Sembrada en el Smithsonian la manzana hispana de la discordia

Por Carlos Manuel Estefanía

“¿Porto africanas?”. Foto publicada por en su sitio por el Museo Latino, perteneciente al Instituto Smithson( https://latino.si.edu/exhibitions/presente/latino-identity). En ella se pueden ver Activistas en Puerto Rico levantan el puño en apoyo al movimiento Black Lives Matter.  De alguna manera se intenta romper la unidad hispana usando como diferencia el origen africano de un sector de sus de sus representantes.

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Amy Goodman y Denis Moynihan son periodistas y presentadores de la plataforma «Democracy Now!», un noticiero internacional conocido por su enfoque en temas progresistas, derechos humanos, justicia social y medio ambiente. ¡Aunque no tienen una afiliación política oficial sus trabajos tienden a reflejar valores y perspectivas de los sectores más a la izquierda dentro del Partido Demócrata de Estados Unidos!

Goodman y Moynihan publicaron Democracia Now!, el 29 de septiembre de 2023, un artículo titulado «El Mes de la Herencia Hispana en EE.UU.: una oportunidad para seguir combatiendo el racismo hacia las personas migrantes.» En pocas palabras esto es lo que se plantea en la extensa columna:

* El Mes Nacional de la Herencia Hispana en Estados Unidos se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre y coincide con las celebraciones de la independencia en varios países latinoamericanos.

* Actualmente, Estados Unidos enfrenta una creciente crisis humanitaria en su frontera con México, con miles de personas migrantes buscando asilo, pero enfrentando obstáculos y hostilidad en su camino.

* Se menciona el concepto de «la cosecha del imperio» para describir la avalancha de migrantes que llegan a Estados Unidos, señalando que las intervenciones coloniales de EE.UU. en el extranjero son un factor determinante en la migración.

* Se destaca la intervención estadounidense en América Latina a lo largo de la historia, incluyendo intervenciones militares, apoyo a golpes de estado y sanciones económicas.

* El congresista demócrata Jesús “Chuy” García argumenta que estas intervenciones son responsables de la violencia, la corrupción y la impunidad en los países de origen de los migrantes, lo que los lleva a buscar asilo en Estados Unidos.

* Se menciona la importancia de la comunidad latina en la historia de Estados Unidos y se critica la pausa en una exposición sobre la contribución de la comunidad latina al movimiento por los derechos civiles debido a la presión de grupos de derecha.

* Se señala la tendencia creciente de borrar la historia y promover expresiones y lemas xenófobos en lugar de abrazar narrativas complejas y celebrar la diversidad.

* El artículo concluye llamando a utilizar el Mes de la Herencia Hispana como una oportunidad para celebrar la diversidad y combatir el racismo en Estados Unidos.

¡Lo publicado por “Democracy Now!» nos proporciona una visión de cómo los sectores denominados «progresistas», en particular los que dominan los ámbitos culturales y académicos, perciben el fenómeno de la hispanidad en el pasado, presente y futuro de Estados Unidos.

Todo parece reducirse a la tarea de victimizar, paternalistamente, a quienes llevan esta herencia. Se obvia naturalmente el reto que su llegada, crecimiento y afianzamiento cultural y lingüístico significa para una población residente, “norteamericanizada”, no importa su origen, por generaciones, una población cada día más acomodada e incapacitada para la competencia, ya por su propios hábitos y costumbres, ya por lo que aprenden en la escuela, ya por los efectos colaterales de sus presuntos derechos “sociales”.

Por otra parte, no existe el menor intento de reconocer la importancia que tuvo para el surgimiento y la supervivencia de la revolución de las 13 colonias, de la que la progresía norteamericana se siente heredera la existencia de Nueva España, un término histórico-geográfico que explicaría muchas cosas, que pocos aprenden en las escuelas y menos menciona. Un concepto territorial que no solo cubre el Caribe y Centroamérica, sino también gran parte del sur y prácticamente toda la zona oeste de lo que hoy es Estados Unidos. Sin el aporte de hombres, recursos y financiamiento provenientes de esta región, los padres fundadores de los Estados Unidos no habrían podido derrotar al poderoso Imperio Británico contra el que se rebelaron. Lo primero que un auténtico patriota estadounidense debería hacer es agradecer la existencia previa del mundo hispano en América del Norte. Mas allá de las motivaciones propias de la época, de no ser por el papel hispano el triunfo de la revolución norteamericana sería impensable.

