Por Waldo González López
«Ni falsas explicaciones / ni simple arbitrariedad: / la realidad pura y dura, / la pura y dura verdad.»
He aquí una de las conceptuales cuartetas de Jesús Munárriz, incluidas en su poemario homónimo que leí y disfruté la friolera de décadas atrás, cuando conocí a su autor, el poeta español Jesús Munárriz, quien visitaba La Habana y nos presentara un colegamigo común
Munárriz, con su bonhomía a cuestas, me obsequiaría su volumen de valiosos textos, Nada más que la verdad, uno de los mejores cuadernos aparecidos en la España de fines de los ‘90s, publicado por Ediciones Hiperión S. L. en 1998, solo después, el cronista sabría que el poeta dirigía la prestigiosa editorial por la que ya divulgaba los mejores poetas antiguos, modernos y contemporáneos en nuestra lengua y otras, traducidos por él y otros colegas.
Abocado desde los dorados ‘60s a la Nueva Canción (grabaría un LP con otro cantautor) y la más genuina poesía ―de donde su apego por el grande Antonio Machado, cuyos poemas, por fortuna, musicara el nada común genio de Joan Manuel Serrat―, Munárriz era ya una figura sui generis en su promoción, en lo que no poco tuvo que ver su filia e influjo de su aprecio por el gran autor de Proverbios y cantares y su alter ego: «Decía Juan de Mairena, / tan dado a filosofar: / “También la verdad se inventa.” / E inventaba de verdad.»
El aire conceptual y filosófico ―que le llegara del conceptista Quevedo, vía Machado― decidiría la poiesis del asimismo editor y traductor (por ello, su extensa-intensa dedicación por estos icónicos y complementarios laboreos), se corrobora en cada poema de su desde entonces canónico Nada más que la verdad: «¿Cómo puede estar seguro / de no estar equivocado / aquel que mira a la luna / si solo la ve de un lado?»
Cierto: el aura quevediana recorre de punta a cabo el volumen, y ello enriquece la valedera oferta poética. Por ello, entre otros elementos conceptuales, la antítesis de muchos (la mayoría) de sus versos: «¿Quién se atreve a distinguir / entre falso y verdadero? / ¿Quién se atreve a preferir / entre ultimo y primero?»
Y aquí entramos en otra cualidad que actualiza su poética: la nota de sutil humor, rasgo distintivo de Munárriz, siempre con su bonhomía y lucidez, características de su talento, tópico sin el que es difícil ser hoy un poeta de veras.
Por ello, el trasiego de la nota irónica, en el buen sentido de la palabra buena, para decirlo con su (nuestro) amado Machado: «Si no te ríes un poco / de tu propia seriedad / es que te tomas en serio / ¡y eso es una necedad!»
El tono lúdicro salta en cualquier cuarteta para aportarle a su poética el necesario desenfado, tan propicio para la sonrisa y la reflexión, el amplio pensamiento y ese savoir faire que esclarece el punto de vista colérico o acérrimo que se interpone con El ruido y la furia, por decirlo con el título de la novela de William Faulkner. «Las mentiras y verdades / peleando frente a frente: / mentiras de los que matan, / verdades de los que mueren.»
O en este otro ejemplo, una joyita: «¿Quién puede decir que sabe / lo que es falso y lo que es cierto? / ¿Pero en qué cabeza cabe / ¿concertar el desconcierto?» Y aun en esta otra, cuya agudeza nos gana: «¿Quién decide que es lo falso? / ¿Quién decide que es lo cierto? / Solo el que está en el cadalso / distingue entre vivo y muerto.»
Mas, hay otros rasgos, como este calderoniano: «Si toda la vida es sueño / y los sueños, sueños son, / ¿quién sabe si está en lo cierto / o si perdió la razón?»
La eironeia socrática aunada a la mejor nota de buen [son]reír, se aprecia
en diversos instantes, como éste: «No te creas mi mentira / ni me digas tu verdad / que sé que me estás mintiendo / igual que yo, en realidad.»
