Examen de un Examen

Por Carlos M. Estefanía

Ser juez y parte es complicado.  No por gusto, de los magníficos videos[i] a los que la pensadora argentina Roxana Kreimer[ii] nos tiene acostumbrados, el que lleva por título: “LAJE vs ALVAREZ. Examen del debate y sus falacias”[iii], es el más desafortunado.

Kreimer promete un análisis objetivo de la polémica entre el argentino Agustín Laje[iv] y la guatemalteca, de origen cubano, Gloria Álvarez[v], sobre la posición, frente al aborto, del liberalismo, al que ahora se suele llamar libertarianismo Hay quien intenta desmarcar un concepto del otro, no es mi caso. De cualquier modo, llámese libertaria o liberal, esa es la doctrina política que, en apariencia, ambos, el argentino y la guatemalteca, subscriben y a cuyas autoridades y clásicos se refieren a la hora de justificar sus posiciones.

Al principio el examen marcha bien, señalando las fallas que comenten ambos lados. Sin embargo, poco a poco, en lugar seguir centrada en las falacias que comete cada contendiente, la analista comienza a meter la cuchareta para hacer apología al abortismo, usando para ello sofismas tan graves como las que critica. Por ejemplo, aquel que le resta condición de persona a quien no siente. Es decir, enarbolando el dogma de que lo “no sintiente” puede ser aniquilado sin el menor cargo de conciencia.

Si seguimos esta lógica, al individuo humano que no ha llegado a sentir o que ha dejado de hacerlo, se le puede matar sin el menor castigo o cargo de conciencia. Es lo suele ocurrir con el aborto o la eutanasia. No me parece el mejor argumento, en este caso de la examinadora. Esto por no cuestionar su creencia de que un feto no sienta.

No resulta de extrañar para Kreimer, un tanto perdida en sus razonamientos abortistas, y concentrada más en las formas que en lo que se está diciendo, la menos falaz de las dos que debaten, sea la persona que defiende, como ella, el feticidio.


Bien pudo Kreimer haber hecho dos trabajos diferentes. Uno centrándose en la retórica del debate y otro en su justificación del aborto. Estoy seguro de que al menos el primero le habría quedado bueno, como son en general los análisis que vemos en su canal.

Del segundo tendría dudas, sobre todo si repite en estos argumentos tan falaces como los que aquí hemos visto, por ejemplo, acudiendo a razonamientos económicos perfectamente rebatibles como el de la imposibilidad de una sociedad actual de mantener a los niños no deseados. Aquí podríamos preguntarnos como se hacía en las épocas menos productivas y opulentas como las de ahora, donde el aborto era considerado generalmente, si no un pecado, como un delito. Tal sería el caso de la patria de Laje y Kreimer, Argentina, que en 1886 estableció (según mi modo de ver, tardíamente) la penalización de cualquier caso de aborto.

Otro de los traspiés que podría repetir Kreimer en este virtual video sería exponer la creencia de que es preferible la inexistencia absoluta a una existencia sin amor, siendo como son minoritarios los casos de suicidios de adultos o niños por falta de recibir ese tipo de afecto, otra cosa son los traumas que ello ocasiona generalmente, en lo que sí podemos conceder. Pero que el ser es mejor que el no ser es algo es algo que suele confirmas con su instinto de supervivencia cualquier ser viviente, amado o no. Esto lo debería saber una exponente de la psicología evolutiva como es la Youtubera argentina. Si lo duda que intente sacrificar a un “malquerido”, de cualquier especie, incluida la humana, a ver cómo le va.

De más está decir que el elemento ético brilla por su ausencia en este tipo de discurso economicista sobre la vida, una ética tan sencilla como la de no desear a otros lo que no queremos para nosotros. Imaginemos cuartos buenos materiales de YouTube, nos habríamos perdido sí los padres de Kreimer la hubiesen abortado a fin de ahorrar un dinerillo.


Por supuesto que no hay inocencia en los debatientes, si bien a Gloria Álvarez, en medio de su cinismo, hay que conceder el ser consecuente con su ideología liberal, cuya filosofía de tanto magnificar a un individuo idílico, atomizado y productivo, termina, paradójicamente justificando su aniquilamiento en estado potencial (con el aborto) o su en su fase no utilitaria (la eugenesia). El afán de entrismo de Lage dentro del liberalismo, con el pesado fardo de sus valores conservadores e incluso católicos, le ha jugado una mala pasada, haciendo que, en la pelea verbal, golpes bajos aparte, quien se lleve la palma sea su contrincante, en una discusión donde el tema no era si el aborto es bueno o malo, sino si se puede ser abortista y liberal al mismo tiempo. La respuesta es clara: naturalmente que sí.

Lo que no se debería es ser humanista (lo menos que se espera de una persona versada en filosofía y psicología) y estar por el derecho a que alguien, sea la madre que lo llevó en las entrañas o el hijo una vez que lo parió, decida sobre otra vida de otro. Sobre todo, si se trata de una existencia en ciernes que no arriesga ninguna otra.

Es aquí donde Kreimer falla decididamente, tal vez como consecuencia de los presupuestos liberales, que, en su dialéctica con los socialistas, dominan las humanidades en el mundo académico occidental. Fundamentos ideológicos de los que, al menos en parte, ella misma ha bebido, tal vez sin darse cuenta. Qué pena.

Referencias:


[i] https://www.youtube.com/@Filosofiaparalavida

[ii] https://roxanakreimer.wixsite.com/website

[iii] https://www.youtube.com/watch?v=h3SiEzbscZY&t=2115s

[iv] https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_Laje

[v] https://es.wikipedia.org/wiki/Gloria_%C3%81lvarez

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