Por Antonio Ramos Zúñiga
El pasado 24 de mayo, en la noche, Zoé Valdés, escritora cubana de mucho renombre internacional en literatura y política, estuvo en la Casa del Preso en Miami. Ya ella conocía el lugar, una modesta casa o templo héroe-mártir, donde los expresos políticos cubanos se reúnen en las conmemoraciones históricas y organizan homenajes a personas auténticas que luchan por la libertad de Cuba. Su presencia parecía un encuentro de familia: se le galardonó y los presentes, viejos y jóvenes, negros y blancos, la abrazaron con cariño sincero. Lo significativo de esto es que Zoé, a pesar de tener una agenda apretada de actividades, sacó tiempo para el encuentro y por más de una hora disertó sobre distintos temas de actualidad y dialogó con el público.
La escritora y la guerrera
¿Quién es Zoé Valdés? Si uno se remite a la prensa, la biblioteca, las redes sociales y a Wikipedia, no lo sabrá todo, tal vez sacaría dos conclusiones: es una novelista reconocida, con una primera novela primor, La nada cotidiana, que retrata la triste vida real en Cuba, y es una joven mujer y madre que no teme enfrentarse al régimen castrista, a la Ficción Fidel, otro de sus escritos. Mujer-escritora-política. Es sin duda una guerrera incansable que sabe esgrimir la palabra franca, la metáfora espada, la verdad sin miedo, contra la dictadura de 63 años que más daño le ha hecho a la nación cubana. Podría añadirse que vive en París, escribe poesía, se interesa por la historia y tiene su propia visión política del problema cubano y del totalitarismo en general. Uno de sus rasgos viriles es no tener pelos en la lengua, proclama lo que piensa y puede ser muy mordaz contra la chismografía tarada y contra los enemigos políticos de la especie izquierda idiota mamerta, pero nunca será ni vulgar a ultranza ni disparatada y grotesca como suelen ser sus enemigos.
Sí, tiene muchos enemigos entre los estratos del izquierdismo, el comunismo de la diáspora, el neocastrismo, la envidia intelectual y el gobierno cubano. La dictadura la odia y la mantiene en constante censura, aun así la población y las élites en la isla se las arreglan para conseguir sus libros. Por el hecho de ser una mujer consecuente con sus principios políticos, que no se arredra, Zoé es respetada por los líderes importantes del exilio y por los exiliados que creen seriamente en la libertad, también por intelectuales de talla en todo el mundo. Otros creen en los milagros, en los diálogos, en los vacuos plebiscitos, en los contactos culturales, en el modelo chino, en las protestas, en que aquello está por finiquitar, que se cae solo como le pasó a la Unión Soviética, etc. Los expresos políticos y Zoé y millones de cubanos hartos de comunismo creen lo contrario, las dictaduras no se caen solas, hay que tumbarlas.
Durante su conferencia en la Casa del Preso, Zoe no cuestionó las formas de lucha tradicionales contra el régimen: las protestas pacíficas y la desobediencia civil, ni los intentos de promover elecciones, ni nada que se invente para que el régimen se vuelva bueno y comparta o suelte el poder y deje en paz a los cubanos. Pero sugirió luchas frontales, las de siempre, justificadas como derecho de pueblos, luchar contra la violencia totalitaria con medios armados y guarimba. En este punto, Zoé argumentó que debe ser un objetivo prioritario poner fin al monstruo que gobierna en la isla. Y fue aplaudida. Pienso que lo que falta es el método y crear una movilización que se extienda globalmente, para lo cual hace falta unidad en la pluralidad y compromiso, lo que implicaría enfrentar a las fuerzas divisivas. Todo es posible en el sueño de la libertad, es una necesidad del ser contra la nada. Pero nadie consiguió jamás la libertad con los brazos cruzados, esperando a que se la dieran como limosna.
Para más información sobre el reconocimiento de Zoé en la Casa del Preso, entre a este link:
El Presidio Político Historico Cubano reconoció la contribución de la escritora Zoé Valdés a la liberación de Cuba, con la entrega de una placa, un libro sobre las presas políticas cubanas y un sello, además el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo le entregó la placa de reconocimiento Ciudadano de América José Martí por su continuo esfuerzo en favor de la libertad, la democracia y la solidaridad hemisférica.