Por ACDV
La historiografía cubana de los siglos XV al XVII enfrenta una notable carencia de investigaciones y estudios históricos que ofrezcan una visión completa de la vida socioeconómica en las regiones periféricas, particularmente en las áreas centro-orientales. Durante esta época, mientras Cuba todavía estaba en las etapas iniciales de su colonización, estas áreas quedaron a la sombra del centro comercial más destacado de la isla: La Habana.
En esos tiempos remotos, cuando la civilización apenas comenzaba a florecer en las tierras cubanas, la falta de atención hacia estas regiones fronterizas es evidente en los registros históricos disponibles. La prominencia de La Habana como centro comercial principal opacaba cualquier intento de desentrañar los secretos y las vicisitudes de los lugares más apartados, que permanecían en la penumbra de la historia.
La historiografía de Cuba en esos siglos muestra una opacidad desalentadora. La falta de estudios minuciosos sobre la vida cotidiana, las actividades económicas y las interacciones sociales en las regiones marginales deja un vacío considerable en nuestra comprensión. Sin estas investigaciones, la historiografía cubana aparece descolorida y desolada, carente de los relatos vibrantes que podrían haber iluminado la riqueza y las dificultades experimentadas por aquellos pueblos bajo el dominio de las familias terratenientes.
Un Ejemplo de Desatención: El Poblamiento en el Siglo XVII
Un ejemplo claro de esta tendencia es el proceso de poblamiento en el siglo XVII. Según los registros de Juan Pérez de la Riva, en la segunda mitad de este siglo emergen modelos socioeconómicos significativos que revelan una realidad social que merecía ser capturada con mayor detalle. Levi Marrero, en su obra Cuba, economía y sociedad, destaca la disparidad en la dinámica del poblamiento entre el Occidente y el Oriente de la isla, reflejada en la estructura económica de la época, caracterizada por una economía manufacturera y autárquica destinada al mercado interno, predominante en la región oriental.
El historiador Ramón Legón, en su estudio Holguín: Origen y desarrollo hasta 1868, subraya la importancia de los desarrollos administrativos surgidos a partir de la separación de la futura villa de Holguín del núcleo poblacional principal, Bayamo, durante el siglo XVII. Legón utiliza datos extraídos de protocolos notariales para proponer que varias familias de Bayamo, Jiguaní y Santiago de Cuba desempeñaron un papel fundamental en el poblamiento de Holguín, contribuyendo a la disolución de grandes explotaciones ganaderas y al establecimiento de nuevas haciendas dedicadas a la cría de ganado y al comercio interno.
Julio Le Riverend, en su obra Problemas de la historia agraria de Cuba, denominó a esta tendencia como «la conquista del interland», refiriéndose a la expansión de ganaderos y hacendados hacia nuevos territorios dentro de la jurisdicción de Bayamo.
La Formación Genealógica y el Desarrollo Socioeconómico
Olga Portuondo, en su introducción a la biografía de Nicolás Joseph de Ribera Descripción de la isla de Cuba con algunas consideraciones sobre su población y comercio (1756), señala que un factor clave en el poblamiento temprano del Departamento Oriental fue la formación genealógica de las familias y el desarrollo del patriciado criollo, en línea con la evolución socioeconómica de la región. Jorge Ibarra, en su estudio sobre el Regionalismo y esclavitud patriarcal en los Departamentos Oriental y Central de Cuba, sostiene que desde finales del siglo XVIII, las áreas de Holguín, Bayamo y Las Tunas estaban profundamente arraigadas en un sistema de vínculos familiares bajo el dominio patriarcal de las familias que explotaban extensas haciendas ganaderas.
Exploración y Genealogía: Un Análisis Más Reciente
El reciente libro Primeras familias, poblado y ciudad. San Isidro de Holguín. Estudio de genealogía cubana del historiador cubano William Navarrete, actualmente residente en Francia, profundiza en estos temas. La obra será presentada en Miami el próximo treinta de este mes y busca situar al lector en el contexto de los orígenes fundacionales del poblado que se convertiría en la villa de Holguín.
