Un libro no recomendable para los que confunden exabrupto con ex abrupto, o la jupa con el junene. Textos no aptos para embaidores ni logreros, para los que viven a modo entre la confusión y la ambigüedad. ¡No más juntapalabras que utilizan signos que significan todo y nada!: una luz clara sobre el servicio que deben prestar los museos públicos, un alto en el camino para los trileros, que de tanto esconder la bola han perdido la noción de lo redondo y lo plano, del vacío y la solidez, de lo crudo y lo cocido.
En uno de sus trancos, que puede valer como emblema, afirma: …el verdadero acto del descubrimiento estético no radica en encontrar nuevas tierras —parafraseando a Marcel Proust— sino en verlas con nuevos ojos. Todos saben que el zéjel es semejante a la moaxaja, pero carece de jarcha, como Vigil-Escalera: quiliasta, quietista, valleinclaniano, visionario, pues no sólo conoce y analiza los anhelos de los vivos, sino que afirma con seguridad que el arte es la pasión de los muertos.
Tomás Paredes
Presidente H. AICA Spain
Vigil-Escalera sigue interesado en el arte contemporáneo, la creación artística, el mercado, la globalización cultural, los artistas, sus obras, el tiempo, el oportunismo, contenidos a los que suma: la crisis de la imagen pictórica; las alianzas entre lo artístico y lo cotidiano, que nos hace pensar en esa condición mimética en continua competencia con la imagen tecnológica, como un modo de impactar sobre lo bello, y contrarrestar el empuje conceptual, que sustrajo esta condición estética del arte por mucho tiempo. Su afán es la resistencia, y por ello publica, en formato tradicional. Su posición sigue siendo ambigua, sarcástica, irónica, abierta. De un estilo bohemio, como sostiene Ángel Alonso, que convierte en peculiar y accesible criterios de origen sublime o trascendente.
Hacer crítica desde el modo tradicional, supone un reto; y más en los espacios donde toda situación de sarcasmo es sintetizada en un meme, como nuevo lenguaje crítico, como modelo de articulación de las reflexiones y experiencia accesibles a todo ámbito de la vida global.
Hoy nuestro mundo se sostiene en la excesiva presencia de la imagen, que dispone disyunciones, simultaneidades, y una visión en mosaico, donde no existe una sintaxis coherente. Para poder sobrevivir debemos interactuar cada vez más con las reglas de nuevas formas de comunicación basada en la combinación imaginal con un lenguaje textal determinado.
Liannys Lisset Peña Rodríguez
Curadora/Crítico de Arte
Gregorio Vigil-Escalera, nacido en 1950 en Oviedo, reside en Cobeña (Madrid), es licenciado en Derecho y miembro de las Asociaciones Internacional, Española y Madrileña de Críticos de Arte (aica/aeca/amca).
Ha publicado El Camino en el Arte (2013), No hagan preguntas de arte en la España de hoy (2014), ¿Hay una regeneración del arte pendiente? (2015), La Universalidad del Rapsoda en Felipe Alarcón Echenique (2015), El Numen de Cervantes revive en Felipe Alarcón Echenique (2016) —que fue ponencia en el Congreso Internacional Cervantino de Pamplona de 2016—, El Rostro del Arte (2016), Morillo alumbra la evolución de la materia (2016), Nunca se acabará con el arte (2017), A cuestas con lo que es el Arte Contemporáneo (2019), Auto de fe para el arte (2020), De qué va el arte contemporáneo (2022) y El péndulo del arte ultracontempóraneo (2023).
Colabora en la revista de arte Latin American Art, en la revista digital OtroLunes, en El Foro de Madrid, Artepoli y en distintas presentaciones de Catálogos de exposiciones. También es coleccionista.
Título: La pasión de los muertos es el arte
Autor: Gregorio Vigil-Escalera
Formato: 6 x 9 pulgada; 246 páginas a color
ISBN: 978-84-09-63078-3
Editor: Ediciones Exodus (julio de 2024)
Disponible en Amazon