Por Segundo Mesa
Comentaba con un amigo: si quieres triunfar como escritor de novelas «bestseller», tienes que insertar la trama y los personajes en el contexto de la imagen del mundo moderno como una monstruosidad. Irvin David Yalom, psiquiatra devenido escritor de ficción, sabe sacar de la imagen mostrenca un modelo de narración histórica apetecible para las masas.
La novela «El problema de Spinoza», es un clásico ejemplo de narrativa donde los personajes constituyen formas reales de monstruosidad. Freud crea el psicoanálisis como forma de poder y Spinoza, el primer hereje, sentenciado por disidente de pensar. ¿Qué relación oculta existe en la novela, formalmente, entre el ideólogo nazi Alfred Rosenberg y las figuras históricas de la filosofía y la ciencia antes mencionadas? Más que nada, el lector mayoritario tiende a interesarse por saber cuál es, según la definición de Ouspensky, la forma monstruosa de la «historia del crimen».
La narrativa del crimen (las situaciones extremas), como suele suceder también en «El hombre que amaba los perros», compulsa a los lectores actuales a desinhibirse de sus propias excentricidades. En la narrativa de la «historia del crimen» el lector encuentra, y de ahí el atractivo, la complicidad con la «heroicidad cancelada».
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