Navarrete relata la historia de la primera ermita en la actual ciudad de Holguín, solicitada por los residentes al obispo Diego Evelino de Compostela y edificada en la hacienda de Managuacos en 1692. Esta ermita fue trasladada en 1709 al hato de Las Cuevas debido a una mayor densidad poblacional y, finalmente, en 1719 se estableció en el hato de Holguín, adoptando el nombre de San Isidoro en honor al santo sevillano.
La genealogía de las familias holguineras es minuciosamente detallada, revelando matrimonios y descendencias desde 1730 hasta 1766. Los registros de bautismos, defunciones y matrimonios de la iglesia de San Isidoro en Holguín, junto con otros documentos, desvelan la vida y estructura social de los primeros habitantes.
Importancia de la Genealogía en la Historiografía Cubana
El trabajo de William Navarrete cumple con las expectativas de proporcionar una comprensión profunda del proceso de asentamiento y las familias que conformaron la identidad local de Holguín. Según Gloria García, las genealogías familiares son fuentes de inestimable valor para la investigación histórica, una opinión compartida por otros historiadores como Le Riverend y Hernán Venegas.
La obra de Navarrete permite que la ciudad de Holguín mantenga su legitimidad histórica y que los habitantes de la región comprendan mejor sus raíces, el proceso de asentamiento y las contribuciones de las familias que jugaron un papel fundamental en la formación de su identidad.
Para obtener una comprensión más detallada sobre los primeros habitantes de Holguín, sus apellidos, la influencia económica y la ramificación familiar, se recomienda adquirir el libro de Navarrete disponible en Amazon.
Las Fuentes sobre el Fundador del Hato de Holguín
La historia del fundador del hato de Holguín en el siglo XVI, Francisco García de Holguín, presenta diversas incertidumbres y discrepancias entre las fuentes tradicionales. Dos obras principales, Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín de Diego de Ávila Delmonte y Holguín. Su creación y su desenvolvimiento hasta 1799 de José A. García Castañeda, son referencias clave utilizadas por los historiadores.
Según Diego de Ávila Delmonte, Francisco García de Holguín fue uno de los cien españoles que acompañaron a Juan de Grijalva en la expedición a México en 1518. Tras su regreso a Cuba en 1523, Velázquez lo recompensó con beneficios y tierras, incluyendo el fundo de la Costa Norte de Bayamo, que fundó en 1545 bajo la advocación de San Isidoro.
Por otro lado, García Castañeda sostiene que García Holguín recibió el hato fundado por Bartolomé de Bastida, asociado de Diego Velázquez de Cuéllar. García Holguín se estableció en San Salvador de Bayamo, donde ejerció como alcalde ordinario en 1515, y luego fundó el hato de Holguín en 1545, también dedicado a San Isidoro. García Castañeda corrige la versión de Diego de Ávila Delmonte, afirmando que García Holguín no fue a México con Cortés, sino con Narváez, y que no recibió las tierras de Bayamo de parte de Velázquez, ya que este había fallecido antes de su supuesto regreso a Cuba.
Ambas fuentes coinciden en que García Holguín contrajo matrimonio con Isabel Fernández Vallero en 1537 y que su hija Juana García de Holguín Fernández Valero de Sandoval se casó con Rodrigo López de Mejía en 1573. No existen diferencias significativas en la información proporcionada sobre la descendencia de Juana.
Sin embargo, estas narrativas históricas generan interrogantes. Se cuestiona por qué García Holguín, quien aparentemente había obtenido tierras y cargos en México, decidiría regresar a una colonia empobrecida como Cuba en el siglo XVI. Además, surgen dudas acerca de la edad en la que García Holguín contrajo matrimonio. Si llegó a las Indias como conquistador en 1501, tendría al menos 50 años al casarse en 1537, lo cual parece poco probable.
Estas dudas invitan a una reflexión más profunda y a la exploración de nuevas fuentes para comprender mejor la figura de García Holguín y su papel en la conquista de Cuba y México.
Investigación en Archivos y Nuevas Perspectivas
En esta fascinante narrativa, se evoca la participación de Diego Holguín en la expedición de Pánfilo de Narváez y su posterior integración en la armada de Hernán Cortés. No obstante, se plantea que Diego Holguín no pudo estar presente durante la captura de Cuauhtémoc en 1521, ya que en aquel tiempo se hallaba en Cuba. La denuncia presentada por Santiago de Cuba, Diego Holguín y otros testigos resalta que el descubridor de San Juan de Ulúa fue Grijalva, lo cual contradice la versión que atribuye el descubrimiento a Cortés.
