Los cubanos y el ogro mejicano

Por: J. María Claret

Los mexicanos deberían interesarse más en la Cuba profunda y dolida. ¿Por qué lo digo. Pues, no solo por razones históricas y de vecindad geográfica. Existe una antigua amistad y avatar entre ambos países. Cuba fue el antemural de México en la colonia y México el tesoro virreinal que la subsidiaba. En Cuba me encontré descendientes de yucatecos en un valle cerca de La Habana y los cubanos mayores evocan el cine y la música mexicana, Agustín Lara, Pedro Infante, Cantinflas y otros,  como si fueran suyos. También la revolución cubana se embarcó desde la costa mexicana en 1956 llevando la guerrilla de Castro a la isla y también la fatalidad. Pero hay otra razón que nos concierne, que es lo que podemos aprender de la historia socialista de Cuba, un país en revolución en 1959 que abrazó el comunismo en 1961, de lo cual surgirá un capítulo dramático, la escalada de una tiranía totalitaria sin precedentes en el zoo dictatorial latinoamericano. Ese capítulo tiene dos formas de apreciarse: la política y la  vivisección real. 

       En México ha predominado lo primero, debido a factores ideológicos y de estado, y penosamente, a que los intelectuales y políticos, erraron al juzgar a Cuba como forma de revolución, en lugar de echar una mirada al actor martirizado de la historia, el pueblo, los de abajo, los opuestos. El prejuicio ideológico y la fe de partido echaron por la borda la introspección de la realidad, en favor del acomodo que más provecho daba en la coyuntura ideológica que parecía favorecer al marxismo soviético en expansión durante la guerra fría hasta el fin del bluff en 1989. El PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el presidente Lázaro Cárdenas apostaron por la llamada revolución fidelista, que mejor podría llamársele castrismo, que fue de hecho el modelo estalinista transferido a la isla; y junto al PRI, se adhirió la pléyade lambiscona de izquierdas, comunistas, socialistas, marxistas, troskistas, maoistas, que pulularon después como voceros y fellows travelers del castrismo en México, difundiendo las ideas del Yo el Supremo Fidel y sus “logros” revolucionarios, sin importarle que millones de cubanos desencantados eran recluidos en una isla panóptico, donde se desarrollaba un infausto experimento de ingeniería social estalinista y revolución permanente trostkista. Increíble, solo unos pocos mexicanos honorables y librepensadores, entre ellos intelectuales emblemáticos, críticaron el castrismo rotundamente y la posibilidad de su instauración en México. Al respecto, dijo el premio Nobel Octavio Paz, una de las grandes conciencias de México:

Nosotros no queremos socialismo en México, que esto se parezca a lo que pasa en Rusia y lo que pasa en Cuba… (Octavio Paz, 1984).

Los cubanos no olvidan al México enemigo

Los cubanos no lo olvidan, México no les apoyó cuando más lo necesitaban, y actualmente menos que menos, es lo te dicen cuando entran en confianza con uno, porque en la isla es peligroso disentir, el Gran Hermano los vigila. Los cubanos han sobrevivido con dos caras, la que simula la adhesión al régimen y la verdadera, de ferviente rechazo a la nomenklatura comunista, que vive como “ricos camajanes burgueses” mientras impone un sistema de miseria y maltrato a la población, para ellos “Lenin inventó el hambre” y Fidel el archipiélago gulag. De verdad, la pasan muy mal, vayan a vivir a la isla tan solo un mes si quieren llorar de espanto. El régimen les asegura educación y  salud, pero antes de la revolución también existían, Cuba no era un país atrasado como lo pintan y en 1958 era una de las economías más prósperas de América Latina, políticamente plural, con una Constitución republicana de las más progresistas. Se alega que Fidel acabó con las lacras del pasado, pero no se dice que creó las propias y estableció una dictadura brutal, además de permitir el acantonamiento de tropas soviéticas en suelo cubano por más de treinta años. Ahora “Cuba es una Corea del Norte caribeña”, afirmó un cubano pedaleando un taxibicicleta, cuando me daba un recorrido turístico por el malecón para ver jineteras, como le llaman a las prostitutas cubanas, una de las lacras que el castrismo no pudo vencer. Reitero, para los cubanos el ogro mexicano enemigo ha sido el de los presidentes que han legitimado y ayudado al castrismo, todos menos Fox, y un poco disculpan a Calderón, y el de los partidos PRI y MORENA. Consideran a López Obrador como el peor de todos, metiche y le llaman dictador y “disparate azteca”. No se imaginan los apodos ingeniosos que le han puesto, lo mismo a Chávez, Maduro, a Daniel Ortega, a Evo Morales, y a los rusos. A los nuevos ricos comunistas les llaman mayimbes. Los epítetos que lanzan contra Claudia Sheibaum solo son aptos para adultos.