Lo segundo que estos progresistas nunca harán es exponer las verdaderas razones y motivaciones detrás de estas olas migratorias. Estas no solo son culpa de las invasiones norteamericanas o el resultado de los problemas generalizados con la siembra innecesaria de estados semi fallidos en Hispanoamérica, sino también de las políticas de natalidad y degradación de la clase trabajadora «nativa» que tiene lugar, con la contribución de la propia izquierda en la América angloparlante. Este proceso afecta tanto a los ciudadanos de origen europeo como a los de origen africano o a los que descienden de los pueblos autóctonos, que están mucho más influenciados por la herencia hispánica de lo que nos muestran las películas. A través de la ingeniería social y la degradación con diversas drogas, tanto legales como ilegales, el estado usense ha reducido la capacidad de reproducción de estos sectores. Por otra parte, los que han sobrevivido al escarpelo abortista o al rechazo a tener hijos, están cada día menos habilitados, por motivos de salud o actitud para ejecutar trabajos duros. Esto crea inevitablemente un vacío laboral que, sí están dispuesto a llenar los trabajadores que llegan del sur, que llegan como hombres hechos y derechos cuya educación y crianza no han costado un dólar a Estados Unidos, en ese sentido son un verdadero negocio.

Sin embargo, en lo referido a los trabajos más calificados, la situación no es mejor para los “nativos”. No solo porque llegan hispanos mejor preparados, sino que también hay una inmigración de Asia, particularmente de la India, que viene mejor formada y con el conocimiento del inglés ya adelantado. Esto por no hablar de los disciplinados chinos, cuyos hijos por méritos propios copan están copando escuelas élites. De esto apenas se habla. Los medios y la prensa prefieren distraer la atención de la ciudadanía enfocándose los presuntos efectos negativos de la inmigración hispanoamericana.

Lamentablemente si no se explica este fenómeno objetivo, no se entenderá la xenofobia de la que se habla en ese mismo artículo, ni de donde salen las bases sociales que respaldan a los políticos que apuntan en sus discursos, con el aplauso de no pocos “latinos”, a la inmigración hispana como un peligro y no como solución a los problemas creados por un sistema global que se comporta por igual en el hemisferio occidental  y el oriental, reproduciendo lo que observamos en las Américas, con las interacciones migratorias que se dan Entre Europa, África e incluso Asia.

En cualquier caso, el artículo sirve como punto de partida para abordar el tema de la discordia sembrada por la visión reduccionista de lo hispano dentro de un proyecto museístico de una de las instituciones más prestigiosas de Estados Unidos: el Instituto Smithsoniano. Hagamos un breve recorrido histórico. 

El legado de James Smithson.

En el tumultuoso siglo XIX, cuando el mundo estaba al borde de un cambio profundo, un científico británico de renombre dejó un legado que transformaría el panorama cultural y educativo de los Estados Unidos.

James Smithson, nacido en París en 1765 y fallecido en Génova, Italia, en 1829, fue un químico y mineralogista cuyos logros científicos y visión trascendieron las fronteras geográficas y generacionales. Bautizado con el nombre de James Lewis Macie, era ilegítimo de Elizabeth Hungerford Keate Macie y de Hugh Smithson, primer duque de Northumberland. Después de la muerte de sus padres, pasó a ser conocido como James Smithson en lugar de James Macie.

En su testamento redactado en 1826, Smithson tomó una decisión extraordinaria. Legó su inmensa fortuna a su sobrino, Henry James Dickenson, bajo una condición singular: cambiar su apellido a Hungerford.

Smithson también especificó que, si su sobrino no tenía descendencia para heredar su riqueza, esta sería destinada a los Estados Unidos para establecer una institución educativa que llevaría su nombre: la Smithsonita Institution. En palabras de Smithson, su deseo era «el aumento y la difusión del conocimiento entre los hombres». Una misión ambiciosa que perduraría en la historia.