Las probanzas de Diego Holguín, apodado «El Viejo», un ciudadano de Ciudad Real en la provincia de Chiapas, se encuentran resguardadas en un archivo en Sevilla. En dichas probanzas, Diego Holguín busca ser recompensado por sus servicios y obtener compensación por los indígenas y esclavos que le fueron arrebatados. Se menciona que Diego Holguín participó en las conquistas y exploraciones de la Nueva España junto a Diego Colón, Pánfilo de Narváez y Hernán Cortés, recorriendo La Española y Cuba antes de establecerse finalmente en Chiapas.
Asimismo, se hace mención de sus dos hijos ilegítimos, Diego Holguín y Francisco Holguín. Según los historiadores Jorge Lardé y Larín, y José María Vallejo García-Hevia, Diego Holguín desempeñó un papel relevante en la fundación de San Salvador, en El Salvador. Se especula que su hijo Francisco Holguín podría haber sido el responsable del asentamiento del hato de Holguín. Además, se plantea la posibilidad de que el Diego Holguín que contrajo matrimonio con Isabel Fernández Valero de Sandoval y tuvo una hija llamada Juana no sea la misma persona que el conquistador Diego Holguín «El Viejo».
La investigación ahora se dirige a un archivo denominado Patronato, 60, N.4, R.3, donde se encuentran los méritos y servicios de otro Diego de Holguín en Puebla. Este Diego de Holguín llegó a la Nueva España alrededor de 1521 y participó en la conquista de las provincias de Michoacán, Colimán, Jalisco y Tepique junto a Francisco Cortés y Gonzalo de Sandoval. Tras estos servicios, obtuvo el cargo de alguacil mayor de la villa de Colima y regidor. Hernán Cortés, el marqués del Valle, confirma que Diego de Holguín tiene más de 60 años, nació en Cáceres, está casado y tiene varios hijos.
En el mismo archivo se menciona a García de Holguín, un conquistador español que participó en la conquista de México junto a Hernán Cortés. Según las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, Holguín era amigo de Gonzalo de Sandoval y capitán de un bergantín. Holguín logró apresar a Cuauhtémoc, el príncipe azteca, por orden de Sandoval. Posteriormente, formó parte de la expedición de Pedro de Alvarado al Perú en 1534 y fue uno de los fundadores de la ciudad de Trujillo, donde falleció alrededor de 1559.
Conclusión
Una vez concluida la investigación para determinar si el fundador del poblado en el hato de Holguín fue el padre o el hijo, se adentra en la parte principal de la obra. En esta se presenta la genealogía, detallando los matrimonios y descendencia de la familia holguinera desde 1730 hasta 1766. Los registros, ordenados por año y mes, están acompañados de notas aclaratorias que revelan los lazos familiares y la relación con las propiedades rurales y urbanas. Cada nombre registrado se encuentra respaldado por la fecha de bautismo, el origen étnico y su relación con la propiedad de la tierra.
Durante los 36 años abarcados por la genealogía, se establecieron más de 500 vínculos matrimoniales y se registró una considerable descendencia. Estos datos revelan un rápido crecimiento poblacional en el hato de Holguín y un aumento en la subdivisión de esta propiedad debido a la aparición de nuevas formas de tenencia de la tierra.
Importancia de la Genealogía en la Historiografía Cubana
El trabajo de William Navarrete proporciona una comprensión profunda del proceso de asentamiento y las familias que conformaron la identidad local de Holguín. Gloria García, Juan Pérez de la Riva y Hernán Venegas destacan la importancia de las genealogías familiares como fuentes valiosas para la investigación histórica.
Navarrete permite que la ciudad de Holguín mantenga su legitimidad histórica y que los habitantes de la región comprendan mejor sus raíces. Su exhaustivo trabajo revela cómo la genealogía y la historia familiar han desempeñado un papel fundamental en la formación de la identidad local.
Para obtener una comprensión más detallada sobre los primeros habitantes de Holguín, sus apellidos, la influencia económica y la ramificación familiar, se recomienda adquirir el libro de Navarrete disponible en Amazon.