Andamos todavía caminando sobre los raíles del positivismo historiográfico. El legado republicano sigue presente, incólume. Nos identificamos más con Ramiro Guerra que con Fernando Braudel, cuando las piruetas metodológicas se parezcan a un ensamblaje teórico Annales-marxista.
Para el mundo de la Plantación, preferimos el enfoque descriptivo-analítico y la disección de las fuentes originales y bibliográfica. Si realmente existe el enfoque de la historia como duración, el positivismo historiográfico cubano ya es de larga duración, con variantes epistémicas y cruces metodológicos. Este libro, como tantos otros, desprecia el valor del enfoque poético espacial. Desconoce el enfoque esferológico de la existencia en el lugar.
Tanto en el interior de la Hacienda de «plantación» y «ganadera», los personajes (actores, sujetos) deberían ser las «estancias» donde los hombres trabajan, descansan y pasan el ocio (forma de vida).