Trágicamente, Henry Hungerford falleció el 5 de junio de 1835, sin dejar hijos. Los Estados Unidos se convirtieron así en los destinatarios de la fortuna de Smithson. En 1836, el presidente Andrew Jackson designó a Richard Rush, un ex secretario del Tesoro, como Comisionado para asegurar los fondos necesarios para cumplir con el legado de Smithson.

La misión de Rush lo llevó a Inglaterra en 1838, de donde retornó, por lo visto sin grandes obstáculos por parte de la Corona, con una invaluable carga: 104,960 «soberanos» de oro, además de objetos personales de Smithson, notas científicas, minerales y su biblioteca. Aquella riqueza dorada fue transferido al tesoro de los Estados Unidos en Filadelfia y valorada en la asombrosa suma de $508,318.46. Pero el legado de Smithson no terminaría ahí. En 1864, los fondos restantes, provenientes de Marie de la Batut, la madre del sobrino de Smithson, fueron enviados a los Estados Unidos. Esta última donación ascendió a la suma de 54,165.38 dólares, consolidando el financiamiento para la creación de la Smithsonian Institution.

Llama la atención que siendo tan extensos los territorios del imperio británico, fuera la hija rebelde y emancipada la elegida por este súbdito de la corona para tan grande e importante proyecto. ¿Por qué no la India con ese legado milenario a proteger o acaso la siempre fiel Canadá?

Smithson nunca explicó por qué decidió hacer esta donación en su testamento, y su motivación exacta sigue siendo objeto de especulación. El científico nunca visitó los Estados Unidos y no tuvo correspondencia con nadie allí. Algunos han sugerido que su legado fue motivado en parte por la venganza contra las rigideces de la sociedad británica, que había negado a Smithson, que era ilegítimo, el derecho a usar el nombre de su padre. Esta podría ser una explicación, pero otra no menos plausible es la de que fuera del interés británico montar un centro de investigación en el corazón de su antigua colonia, más cuando aquella una vez derrotado Napoleón, si poderos aliado y tras su humillante derrota en la guerra Anglo-norteamericana de 1812, parecía volver al redil, no importa que conservase su independencia formal. Desde Entonces Estados Unidos ha sido un fiel servidor de su antigua metrópoli, pero este es otro tema para investigar y por el que el Smithsonian, no parece mostrar el mayor interés. A pesar de esto se ha de reconocer que es una de las instituciones culturales y científicas más importantes de Estados Unidos y del mundo, y que en muchos aspectos cumple con la misión de promover el conocimiento. Lo hace través de museos, centros de investigación y programas educativos. Sin embargo, la naturaleza de su “cientificidad” ha sido cuestionada ayer y hoy.

La Smithsonian ha enfrentado críticas en diversos frentes. Una de las principales críticas se dirige hacia el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana. Si bien el museo tiene como objetivo representar fielmente la experiencia de la negritud en América, algunos argumentan que no expresa toda la fuerza de su historia ni la plena gama de sus vivencias. El diseño de las exposiciones, que obliga a los visitantes a seguir un camino cronológico, ha sido objeto de curiosidad y crítica. Algunas descripciones dentro de las exposiciones se consideran excesivamente ordenadas en su lenguaje, mientras que otras han sido criticadas por evitar cualquier forma de acusación.

Otro ámbito de crítica está relacionado con la colección de restos humanos del Smithsonian. La institución recientemente se disculpó por la oscura historia detrás de su colección de restos humanos, que incluye al menos 30,700 partes del cuerpo, incluyendo 255 cerebros. Esta colección se acumuló durante la primera mitad del siglo XX, en su mayoría de personas afroamericanas e indígenas, así como de otras personas de color, y en su mayoría sin su consentimiento. Los restos fueron recolectados bajo la dirección del antropólogo Ales Hrdlicka, quien buscaba promover sus teorías, ahora desacreditadas, de que las personas blancas eran superiores a las personas de color.