Y como para estar acorde con otro poeta que compartimos: el gustado Fernando Pessoa, aquí va esta deliciosa cuarteta: «Si todo es pura mentira, / mentira todo será. / De nada nada se saca, / a nada nada se da.»
Y, por ahora, despidiéndonos, con la magia lírica de sus versos, nos ofrece esta posible definición del ars poética: «Admirable, en todo caso, / esta posibilidad / de entrelazar las palabras / con visos de realidad.»
MÀS SOBRE MUNÀRRIZ.
(San Sebastián, 1940). Poeta, editor y traductor en lengua castellana. Autor de numerosas canciones y versiones interpretadas por él mismo y por diversos cantantes entre los 60s y 70s, recogidas en Viva voz (2002). Desde los 18 años vive en Madrid, donde dirige desde 1976 Ediciones Hiperión, que en 2004 recibió el Premio Nacional a la mejor labor editorial cultural. Entre 1975 y 2005 su obra poética reunía 14 poemarios y dos libros para niños, como también las antologías de su obra: Peaje para el alba (Antología 1972-2000), Antología poética (2004) y Per questo vivo nelle parole. Antologia (1975-2003).
Ha publicado traducciones de Hölderlin, Heinrich Heine, Paul Celan, Rilke, André Pieyre de Mandiargues, Jean Arp, Louis Aragon, Yves Bonnefoy, Marcel Schwob, Michael Nerlich, John Donne, Shakespeare, Keats, Oscar Wilde, Cesário Verde, Fernando Pessoa, Eugénio de Andrade, Vasco Graça Moura, Carlos Drummond de Andrade y Herberto Helder, entre otros y, en colaboración con diversos traductores, otrasde Omar Jayyam, Ho Xuan Huong, Brecht, Ezra Pound, Jacques Roubaud, Claude Esteban, Mohammed Benis, Theo Dorgan, Ryookan y algunos más. Ha preparado igualmente ediciones de las que destacan las de Catalina de Erauso, Alfonsina Storni y José Asunción Silva, y antologías: Miguel Hernández, Joven poesía española, Un siglo de sonetos en español, El origen del mundo, así como textos sobre Hölderlin –Poetas del poeta– o poesía española escrita por mujeres –Ellas tienen la palabra– (estas últimas en colaboración). En 1996 fue nombrado «Caballero de la Orden de las Artes y las Letras» por el gobierno francés y en 2006 le fue concedido en Milán el «Premio Internazionale di Poesia Clemente Rebora».
En su amplia producción destacan Cuarentena (1977), Esos tus ojos (1981), Otros labios me sueñan (1992), Corazón independiente (1998), Peaje para el alba (1972–2000), Disparatario (2001), Rojo fuego nocturno, Va por ustedes (2009), Museo secreto (2012), Nos han robado un ángel (2013), Los ritmos rojos del siglo en que nací. Un cuento triste (2017) y Capitalinos (2018). De las antologías y recopilaciones que ha preparado pueden mencionarse Antología mayor. Alfonsina Storni (1994), Ellas tienen la palabra: dos décadas de poesía española (en colaboración con Noni Benegas, 1997), Un siglo de sonetos en español (2000), Sextinas. Pasado y presente de una forma poética (2011, con Chus Arellano y Sofía Rhei) y Poesía, ¿eres tú? (2018, junto a Fermín Herrero).
La personalidad poética de Jesús Munárriz se completa con su actividad de traductor y editor. Todo ello refleja una misma inquietud artística cuyo punto de convergencia se encuentra en ediciones Hiperión. Esta editorial, fundada por Munárriz en 1975, debe su denominación a la traducción que hizo de Hiperión, o el eremita en Grecia (1976) de Hölderlin. Pese al subtítulo de novela, se trata, en opinión del traductor, de «uno de los textos más poéticos que se han escrito nunca en prosa». En Hiperión ha publicado gran parte de sus poesías y traducciones y, como director, ha editado poesía traducida de treinta idiomas. La calidad de las ediciones, la excelencia de las versiones bilingües y la ingente labor de divulgación de Hiperión fue reconocida en 2004 por el Ministerio de Cultura de España con la concesión del premio a la mejor labor editorial. Munárriz es, fundamentalmente, traductor de poesía; para él, el mensaje de la poesía es universal y la traducción, el mejor medio para contribuir a esa universalización.
