Por Spartacus
Superar el resentimiento arraigado tanto a nivel colectivo como individual puede ser clave para impulsar un proyecto cultural. Este proyecto sería sumamente complejo, requiriendo una gran cantidad de energía. Las prácticas budistas y la insistencia en el máximo esfuerzo, hasta ahora empleadas para mantener la higiene mental, podrían no ser suficientes para abordar su complejidad lógica y patológica.
No es casualidad que al observar los primeros encuentros en Playa Albina, donde coinciden grupos de personas con autismo y otras inmersas en teorías surrealistas y mundos virtuales, se sienta una especie de invasión patológica.
Esto que menciono puede explicarse sin necesidad de recurrir a contradicciones artificiales. Deben existir en la cultura senderos que establezcan prioridades flexibles, especialmente al considerar cómo interactúan los seres humanos en espacios surrealistas, simbólicos e imaginarios construidos de manera interactiva.
La idea de que siempre hay dos caras de una moneda es tan falsa como su reverso. En el mundo virtual, persiste la división que se dio cuando nos dimos cuenta tanto del mundo externo como de nosotros mismos. Conforme nos adentramos más en lo virtual, el ciberespacio se convierte en una nueva forma de expresar la ironía, y sentimos cada vez más la obviedad: en ese ámbito, no podemos buscar elementos que nos ayuden a comprendernos mejor.