Paradójicamente es en este museo donde hizo parte de su carrera el afroamericano Lonnie G. Bunch III, quien hoy es el decimocuarto secretario del Smithsonian. Asumió su cargo el 16 de junio de 2019 y antes había sido el director del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana del Smithsonian. De cualquier modo, Lonnie Bunch III, ha reconocido la necesidad de que los museos aborden el racismo y la desigualdad en Estados Unidos. Él cree que los museos pueden desempeñar un papel especial en ayudar a las personas a comprender sus propias historias y las de los demás. Sin embargo, en lo que se refiere al mundo de los hispanos norteamericanos, parece que la institución sigue sin dar pie con bola.

Tortuosa apertura a lo hispano

Con tales antecedentes, la institución parece querer curarse en salud con el tema Hispano yéndose a veces al otro extremo. A pesar de los orígenes anglo-protestantes de la Smithsonian Institution y las posibles sombras de hispanofobia que pudieron haber acechado en los primeros años de su existencia, hoy en día, la institución intenta erigirse como un faro de reconocimiento y celebración de la herencia hispana en los Estados Unidos. Para ello ha creado como filial suya el Museo Nacional del Latino Americano.

Fue en el mes de julio de 2020, tras un prolongado período de debate, que los promotores del Museo Nacional del American Latino lograron finalmente persuadir a los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes para respaldar su propuesta. Consecuentemente, la Cámara votó de manera cuasi unánime a favor de la iniciativa que daría vida a esta nueva entidad. La única voz en oposición provino del senador Mike Lee, quien expresó su preocupación de que esta acción podría exacerbar aún más la división en la nación.

Posteriormente, en diciembre de 2020, se incluyeron los recursos financieros destinados a los museos dedicados a la cultura latina y a la mujer en el amplio paquete de estímulo económico destinado a combatir la pandemia de COVID-19, que alcanzó casi los $900 mil millones. La mencionada legislación fue respaldada por la Cámara de Representantes con una votación de 359 a favor y 53 en contra. Luego, el 21 de diciembre de 2020, el Senado, bajo control republicano, la aprobó con un margen de 92 votos a favor y 6 en contra.

En la tarde del 27 de diciembre, el entonces presidente Donald Trump firmó esta medida de casi $1 billón, a pesar de haberla calificado como «una vergüenza» apenas días antes, otorgando así su aprobación al museo. Una más entre las tantas contradicciones de este presidente diz que “coservador”.

Era el resultado de una larga pelea. La presión para crear el Museo Latino comenzó a gestarse en un informe emitido en 1994, cuando un comité liderado por Raúl Izaguirre, quien ejerció como presidente y director ejecutivo del grupo radical La Raza desde 1974 hasta 2004, denunció que el Smithsonian mostraba un patrón de negligencia deliberada hacia la comunidad latina. Dicho informe planteó diversas demandas, entre ellas, una mayor representación.

Desde el punto de vista de los conservadores la implicación de La Raza debería haber suscitado preocupación desde el principio. Este grupo fue fundado en 1969, con financiamiento proveniente de la Fundación Ford (¿qué sería de la extrema izquierda si no fuera por el financiamiento que le da gran capital?), por activistas radicales de la década de 1960 con la intención de fragmentar al país mediante la creación de una nueva categoría gubernamental: los hispanos.

Sin embargo, una vez más, el establecimiento cedió a estas presiones. En 1997, el Smithsonian estableció su Centro Latino, y en 2008, durante el último año de la presidencia de George W. Bush, el Congreso creó una comisión presidencial que abogó por la creación de dicho museo, con las huellas de La Raza claramente presentes. Nada que al final los republicanos, digan lo que diga están tan metidos en el ajo como los demócratas a la hora de financiar proyectos identitarios. El problema no son los partidos, sino un sistema de fondos públicos que aparentemente respalda a los “enemigos” del estado que los recauda. ¿Contradicciones del capitalismo? Podría ser…o no. Es más bien una muestra de su coherencia, solo hay que ver el modo en que implemente a su servicio la disidencia controlada., al más puro estilo de 1984.