La Cuba que debe ser libre de Octavio Paz 

Un Fidel endiosado por la izquierda mexicana, para la masa cubana “es una mierda imperdonable”, me dijo un intelectual disidente. Tampoco los cubanos creen que la subversión que Castro y el Che fomentaron en el extranjero, en Chile, Centroamérica, Africa, es revolucionaria, sino un “sueño napoleónico del Fifo” de violencia leninista y desprecio por los infelices cubanos carne de cañón, la mayoría negros. (Fifo es uno de los cien nombres crípticos que identifican al “innombrable” Fidel). Hoy día el régimen le manda mercenarios a Putin en la guerra de Ucrania. Escuchar a los cubanos, que son muy inteligentes y a la disidencias, es como escuchar a la verdadera historia de Cuba, que es la que se desconoce o se deforma en México y en la prensa internacional de izquierda. 

       Aunque en México la percepción crítica hacia Cuba fue cambiando entre los intelectuales en los 70, cuando el premio Nobel Octavio Paz calificó a Cuba satélite de la Unión Soviética y a Fidel lo llamó césareo, en 1971, fue después de la caída del muro de Berlín (1989) y del fin del comunismo soviético, que los periodistas y escritores comenzaron a cuestionar el castrismo sin tapujos, revelando el horror de la dictadura castrista, la verdad sobre la naturaleza criminal del Che Guevara, la falsificación de la verdadera historia, la corrupción y enriquecimiento de la dirigencia revolucionaria, la represión contra los opositores, el exilio masivo, la depauperación económica, el tráfico de drogas, etcétera. Los testimonios de los periodistas mexicanos que visitan la isla son obras maestras de objetividad y denuncia, a diferencia del periodismo orgánico mexicano y los políticos de ultraizquierda que se derriten pintando al infierno con glamour tropical y esclavos felices.   

        Además de Octavio Paz, los intelectuales mexicanos que reciben elogios y gratitud  por parte de los intelectuales cubanos anticastristas de la isla y el exilio, son los siguientes: Enrique Krauze, Carlos Fuentes, Guillermo Sheridan, Jorge Castañeda, Gabriel Zaid, Héctor Aguilar Camín, Christopher Domínguez, Carlos Monsiváis, etc. Las revistas Plural, Vuelta y Letras Libres se consideran referentes indispensables. Las letras mexicanas es una de las pasiones de los cubanos de todos los tiempos.   

        El exilio cubano también tiene importantes representantes intelectuales en México, pero sus voces han sido disminuidas o aniquiladas en los medios de comunicación y las editoriales, que solo dan preferencia a la izquierda y los cubanos oficialistas del régimen. De este modo nos privamos de fuentes informativas cubanas de primera mano. A muchos de ellos los avala una fecunda producción en literatura, historia, periodismo y ciencias. A diferencia de Europa y Estados Unidos, que absorbe la inteligencia que llega con las migraciones, en México se les repele.

El ogro filantrópico AMLO versus libertad de Cuba

Si bien históricamente los gobiernos mexicanos de turno fueron solidarios con Castro,  sin manifestar una gota de sensibilidad hacia los cubanos oprimidos y los presos políticos, los fusilados y desterrados, ninguno había traspasado el límite del protocolo, del recato moral y la identificación idealógica, hasta que lo hizo Andrés Manuel López,  Su trato con el dictador castroide Díaz Canel, es de camarada feliz, tan empático que parece un cortesano ante Su Majestad. Amlo debe sentirse en el santuario cubano como el pez en el agua. Tal vez no sepa que donde recibe las condecoraciones, en la plaza de la revolución, era la antigua Plaza Cívica construida por el anterior dictador Batista, aunque a los turistas se les diga que es obra de Fidel. También se debió sentir a sus anchas cuando le tomaron la foto con la enorme efigie del Che Guevara a sus espaldas. Tanto el Che como Fidel son héroes favoritos para Amlo, mientras que para la mayoría de los cubanos son personajes negativos y violentos. Lo de héroes, por supuesto, expresa un gusto ideológico y sicopático, propio de la vesania del poder entre fanáticos ególatras y  nihilistas.