Y lleva dedicado a esta tarea más de tres décadas, vertiendo al castellano a poetas alemanes: Paul Celan, Amapola y memoria, De umbral en umbral (1985); Rainer Maria Rilke, La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke (1988), El libro de las imágenes (2001), Los sonetos a Orfeo (2003), Cartas a un joven poeta (2004); Henrich Heine, Alemania. Un cuento de invierno (2001), Radikal. Una antología (2008), Atta Troll. El sueño de una noche de verano (2011); J. W. von Goethe, Elegías romanas (2008), Epigramas venecianos (2008) y F. Hölderlin, Cánticos (2013); franceses: Jean Arp, Días deshojados: antología (1983); Yves Bonnefoy, Principio y fin de la nieve (1993), Las tablas curvas (2003); Marcel Schwob, El libro de Monelle (1995); Paul Éluard, Últimos poemas de amor (2005); Paul Valéry, Corona & Coronilla (2009); Charles Baudelaire, Las flores del mal (2015); anglosajones: Oscar Wilde, La balada de la cárcel de Reading (1992); William Shakespeare, Sonetos (1993), Venus y Adonis (2003), Robert Louis Stevenson, Jardín de versos para niños (2001), las traducciones firmadas con el seudónimo de «Gustavo Falaquera», o Canciones y poemas de amor (2004) y Elegías (2006) de John Donne
En fecha reciente ha traducido a autores portugueses: Cesário Verde, El sentimiento de un occidental (1995); Eugénio de Andrade, Aquella nube y otras (1996), Lugares de la lumbre (2003); Fernando Pessoa, Mensaje (1997), Cantares (2006); Vasco Graça Moura, Una carta en invierno y otros poemas (2000); la antología resumen de la obra poética de Herberto Helder, O el poema continuo (2006) y otra de Nuno Júdice, Tú a quien llamo amor. (Antología) (2008); más el libro El amor natural (2004) del brasileño Carlos Drummond de Andrade.
Ha preparado también, en colaboración con otros traductores, diversas versiones de obras de Omar Jayyám, Robaiyyat (con Zara Behnam, 1993); Bertolt Brecht, Más de cien poemas y Poemas de amor (con Vicente Forés y J. Talens, 1998); Edgar Alan Poe, Poesía completa (con María Condor, firmada como «Gustavo Falaquera», 2000); Personae. Los poemas breves (con J. Talens, 2000); Yuki Yaura, Haiga: haikus ilustrados (2005); Ryookan, Los 99 jaikus (2006); Ryookan–Teishin, El rocío del loto y Poemas amorosos del Manyooshu (2016, junto a Teresa Herrero).
En cuanto al modo de afrontar sus versiones poéticas, Munárriz es consciente de que cada poema plantea sus propias necesidades y exige soluciones diferentes. Es un traductor muy escrupuloso con los textos que traduce; suele incluso volver sobre sus traducciones, aprovechando la reedición de alguna de sus versiones, para pulirlas y afinarlas al máximo. Como norma, procura ceñirse todo lo posible a la literalidad y al sentido del original sin renunciar a la recreación rítmica y musical. Además, no duda en mantener palabras poco frecuentes en castellano, si así lo requiere el texto, o incluir notas y apéndices. Al tratarse de ediciones bilingües, la versión surge como una guía de lectura que orienta, pero no acaba, la lectura del texto original. En el año 2006 obtuvo el premio Panhispánico de Traducción Especializada por la versión de El «Persiles» descodificado o la «Divina Comedia» de Cervantes de Michael Nerlich (2005). Esta traducción entronca cuarenta años después con una de sus primeras traducciones: La lingüística española del Siglo de Oro (1966) del alemán Werner Bahner.