Un buen ejemplo lo de este financiamiento lo témenos en los departamentos de historia del arte y de literatura norteamericanos, controlados desde la década de los 80, la misma de la presunta revolución conservadora impulsada bajo la presidencia del republicano Ronald Reagan, por profesores que viven de fomentar en el alumnado las narrativas las elementales de lo que ha sido en llamar “marxismo cultural”. Así para el caso de la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard, se sabe que «el 96% de las donaciones destinadas a campañas y candidatos federales fueron dirigidas a demócratas» entre los 183 afiliados de la Facultad de Artes y Ciencias. La parcializad con la que se ofrecen estos fondos es evidente, y más cuando se sabe del poder que tienen las ideas de la izquierda posmoderna en el discurso y la práctica política del Partido Demócrata.

Un cubanoamericano al frente del museo

Volviendo al flamante Museo del Latino, cuya primera existencia es virtual. En su sitio digital se nos explica lo siguiente sobre la evolución del Mes de la Herencia Hispana. La celebración del Mes de la Herencia Hispana comenzó como una semana de reconocimiento en 1968 durante la presidencia de Johnson y se extendió a un mes completo en 1988 bajo el gobierno de Reagan. Este mes abarca una fecha significativa, ya que coincide con la celebración de la independencia de varios países de América Central, como Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Que gran casualidad, se festeje esto, por se trata en realidad de la partición por el sur de México, para su desgracia y la de los pueblos centroamericanos. algo que no parece ser un tema de reflexión para los mismos que lloran por la entrega de la parte norte a Estados Unidos, sancionada, en el mejor sentido de la palabra, definitivamente por ese “Benemérito de la Américas” que fue Benito Juárez.

Desde su establecimiento por el Congreso en diciembre de 2020, el museo ha tenido como misión formal de arrojar luz sobre la historia de los Estados Unidos a través de las contribuciones latinas al arte, la historia y la cultura del país desde sus inicios.

Como encargado de la compleja misión fue designado un cubano americano; Jorge Zamanillo. Ms no se crea por su origen que ha representado un freno a los comisarios políticos que han terminado imponiendo el sentido del del Museo Nacional del Latino. Por lo visto cuando se trabaja para lo establecido de poco valen las ideas o circunstancias particulares del individuo. Por otra parte, visto lo visto con el museo de lo afroamericano, parece que la condición de pertenecer a la etnia fuera un requisito para dirigir la institución que la investiga, lo cual no deja de ser un tanto segregacionista.

Eso si hay que reconocer que, desde punto de vista técnico, el fundador del museo cuenta Museo de Historia de Miami. Durante su tiempo en el cargo, Zamanillo no solo gestionó las operaciones diarias de un museo con un presupuesto de $6.2 millones, sino que también lideró un proyecto de expansión de $45 millones que transformó el museo, duplicando su tamaño y agregando cuatro nuevas galerías de exposición. Su experiencia en museología lo convierte teóricamente en el líder ideal para el Museo Nacional del Latino Estadounidense. Sin embargo, por lo que veremos a continuación, la tarea no le será fácil. Ocurre que saber administrar el dinero no lo es todo cuando se trata de liderar un Museo. 

Estalla la bomba

Sin contar un edificio propio, el Museo del latino ya había tomado medidas significativas para cumplir su misión. La primera sería una galería dedicada exclusivamente a la experiencia latina: la «Galería Latina de la Familia Molina«. Esta abrió sus puertas el 18 de junio de 2022, ubicada en el Museo Nacional de Historia Americana. La galería de 4,500 pies cuadrados estaba concebida como un espacio para exposiciones temporales y programas educativos durante la década previa a la inauguración oficial del museo y su edificio.

La exposición inaugural en esta galería, titulada «¡Presente! A Latino Historia of the United States«, pretendió ofrecer a los visitantes una visión crítica de conceptos, momentos y biografías que iluminan el legado histórico y cultural de los latinos en los Estados Unidos. La exposición debería haber estado abierta hasta el 1 de diciembre de 2024 y se complementada con un sitio web que presenta historias orales, objetos 3D, biografías históricas y objetos relevantes.

Sin embargo, el proyecto planificado por esta sección latina del Smithsonian ha sido objeto de controversia debido a las preocupaciones planteadas por un grupo dentro de misma la comunidad latina que cree que con ella se promueve una «narrativa ideológica”. El grupo, compuesto por latinos conservadores, ha instado al Congreso a retirar los fondos para el museo.

