Por: El poeta en actos
Señoras y señores:
La filosofía tal y como la conocemos (metafísica clásica) desde Platón hasta los días que corren es una quimera, ha muerto. El modelo «abstracto- lógico» de la observación de las cosas ha fracasado. Sin embargo, en su lugar asoma un advenedizo, la «Filosofía fantástica» o «Monstruosofía» de la cual apenas sabemos algo. Una suerte de combinación de tres partes indisolubles del SER: «onto-antropo-monstruosa». Lo cual equivale al estudio del Ser amenazado por el apocalipsis. La vida auténtica — dice Paul Valéry– está llena de monstruos, cuyas acciones intimidan hasta a la muerte.
En este «aguaje» se une por primera vez con la tolerancia de la literatura, la historia, la antropología y la socio-monstruosidad. En la medida que el Ser se abre camino en medio de la monstruosidad, en lo abierto, en lo inhóspito, se construye en virtud de su inmunidad cultural. Todo lo anteriormente dicho, en resumen, anda oculto (sumergido) en un grave texto de Nietzsche: La Gaya ciencia. Los monstruos del pensar poseen telescopios para ver más y más lejos. Usan rayos infla rojos
Cuando te digan coloquialmente: «eres un monstruo» para significar la grandeza de un hecho, no dudes de que ahí está la clave de la monstrosofía. Cuando el «mulo» de Lezama avista en el abismo, la poética de la imagen atraviesa los senderos de la monstruosidad, el espacio gnóstico.
Sobre este tema viene en camino un libro entero.