Por Ediciones Exodus
Un gran número de autores exiliados y de la diáspora, más de 80 en total (360 páginas), son reseñados desde una perspectiva ascética en este libro. Sin embargo, el contenido no ofrece nada nuevo ni interesante. A pesar de ello, se trata de grandes escritores con diversas tendencias, estilos y poéticas.
El libro (Ediciones Exodus, 2017) se convierte en una especie de juego, divertimento, agonía troyana y egodisea temperamental al explorar la obra de estos autores. Se mencionan más de 100 libros de autores cubanos, la mayoría establecidos en Playa Albina, pero esto no ha sido suficiente para satisfacer el deseo de descubrir nuevos temperamentos literarios.
El enfoque del retorno del atleta se presenta como una condición que podría cuestionar la cultura literaria que ha sido dominada por la representación de la imagen «mítico-positivista» de la historia. Las reseñas escritas para este volumen buscan revelar las posibles partículas de la evolución natural de los autores, donde sus temperamentos implican la manifestación espiritual de su obra.
No se trata de una doctrina sobre discología narrativa, poética, crítica o ensayista, que intente emitir sentidos y señales teleológicas. En cambio, el objetivo es captar a través de cada texto cómo el lanzamiento y alcance del disco literario se produce naturalmente, impulsado por la fuerza interior del discóbolo (escultor del disco). La metáfora discóbola se utiliza para explorar la antigua forma de la crítica literaria que se basa en la manipulación excesiva de hechos y técnicas de escritura, lo cual no aporta nada a la relación entre el autor y su obra. El objetivo es encontrar la «buena forma», la gramatología de la bio-literaria de manera auténtica.
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Ángel Velázquez Callejas, Doctor en Ciencias Históricas, nos regala el presente abanillo de reseñas que, en forma de viñetas o ensayos cortos, vieron la luz en diferentes publicaciones a partir del 2011. Todas, producto de un juicio espontáneo, individual, basado en la influencia del temperamento del autor en su obra y concebido en el lapso de cada lectura, llevan como impronta el carácter de una franqueza germinal. Así brota, de la sonoridad ascética del trabajo creador, el manejo de un lenguaje en que se amalgaman lo culto y lo coloquial; lo especulativo y lo palmario; la crítica y el panegírico, engranados al conocimiento de la cultura y el arte cubanos. (María Eugenia Caseiro)
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