Esto pone en juego el destino del propio museo. De un lado están historiadores “progresistas” como Johanna Fernández y Felipe Hinojosa, dos de los académicos responsables de esta exposición en cuya defensa ya se han manifestado desde las páginas de Democracy Now. Por el otro, están los activistas políticos hispanos conservadores y los políticos cubanoamericanos como el congresista de Florida Mario Díaz-Balart, quien votó a favor de retirar fondos al museo en verano. Alfonso Aguilar, presidente de la Asociación Latina por los Principios Conservadores, quien afirmó públicamente que, si los conservadores se tomaran en serio las guerras culturales, definitivamente deberían retirar fondos a este museo.

Los aspectos clave de la controversia son los siguientes:

1. Los opositores al museo argumentan que la muestra inaugurada en junio de 2022 promueve una visión marxista de la experiencia de los hispanos en Estados Unidos y reduce la historia y la identidad de los hispanos en los EE. UU. a una «lucha por la justicia» basada en una ideología izquierdista. Además, critican la falta de diversidad intelectual en las exhibiciones.

2. Un grupo de 23 líderes y activistas hispanos ha escrito una carta a la representante Kay Granger, presidenta del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, y al representante Tom Cole, vicepresidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, instando al Congreso a detener todo el financiamiento para el Museo Latino del Smithsonian.

3. Los defensores del museo argumentan que es importante contar y preservar las historias no contadas de la historia latina en Estados Unidos. Afirman que las exposiciones de museos existentes en el Smithsonian no han proporcionado una representación adecuada de las contribuciones y experiencias latinas. Además, destacan la necesidad de exponer a un público diverso, incluidos los jóvenes que no pueden viajar a Washington D.C. para visitar un museo en persona.

4. Los críticos Argumentan que estas exhibiciones no representan adecuadamente la historia de éxito y prosperidad de la comunidad latina en Estados Unidos. Evidentemente se trata con esta imagen destacar aquellos que alcanzan el sueño norteamericano, no tanto el esfuerzo de los que se desgarran día a día proveyendo a la familia que dejaron detrás de la frontera, si capacidad para capitalizar su esfuerzo y crear su propio negocio. Mucho menos de abordar los procesos de transculturización forzada por no hablar de violencia directa o discriminación (en eso no se equivoca del todo la izquierda) sufridos por la comunidad hispana, mucho ante de cruzar la frontera, es decir cuando ella, como dice la canción la cruzo a ella, con la expansión de los Estados Unidos a los territorios de la antigua Nueva España.

5. Se señala que las exhibiciones presentan afirmaciones tendenciosas o incorrectas, como la afirmación de que Estados Unidos «robó» un tercio de México en 1848. Algo no es del todo falso pero que se presta a confusión por lo mucho que contribuyeron los gobernantes mexicanos de entonces a ese robo de lo que era “suyo”, primero fomentando la inmigración anglosajona y protestante (no la católica o latino europea, a pesar de su afinidad cultural con la población de los que se convierte en México), desatendiendo los territorios heredados de la soberanía española y por último boicoteando desde arriba la resistencia de quienes armas en la mano, incluido los batallones irlandeses que se pasaron a los mexicanos, enfrentaron al para entonces nada impresionante ejército norteamericano.

6. Los críticos también destacan que la exhibición no menciona las contribuciones hispanas a la fundación de Estados Unidos, como la participación en la lucha contra las fuerzas británicas, y omite figuras importantes de la historia hispana en Estados Unidos. En esto no cabe otra que darles la razón a los críticos y encaja con lo que decíamos al principio de este artículo. Eso si deberían aclarar que la motivación de aquellos hispanos, sometidos al despotismo borbónico, no fue la de crear esa presunta Republica libre que tanto de alaba cuando se habla de los resultado de la revolución norteamericana, sino simplemente hacerle el daña a Inglaterra, la cabeza de un imperio que aprenderá la lección dándole a los españole de su propia medicina, fomentando la secesión de sus territorios, un proceso iniciado en el nuevo mundo y que dura hasta nuestros día con la siembra movimientos independentistas e hispanófobos dentro de la misma península ibérica. 

