Enrique o Enriqueta Faber, de la mano de Oscar Montoto Mayor

Por Julio Benítez.

La increíble historia del Dr. Faber (Editorial: Voces de Hoy) es de la mano de su autor, Oscar Montoto Mayor, un aporte más a la revelación mágica de la primera villa de Cuba. Hablo a partir de mi propia experiencia en aquel lugar que atrae de forma tan especial tanto al visitante como al residente, y que nadie puede olvidar luego de acercársele. Como la leyenda del río Miel, que algunos señalan que te atará para siempre, así viene a ser ese mundo tan especial entre la playa, la bahía y las montañas, así como los tibaracones que hacen tan peculiar la desembocadura de los ríos y que se me mostraron cuatro décadas atrás como una joya de la naturaleza cuando habité allí. A Montoto lo conocí hace más de treinta años y de ahí nació nuestra amistad. Un entonces joven alegre, sociable, fácil de palabras y cazador de los sentidos tenía la facilidad de comunicarse con las personas con el gracejo distinguido de hijo de la ciudad que tuvo un protagonismo tan señalado en esa especie de leyenda, crónica o crónica novelada, como la han catalogado otros, y que ya señalaron los méritos de ese mundo recreado por el autor. Alguien la llamó novela minimalista. Yo pienso que la investigación, los documentos y las fuentes de esta increíble historia, allá por los primeros años del siglo XIX, ameritan tanto el título como la calificación de la misma. José Díaz-Díaz ha definido muy bien la narración novelada de Montoto como una hecha con paleta fina. Y es cierto. Todos los que conocemos al autor y gozamos de su amistad, sabemos de su habilidad para conversar, así como para redactar las ideas, y por eso no resulta extraño, entonces, que los avatares de Enrique o Enriqueta Faber se tornen en un emocionante y bien escrito documento en el que se combinan géneros tales como la investigación, la crónica y la leyenda, todos muy bien unidos por un narrar que semeja un relato a modo de novela. A mí personalmente me hubieran gustado más detalles, más extensión, pero creo que el autor se las arregló para con un gran poder de síntesis, contarnos esa historia sorprendente en un mundo mojigato como podía ser la Cuba de principios del XIX, y especialmente de la villa de Baracoa, donde aparece el nudo espacial de esta historia. En la gran cantidad de documentos y obras consultadas que aparecen relacionadas por Montoto al final de su trabajo, nos muestra cuán serio es él como investigador. No es para menos en alguien que además de ser un promotor cultural, un conductor de televisión y un especialista literario con experiencias como editor, se adentró con la pericia de quien conoce el mundo, y más su mundo natal, en un tema tan apasionante y dicho desde un punto de vista realista, casi costumbrista, pero con un gran sentido del humor. Porque La increíble historia del Dr. Faber no pretende convertir un hecho tan serio como la aparición de una travesti, con formación médica en la vida de Cuba y salida de Francia, con experiencia en las guerras napoleónicas, en algo trágico. La ubicación de Enrique o Enriqueta y su reubicación en Cuba, muy especialmente en Baracoa, al menos por un breve tiempo, nos devela con gracia y humor esos momentos de quien para unos fue una heroína del feminismo, o para otros una cultora de Lesbos con los derechos que conquistó para sí misma.

Reinaldo Cedeño lo indica de manera muy clara. Pienso que es una aproximación muy válida y por eso no puedo menos que citarlo para que el lector pueda comprender cuán significativa puede ser esta historia: «(…) haber rescatado -con seriedad y sin morbo-, a una pionera, a una mujer que retó a su época, a un carácter no es el único mérito del autor, sino dejar plantado el reto para que otros investigadores hurguen en la vida y la obra de personajes como ella, para hallar en las torpezas y las luces de otros…». Aquella mujercilla con menos de 5 pies, muy blanca de piel, unas veces descrita como francesa, las más como suiza, se las arregló para revalidar su título de médico, viajar como hombre, inventarse aparatos eróticos para su vida matrimonial, así como luego de servir prisión por su crimen desandar México, Louisiana y Florida. Tan fascinante fue la Faber que llegó a ser madre superiora de un convento, a pesar de sus tribulaciones. Toda una increíble historia de una mujer que personificó a un hombre y que por más señas quedó en la memoria de esa villa de la magia donde creció Oscar Montoto. (Presentación de La increíble historia del Dr. Faber en la Biblioteca J. F. Kennedy, Hialeah. Miami, Fl.) Miami, Fl. 2016

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