Por: Vito Andolin
Son máquinas deseantes, las que llevan implícito el afecto de escarmenar. En el proceso, las máquinas sin órganos producen, natural y culturalmente, para la producción de deseos. Perchan incluso «contra sí mismas» y contra el acople oportuno para justificar el fin. Dos «cuerpos sin órganos», planos y lizos, unida y acoplada, inevitablemente para producir objetos deseantes.
En el vientre materno acopla la cría a la fuente; comienza la «máquina» a producir deseos para vivir; ya en el mundo, la boca y el seno las máquinas sin órganos logran acoplarse a la medida. Flujos de energía e información de «bocas y senos» devienen en procesos de producción para la producción de «flujos de deseos».
La ingenuidad aceptada de que somos cuerpos para sentir cosas va enmascarada por la ilusión del proceso de la producción de deseos por máquinas sin órganos. Gilles Deleuze y Félix Guattari explican, al juzgar por el anti-Edipo esquizofrénico maquinista, como se forja el acoplamiento en dos máquinas sin órganos para el uso de la producción de «deseo de estafar».
Bonnie and Clyde (en Playa Albina hay varios: Sardónico, por ejemplo), dos arquetipos esquizoides máquinas sin órganos del siglo XX, hicieron de la «estafa» una empírica y, cuasi fenomenología, visual del proceso de producción de deseos, mediante el cual el hombre se deviene «corrupto y malhechor».
Naturalmente, cómo lograron perfectamente acoplase estas dos «máquinas sin órganos» en el flujo de la producción de deseos «estafoides», todavía espera por un relato que lo explicite a la medida.
Por ahora sabemos que los «órganos del cuerpo», como capital-dinero en la producción de mercancía, ocultan el verdadero sentido de las «máquinas deseantes sin órganos». Siempre van produciendo deseos por deseos. Hasta el umbral del límite, donde comienzan a trabajar las máquinas de deseo, pudo acercarse por primera vez con timidez el ingenio erótico de la narrativa del Márquez de Sade. E incluso, el anti Edipo de Sade empieza a percibir como el «deseo sexual» también se acoplaba a la estafa en el tocador, al proceso de la producción de deseos.
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Vito Andolin, de origen italiano, es profesor titular de estética en Universita Cattolica Dacro Cuore.
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