Conclusiones

La controversia en torno al Museo Nacional del Latino Americano se ha exacerbado con la apertura de la exposición temporal «¡Presente! Una historia latina de los Estados Unidos». Por parte del Smithsonian, se pone nuevamente en claro los recursos que se utilizan para entorpecer el tratamiento realmente científico e histórico de un fenómeno, en este caso la historia los hispanohablantes en el país.

Sin duda alguna, es necesario abordar temas como los que se plantean en la exposición: la integración de la población latina en Estados Unidos después de la guerra con México en 1848 y la adquisición de Puerto Rico por parte de los Estados Unidos en 1898, o la simbra en Cuba de un estado neocolonial con todas las condiciones y contradicciones como para terminar convirtiendo a la isla en el primer territorio totalitario de las Américas.

Así mismo es necesario abordar sin anteojeras las causas que han impulsado la migración desde América Latina hacia los Estados Unidos. La Explicación no se encuentra aplicando simplificaciones marxistas o desde las leyendas fomentadas por los intelectuales, socialistas o liberales, que atribuyen el papel de víctima a los estados nacionales, nacidos en las zonas de habla castellana o las que lo fueron, como ocurre con buena parte de Estados Unidos, tras las famosas independencias, como causas primigenias de nuestras miserias.

Aquí la cuestión no radica solo en la reacción de los latinos republicanos, o que estos prefieran un enfoque que resalte el servicio militar y el éxito empresarial de su comunidad en los Estados Unidos, lo cual no deja de ser menos ideológico que desde el marxismo, dado el tufillo estatolátrico (la disposición voluntaria a quitar o dar la vida por el estado ya es el extremo) y utópico liberal (en el sentido tradicional del término) de esta alternativa de desprende.

Tampoco se soluciona intentando apaciguar las críticas del sector cubanoamericano, incluyendo por ejemplo la referencia a Fidel Castro y a la «dictadura, represión política y crisis económica» en Cuba en lugar de mencionar simplemente una «crisis económica», mientras que se culpa del resto de la emigración masiva a los norteamericanos. No importa que este cambio refleje el poder que las presiones externas pueden tener sobre la narrativa histórica en los museos.

Mucho menos se tiene que aceptar acríticamente la visión de los historiadores Felipe Hinojosa y Johanna Fernández, cuando defiende la exposición sobre el movimiento de derechos civiles latinos de la década de 1960 alertando contra el Miedo a la amenaza roja, en referencia a la época de la Guerra Fría cuando se perseguía y temía al comunismo, que tampoco era algo inofensivo, recordemos a los profesores. Por ciertos Fernández e Hinojosa, han sido acusado de tener inclinaciones políticas particulares que respaldan aún más la noción de un museo sesgado. Fernández ha abogado por la liberación del asesino de policías Mumia Abu-Jamal. Ha editado un libro sobre prisión escrito por Mumia y ha expresado su apoyo a su crítica del Estado y el capitalismo. Por otro lado, Hinojosa simpatiza con la Teología de la Liberación latinoamericana, que llama a la iglesia a ser un instrumento de movilización y revolución para alterar las estructuras sociales. También se le acusa de rechazar la asimilación y cree en la preservación de la separación hispana dentro de EE.UU.

Desde mi punto de vista, además de todo lo ya dicho, el problema radica en que una exposición sobre la hispanidad debería centrarse en todos los elementos que unen a los hispanos, sin caer en el victimismo, ni tampoco desconocer las desgracias de las que han sido objeto, no tanto por el poder de sus enemigos, como por las traiciones y trifulcas internas en las que ellos mismos han caído.

