Cuatro poemas de Blanca Caballero

Por Blanca Caballero

Interfaz

Tu cuerpo suspendido,
en una realidad que no es.

La interfaz permite
recorrerte sin límites.

No hay momentos concretos.
No hay materia que valide
tu existencia.

En el perímetro del deseo,
surges tú.

La niña y la niebla

Una pluma flota
sobre los suspiros del aire.
Una niña de ojos grandes
sopla burbujas de jabón
que viajan de la niebla
hacia el amanecer.
Sopla la niña
su última burbuja,
que se esconde en la bruma.

Levedad en la playa

Con una leve mirada
vemos el mar
aun danzando.

Un niño sostiene un papalote
que rehúye el cielo.

Una mujer desteje
un sombrero
para el invierno.

Un policía de tránsito
lleva espuelas
en los tobillos.

Un hombre cruzó el mar
con esquíes relucientes,
pero no logró llegar.

Ya no sabe
a dónde ir.

Ruinas del olvido

Un viento me persigue.
He dejado un espacio
donde se disuelven sudor y semen.

Mi memoria, colapsada, no responde:
calles sin nombre,
rostros de borrachos sin escrúpulos,
vida desvanecida en el tiempo.

No recordar:
memoria en blanco.

Tardes donde la lluvia caía —
limpiando calles,
vómitos, convulsiones.

Casas desplomadas,
ruinas que acechan al transeúnte,
personas que claman por lo imposible.

Ciudad, espejo roto de huracanes,
pavimento hecho espinas.
Ciudad decadente,
ciudad que fue solo un cuento.

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