Notas al margen sobre el libro de Ismael Alonso

La historia regional se ha transformado en una de las primordiales ramas o corrientes de la historiografía mundial. Los fundamentos de su estudio se deben a la riqueza del objeto de estudio espacial y a la amplia gama de temas colaterales que brindan las fuentes existentes en los archivos locales, provinciales y nacionales. En esta manera de hacer la historia, el conocimiento no sólo ha sido acumulativo, sino también según la aportación de su marco analítico, metodológico y de interpretación, conformando un corpus metodológico multidisciplinario a favor de nuevos conceptos como el de región histórica y el uso moderno de las fuentes y los datos históricos.

En Cuba, esa tarea comenzó hace muy poco tiempo, por lo que todavía persiste la idea del historiador de cronología, anecdótico, archivaría y hechología, variantes todas del positivismo del más bajo nivel. En Guantánamo, cuya historiografía estudié cuando realicé mi tesis de grado en 1987, existen buenos ejemplos de historiografía regional, resultados alcanzados en los últimos años.La historia regional surgió, en un primer momento, en oposición a un tipo de historia que exalta al héroe, las batallas por la independencia y los acontecimientos de cariz nacional y global, válidos para el común de la sociedad guantanamera.

Pero ahora podemos contar con estudios que abordan nuevos objetos los cuales contribuyen a la renovación de enfoques y narrativas.Un ejemplo en este sentido lo constituye el trabajo del historiador Ismael Alonso, Historia de Guantánamo: el camino hacia la plantación. En el mismo se destacan dos aportes a la historia regional de Guantánamo. 1) el uso y manejo de la periodización de la historia, 2) y el uso del concepto de Plantación cuyo modelo socio económico cultural permite una abstracción sobre el corpus de la región o zona en estudio.La periodización incluye la visión del historiador en base al concepto de la historia en la mediana y larga duración y la plantación, en este caso la cafetalera, el modelo (no un hecho) que da sentido a las regularidades históricas de la evolución económica de Guantánamo, del Guaso como región histórica.

Ya la historiadora Olga Portundo había creado el camino para un estudio ulterior sobre la plantación cafetalera en un breve texto publicado en la revista Del Caribe bajo el título Guantánamo; de la economía de consumo a la de mercado. Un estudio que se ha vuelto clásico y modelo a seguir para los historiadores de la economía guantanamera durante la primera mitad en el siglo XIX. En este contexto, el libro de Alonso es continuidad.

Aun cuando todavía el determinismo de la economía (en estado marxista de base y superestructura) es presente en obra como esta, desde luego supera con creces a los textos de los llamados historiadores del dato y de la información en proporción a chorro.Si de historiadores se trata, no veo en la actualidad a otros que superen el trabajo de Ismael Aloson. Y no se trata de tener el último dato, el último documento, el último testimonio y el archivo inédito completo, sino de seguir la estrategia historiográfica avalada por el enfoque y el método de la ciencia histórica regional.

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