De lo que ha de hablarse en este museo es de las causas esenciales de nuestra subordinación, comenzando por lo ocurrido en el siglo XIX cuando los hispanoamericanos se arrancaron mutuamente la cabeza, divididos primero entre realistas e independentistas y luego entre liberales y conservadores, más tarde entre socialistas y los otros dos bandos, continuaron la destrucción de su floreciente cultura y economía con la matanza como soldados de aquella u otra nación inventada. Y ya como si fueran poco vinieron desde la segunda mitad del siglo XX hasta casi el otro día los sangrientos enfrentamientos entre guerrillas y demócrata representativos o dictaduras, que tuvieron connotaciones cada vez más sangrientas generando desplazamiento de masas poblacionales que no pararon hasta llegar los estados Unidos, a lo que habría de sumarse los efectos empobrecedores de dictaduras izquierdistas como la de Cuba o Venezuela, que incrementan esa misma ola migratoria. Algo que no puede abordarse científicamente, por muy smithsoniana que sea una institución como esta, capaz de festejar nuestras guerras de independencia, que en el fondo fueron guerras civiles y causas fundamentales de todas nuestras miserias.

En última instancia, esta controversia pone de manifiesto las tensiones actuales en torno a la representación y narrativa histórica en los museos. Mientras los defensores de la exposición argumentan que es fundamental contar la historia completa y matizada de los latinos en Estados Unidos, cosa que por lo visto no llegan a hacer, los críticos temen que la exposición promueva una agenda política específica, cuyo gran pecado es no ser la suya. El futuro del Museo Nacional del Latino Americano y su representación de la historia latina en Estados Unidos sigue siendo un tema de debate apasionado y vigente. Esta discusión refleja la importancia de contar una historia equitativa y representativa en un país tan diverso como Estados Unidos. El enfrentamiento de narrativas hace que la tarea no sea fácil, incluso para instituciones afamadas por sus ciencias como es la Smithsonian.

Fuentes:

El regalo inesperado de un científico británico a Estados Unidos Por Share America -15 August 2017. https://share.america.gov/es/el-regalo-inesperado-de-un-cientifico-britanico-estados-unidos

Todo lo que deberías saber sobre el Instituto Smithsoniano, agosto 14, 2020. https://etniasdelmundo.com/museos/instituto-smithsoniano

James Smithson.https://www.britannica.com/biography/James-Smithson

About the Smithsonian. https://www.si.edu/about

Attack on Latino History Exhibit Is “a Repeat of the Red Scare,” Historian Warns By Amy Goodman & Juan González, DEMOCRACYNOW! September 26, 2023. https://truthout.org/video/attack-on-latino-history-exhibit-is-a-repeat-of-the-red-scare-historian-warns

La comunidad latina, prioridad del nuevo director del Museo Nacional Latino Estadounidense (vozdeamerica.com)

Hispanic Heritage Month Molina Family Latino Gallery Tours. https://www.si.edu/events/hispanic-heritage-month

El Mes de la Herencia Hispana en EE.UU.: una oportunidad para seguir combatiendo el racismo hacia las personas migrantes. Por Amy Goodman y y Denis Moynihan Columna 29 de septiembre de 2023. https://www.democracynow.org/es/2023/9/29/el_mes_de_la_herencia_hispana

Smithsonian’s Planned Latino Museum Is Woke Move Intended to Radicalize US Hispanics, By Mike Gonzalez / @Gundisalvus / Alfonso Aguilar / September 29, 2023. https://www.dailysignal.com/2023/09/29/smithsonians-planned-latino-museum-is-woke-move-intended-to-radicalize-us-hispanics/

How the Left captured our institutions By Mike Gonzalez August 11, 2023 05:30 AM

https://www.washingtonexaminer.com/restoring-america/patriotism-unity/how-the-left-captured-our-institutions

Inside the Controversy Over the National Museum of the American Latino

BY OLIVIA B. WAXMAN. Update SEPTEMBER 18, PUBLISHED: SEPTEMBER 15, 2023 7:00 AM EDT https://time.com/6314166/museum-american-latino-controversy/

Latino conservatives demand Congress defund Smithsonian’s planned ‘Marxist’ Latino American Museum. By Sarah Rumpf-Whitten. September 30, 2023. https://news.yahoo.com/latino-conservatives-demand-congress-defund-012630517.html

Unveiling Smithsonian’s Empowering Latino Museum: Igniting a Progressive Wave among US Hispanics. by Mat Hutchison. September 26, 2023.

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