Alejandro Ríos — “Amar así…” — Armando de Armas In Memoriam

Por Alejandro Ríos

Para mí es imperativo reiterar que tengo un recuerdo muy cercano y agradecido de Armando de Armas por su franca amistad, momentos de conversaciones entrañables y porque siempre pude contar con él cuando honró con su presencia mi programa de televisión La Mirada Indiscreta. Me consta que tuvo la admiración de la teleaudiencia.
Gracias también, a Denis Fortún y a Ángel Callejas por haber pensado en mi para la presentación de esta novela póstuma: Amar así, en los días del coronavirus.


A diferencia de otros encuentros francamente tristes, cuando lo perdimos en el ámbito físico, esta tertulia de hoy es de pura epifanía porque Armando seguirá inquietándonos con su obsesión literaria por siempre.


Amar así… es una novela-ensayo, de apuntes históricos minuciosos. Una novela de “caballería” abiertamente revisionista, con atisbos autobiográficos -quiero conjeturar-, energizada de reflexiones, sumamente entretenida, donde el escritor pasa revista a un tiempo de incertidumbre, como lo fue el pandémico.


Es literatura viril sin afeites, sin metrosexualismo al uso. Crónica del intelectual que sufrió, paradójicamente, marrulleras cancelaciones en democracia y cruentas represiones en una dictadura totalitaria. Dos circunstancias que lo hicieron crecer como creador y asumió con entereza, inconmovible.


Nuestro autor sacude la llamada “libertad de expresión” para que regrese del limbo donde la han tramitado.
Armando escribe contra todas las banderas tribales y es encomiable como puede entretejer la cotidianeidad más pedestre con una acendrada fijeza íntima.


Hay un subtexto humorístico -de pura “jodedera” cubana- que brota como oportuna tabla de salvación cuando el optimismo parece ceder ante la avalancha de un mundo que le resulta cada vez más ajeno.


Es una historia contada simultáneamente en varios planos, con mucha destreza y poder de seducción. Simula una suerte de arte poética del macho alfa para luego rendirse ante los atributos femeninos que Armando veneró y respetó.


Literatura sin etiqueta étnica. Hay una voluntad universal instintiva que se proyecta, sin embargo, desde un complejo escenario miamense más que conocido por el autor, vecino ilustre que dio lustre a la ciudad.
La carga erótica de la novela es altisonante, operática. Hay un dominio del juego de palabras que nos hace escuchar y visualizar todos las distinciones de la comunión sexual. Son momentos que parecen proyectarse sobre aquellos cines drive-in con pantallas enormes a la intemperie.


Con tanta literatura prefabricada y hueca que nos circunda impuesta por editoriales de poder económico e ideológico, para satisfacer a lectores identificados al efecto, es de agradecer una novela como Amar así, en los días del coronavirus, sin pretensiones ni alharacas publicitarias, pero de garantizada permanencia en la historia de las letras escritas en total libertad.

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