Por: Rafael Piñeiro López
THE PROPOSITION (2005) es un western australiano filmado por el talentoso John Hillcoat, y que en términos geográficos más precisos vendría a ser en realidad un Southern. Hillcoat, por cierto, al igual que muchos otros talentosos realizadores como David Fincher y Spike Jonze, proviene de las filas del video musical. Su “The Proposition” es una pieza que contribuye a la mitología histórica de la humanización de Australia, tal y como el género cowboy lo hizo con el oeste norteamericano. Su visión de la Queensland profunda, salvaje e inmisericorde es poesía pura. Y es que también hay una especie de mística macabra en la manera de narrar de Hillcoat, una tensión insoslayable y acuciante que intranquiliza el alma y provoca temores.
Las vastas planicies amarillas por donde cabalga Charlie Burns son el remedo de la terracota de las colinas del Midwest; los aborígenes koorie, apaches pieles rojas… La historia desquiciada de Nick Cave se desborda de caracteres complejos, muy humanos, en lo absoluto maniqueos, frutos de aquellos tiempos violentos pero honestos. Y entre una constelación de formidables actores (Guy Pearce, Emily Watson, John Hurt), se destaca un Ray Livingston soberbio que da vida al capitán Stanley, ese hombre atrapado por las circunstancias y un estricto sentido del deber.
El amor y el desamor entre hermanos ha sido desde los tiempos bíblicos una constante de la literatura y de la historia. Para Hillcoat, no es más que el leitmotiv de esta pieza montuosa, inconmensurablemente cruel, aterradoramente triste, que nos susurra al oído que la vida no es fácil y que el dolor se impone. Cualquier narrativa perspicaz y sensible sobre el misterio de la muerte es ya de por sí una obra atendible. The Proposition cuenta con el plus del talento de Hillcoat. No te la pierdas.