo era hacer de La Habana un puerto de primer nivel mundial.
Modernización de otros puertos: También se proyectaron mejoras en puertos clave como Santiago de Cuba, Cienfuegos y Matanzas, vitales para la salida del azúcar y otros productos.
Red de Faros: Estuvo a cargo del mantenimiento y la planificación de nuevos faros en puntos estratégicos de la costa cubana para garantizar la seguridad de la navegación, una tarea clásica de los ingenieros de caminos. Muchas de sus fotografías documentan estos faros.

Carreteras y Puentes:
Expansión de las «Calzadas»: Trabajó en el diseño y construcción de nuevas carreteras pavimentadas (calzadas) para conectar poblaciones del interior y facilitar el transporte de mercancías y el despliegue militar.
Construcción de Puentes Modernos: Como ingeniero de caminos, una de sus especialidades era la construcción de puentes. Impulsó el uso de estructuras de hierro, más duraderas y modernas, para salvar los numerosos ríos de la isla. Sus fotografías son un testimonio de estos proyectos.

Saneamiento y Urbanismo:
Plan de Saneamiento de La Habana: Monserrat estuvo directamente implicado en el diseño de un ambicioso plan para dotar a la capital de un sistema moderno de alcantarillado y abastecimiento de agua potable. Este proyecto, aunque no pudo completarse bajo su dirección, sentó las bases para las obras que se realizarían décadas después.
Mejora de Edificios Públicos: Supervisó la construcción y mantenimiento de edificios administrativos (aduanas, correos, capitanías de puerto) que eran la cara visible del Estado.

La Inspección del Acorazado Maine:
Aunque no fue una obra de construcción, una de sus tareas más importantes y delicadas fue de carácter técnico-pericial. Como máximo responsable de obras públicas y uno de los ingenieros más cualificados del gobierno, fue una de las figuras clave en la inspección de los restos del USS Maine tras su explosión en el puerto de La Habana.
Su labor incluyó:
Documentar fotográficamente el estado del pecio, dejando un testimonio visual de valor incalculable.
Evaluar los daños desde un punto de vista técnico.
Participar en la comisión española que investigó las causas de la explosión.

Hoy, Francisco Monserrat Fernández merece ser recordado por partida doble: como el político e ingeniero que ayudó a construir la España moderna, y como el cronista visual inesperado que nos legó las imágenes del preciso instante en que un imperio se desvanecía en las aguas del Caribe.

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