        No sabemos cuantas veces Amlo ha visitado la isla de incógnito. Sus vínculos con el comunismo datan de 1980, y en el 2016 hizo un viaje a Cuba acompañado de su esposa. Antes de asumir la presidencia nunca ocultó su simpatía por Cuba comunista, pero en su sexenio (2018-2024), su simpatía se traduce en ayuda económica masiva, dinero, logística, petróleo, y constante estrechamiento de relaciones con la dictadura, incluyendo intercambio militar, la propaganda que personaliza a favor de la dictadura lo ha deslucido ante los humanistas y demócratas del mundo. Se atrevió a adquirir vacunas cubanas anti covid 19, no probadas, para inmunizar al pueblo mexicano pobre. Está claro que para la dictadura cubana, Amlo y la dictadura venezolana son las únicas tablas de salvación que les queda, en un contexto de bancarrota y creciente rebeldía del pueblo que grita en las calles Abajo el comunismo.

        Los cubanos saben que López Obrador no los quiere, para ellos es el “ogro filantrópico” (léase monstruo autoritario) que, al igual que Maduro y Putin, se opone a la liberación de la patria. Durante las protestas masivas anticomunistas en la isla, en julio de 2021, el presidente mexicano apoyó abiertamente la violenta represión del régimen, en una descarada intervención en la política de otro país, violando la ley de neutralidad y manchando el honor de México al legitimar la dictadura. El análisis que sale de la disidencia cubana es que Amlo es igual al castrismo, lobos rojos de la misma camada, otro autócrata enemigo declarado de la libertad de Cuba. En estos momentos se ha generado otra ola de protestas en la isla, veremos qué dice Amlo y su sucesora designada Claudia Sheinbaum, de igual línea dura pro régimen castrista. 

       Ahora les dejo esta carta a López Obrador de una joven y laureada escritora que vive en la isla, Wendy Guerra:

Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador:

Le propongo un reto. Quince días en Cuba viviendo como cualquier cubano, alimentándose con los víveres de la libreta de abastecimiento, haciendo colas interminables, sin agua o electricidad, sin oxígeno o medicamentos, sin transporte público ni dólares americanos, sin derecho a huelgas, ni a expresar sus ideas libremente, ni en la calle, ni en su trabajo, ni en sus redes sociales.

Sin poder hacer campaña para gobernar como hoy lo hace en su propio país.

Le prometo que dará “el grito”, pero “en cubano”, y pagará por ello con juicio sumarísimo y varios años de cárcel. Entonces, señor presidente, dudo que a usted se le ocurra manipular así una fecha tan grande para los mexicanos.

¿Qué necesidad tiene de pasearse con un dictador por un lugar sagrado como el Zócalo de la Ciudad de México? ¿Es eso lo que espera su pueblo de usted? ¿Acaso quiere mandarle un mensaje a su pueblo sobre lo que quiere ser en el futuro para ellos?

Por qué ha seleccionado este modelo para un día tan importante para las mexicanas y los mexicanos?

Cuidado presidente, los lazos que unen a nuestros países son demasiado grandes y su gesto es demasiado bajo.

Dolor profundo. Vergüenza profunda. 

Referencias

Paz, Octavio. “Presente en México”, plática con Enrique Krauze y Héctor Tajonar, 1984

Octavio Paz ante la revolución cubana, por Guillermo Sheridan, Zona Paz

Paz, Octavio. El ogro filantrópico. Historia y política (1971-1978). México, D.F, 1979.

Zoé Valdes. “México ya tiene a su Castro”, Libertad digital

Fernando García Ramírez. “López Obrador no es imbatible. Entrevista a Macario Schettino”. Letras Libres

Elena Chávez González. El rey del cashEl saqueo oculto del presidente y su equipo cercano. Grijalbo, 2022.

Wendy Guerra.  “Carta a López Obrador desde Cuba”. Letras libres

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