«Entre detalles, entonces, La Tabla se hace aristocrática, digamos que monárquica, que es uno de los órdenes políticos que más ansía un personaje de la novela.»
Emilio Ichikawa
Por eso La tabla hay que leerla como una enorme espiral, pero también como la serie de eslabones que tejen una cadena, en la que se hilvanan eventos y situaciones, entrelazan experiencias y deseos, convergen vivencias y aprendizajes, se funden lecturas y desafíos. Lo que me hace pensar que tal vez pueda ser ésta la gran novela de la revolución que todos estábamos esperando.»
Luis de la Paz
«La Tabla es, en ese sentido, una novela posrevolucionaria, pero no posmoderna. Es posrevolucionaria porque el sujeto de la novela no le ha reconocido al estado totalitario esa clasificación como observador invisible, como rector de lo moral y lo inmoral, o como conciencia de la cubanidad, que el estado totalitario y su fundador se abrogaron.»
Orlando Gutiérrez Boronat
«En la literatura cubana del periodo de la revolución (en la literatura negra) nadie ha alcanzado vislumbrar ese desplazamiento narrativo como el que nos ofrece La tabla para explicarnos la barbarie y la derrota (vida y destino) del cubano durante los últimos sesenta años.»
Ángel Velázquez Callejas

Descargar fragmento del libro «La tabla» de Armando de Armas.
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