Por Augur del Tarot
Zodiaco, (Libra), elemento, (Aire), astro (Venus): la proyección astrológica en que te desenvuelves es muy transparente y coordina muy bien con el elemento aire: para que tengas una idea, no se trata, a lo que vamos a referirnos, de un arrebato o de un simple entusiasmo llevado de la mano por la maniquea emoción, sino de cómo la pasión y la
vocación impregna la retórica, cuyo ímpetu es manifestar, sin ambigüedad, lo que se habrá de pensar en su pureza. Y esto es muy importante para todo escritor.
Estamos rodeados de gente excelentes narradores (que manejan muy bien el arte de la narración) pero pobre de espíritu, o para decirlo en el eslogan irónico y burlón del Astro Ascético Nietzcheneano, débiles morales. Si profundizamos un poco en la teogonía zodiacal de Libra encontraremos que su significado simboliza la «justicia».
Pero en tu caso no se refiere a la justicia axiológica o ética basada en los convencionalismos, que muchas veces emponzoñan al discurso narrativo, si no pretendes arribar a la justicia como el elemento que da valor, fuerza, a la voluntad: la única forma legal que te permite expresar, tácitamente, sin rehuir la pureza del pensamiento.
Este es un aspecto, la pureza de pensamiento, que a lo largo de los siglos ha sido ninguneado
por los grandes discursos narrativos.
El desprecio por la verdad, por lo que se piensa decir sin cortapisa o sin pelo en la lengua, es el acto de injusticia más extendido en las narrativas nacionales. Existe allí, en algunas zonas secretas de tu narrativa, un portón que nos señaliza la entrada a ciertos espacios encumbrados que promete abrir una retórica deficiente. En esa escurridiza propuesta el espíritu burlón viene a hacer justicia sobre la narrativa reflexiva, cuando el «yo» queda desprovisto del miedo a la autocensura, cuyo padecimiento vemos dentro y fuera del islote.
Desde luego, no deberías quedarte justamente en el medio de la remembranza, sino avanzar más y tratar de traspasar la misma desdicha de que se vive cuando se han de decir orgánicamente lo que piensa. Me gustaría ver, en lo que últimamente estás haciendo, una manera de descronicar (anteponerse a la crónica de la retórica y la narrativa) el contexto textual para arribar a una narrativa liberadora de todo positivismo impúdico. Porque no basta
con el ímpetu, la fuerza, la voluntad: a la hora de decir lo que piensas trata de salpicar la expresión con la sal de la Tierra. Dale un toque mágico e inexpresivo.
Pon entre cada palabra escrita en el silencio que le corresponda, entonces habrás llegado a comprender por qué tu nacimiento es Libra, siempre burlándote de lo establecido.