Por Coloso de Rodas
Vivimos bajo una nueva forma de dominación: la manipulación y la propaganda mediante el acceso a un régimen deliberado de masificación de la información y el dato. De ahí que el trabajo de la ciencia y la teoría sobre la cultura se vean desplazados por el «periodismo de salón», por el neosofismo del discurso en la que cada sílaba se oculta un número y un dato. Si antes habíamos construido el espíritu de masa como sujeto, ahora lo hemos trasformado en el «espíritu de la nube».
La masa de información digital ha ido sustituyendo a la masa común como sujeto de pueblo y comunidad real. Si previamente había que crear la masa para someterla ep iso, ahora la masa aparece antemano como dato, número e información para hacerla cantar la palinodia. Si antes, el hombre constituía la sustancia lógica del espíritu, ahora su esencia precede como dato e información deliberada. De ahí que la nueva forma de concebir la libertad se describa como geometría del espacio.
Es así como obtenemos de la nube la información necesaria para construir los paradigmas propagandísticos por medios digitales. Los actuales líderes descabezados, los que pretenden timonear los barcos que transportan a los nuevos sujetos digitales por los océanos de la posmodernidad, se apoderan del dato en su naturaleza natural, que es como apoderarse del hombre sin sustancia espiritual.
Esta «desespiritualización» de la sustancia humana, debido a la «tecnologización» de la «nube», ha provocado el avistamiento de la avalancha de asesores y consejero por doquier. A eso se reduce Internet y las redes sociales en manos de quienes pretenden alzarse con la victoria de las últimas tecnologías: propagar el totalitarismo con base en un nuevo lenguaje digital.