Por Pedro Díaz Méndez
La obra lezamiana se caracteriza por su profundo lirismo críptico y una imaginería gnóstica donde se mezclan todos los elementos de la cultura universal. Los expertos han bautizado la estética lezamiana como la génesis del nuevo barroco latinoamericano. Su poética, que se extiende a la prosa ensayística y a la narrativa, presenta una marcada influencia del Siglo de Oro español.
En la obra de Lezama se palpa el acervo enciclopédico de elementos mitológicos y filosóficos de la cultura greco-latina, pero también las corrientes modernas, el pasado oculto de la cultura cubana, así como el cúmulo de la cultura universal. Lezama fundó y dirigió el grupo Orígenes y la revista que lleva el mismo nombre, grupo y publicación importantísimos en el desarrollo del arte, la literatura y la filosofía cubana. Orígenes lleva a cabo una ruptura con las tres estéticas vanguardistas de la generación anterior de escritores y artistas y sus tres vertientes: la negrista, la hiperartística (de la poesía pura) y la de los ismos importados de Europa por los intelectuales fundadores de la revista Avance.
Por su monumental aporte al arte gráfico, la literatura y la crítica literaria, la revista Orígenes es considerada una de las publicaciones más importantes de la cultura cubana. La filosofía poética de Lezama, por otra parte, trata de sumergirse en las multidimensionales raíces, es decir, en los orígenes de la cultura cubana y universal, a fin de sintetizarlas en un todo majestuoso.
El poema “Ah tú escapes” se escribe en el año 1941, época marcada por un breve período de estabilidad política y por las nuevas leyes y estatutos de la Constitución del 40. Entre los cambios realizados destacan la amnistía general para los presos políticos, un sistema pluripartidista, el derecho de la mujer al sufragio, el restablecimiento de la autonomía universitaria, entre muchas otras medidas progresistas. En diciembre de 1941, Cuba declara la guerra a la Alemania nazi y sus aliados Axis y se une a coalición formada por los Estados Unidos, la Unión Soviética, y el resto de occidente. Por otra parte, la economía cubana crece vertiginosamente durante esta década.
El poema “Ah que tus escapes” pertenece a “La filosofía del clavel,” el primer canto del poemario “Enemigo rumor.” Este canto está dedicado al acto creador. A la fugaz flor de la creación, la cual es sacudida por el viento caótico de las imágenes que no se dejan atrapar por el poder de la razón humana.
El título “Ah, que tú escapes” trae a colación la imposibilidad de retener una interpretación fija del texto. Este poema se viste de un código simuladamente decorativo, pero que, en realidad, configura una síntesis metafísica cuyas premisas encarnan la trinidad compuesta por poeta-poesía-poema, una concreción inhumada en un indivisible bloque de tres elementos: creador, creación y criatura. “Ah que tú escapes” revela la cosmovisión lezamiana de panteísmo, una visión del mundo donde Dios, la naturaleza y universo creado equivalen a lo mismo. Disfruten:
“Ah que tú escapes”
Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no querías creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.