Vacas locas y H1N1 y sus consecuencias

Por Héctor Rodríguez PhD.

La gripe H1N1, a veces llamada gripe porcina, es un tipo de virus de la influenza A. Durante la temporada de gripe 2009-2010, un nuevo virus H1N1 empezó a causar enfermedades en seres humanos. Por lo general, se denominaba gripe porcina y era una nueva combinación de virus de la influenza que infecta a cerdos, aves y seres humanos. Muchos de nosotros nos inmunizamos con una dosis de vacunas que distribuyó el gobierno gratuitamente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la gripe H1N1 como pandemia en 2009. Ese año se calcula que el virus causó 284,400 muertos en todo el mundo. En agosto de 2010, la OMS declaró el fin de la pandemia.

El síndrome de las vacas locas, por otro lado, se observó por primera vez en 1985 en una granja del sur de Inglaterra, donde una vaca adulta mostró síntomas neurológicos descritos como «hipersensibilidad crónica con síndrome de descoordinación». Siete meses después, se registraron nueve casos más con los mismos síntomas en el mismo rebaño. Esta enfermedad, también conocida como encefalopatía espongiforme bovina (EEB), es una enfermedad neurológica mortal del ganado bovino reconocida por primera vez en el Reino Unido en 1986. Ha causado la muerte de 232 personas según un informe hasta marzo del 23. Se descubrió que era transmitida a través del alimento concentrado con fuentes de proteína de origen animal que contenían el agente prionico, una proteína infecciosa.

El propósito de este artículo es ofrecer una perspectiva sobre dos enfermedades de origen animal que pueden causarnos daño y que deben ser manejadas con seriedad y responsabilidad, evitando evaluaciones superficiales, estultas y tendenciosas. Recientemente, un programa de radio en Miami abordó el tema de la gripe aviar con imparcialidad, consultando únicamente a un médico especialista en epidemias y pandemias, pero sin conocimientos sobre enfermedades como las descritas anteriormente.

Esto es relevante porque el tema se basaba en una opinión de la prensa de Texas, donde se informó sobre un caso de un trabajador que contrajo H1N1, y se sugirió la posibilidad de una nueva pandemia similar al COVID-19. Esta exageración es característica del ambiente alarmista en el que vivimos, donde se magnifican eventos como pandemias, eclipses y llamaradas solares sin fundamentos sólidos. El sarcasmo del médico entrevistado al descartar la posibilidad de una infección de gripe aviar proveniente de China refleja la falta de comprensión sobre las diversas formas de transmisión de enfermedades entre animales y humanos.

Es necesario destacar que existen múltiples vías de contaminación que pueden vincular a las aves con el ganado vacuno, como el uso de residuos de aves en la fabricación de alimentos para el ganado, el procesamiento de camas de pisos para aves como alimento para el ganado, entre otros. Se insta a través de este artículo a no cerrar la discusión sobre este tema, ya que la investigación continua, particularmente en Texas, es crucial para comprender y prevenir futuras enfermedades transmitidas de animales a humanos. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) deben mantenerse activos en la investigación de este problema y en la identificación de medidas preventivas adecuadas.

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