El ártico de «Paradiso»

Por: Leopoldo Luis García

Un grupo de entusiastas decide donar una obra importante de la literatura cubana al Polo Norte. Organizan el evento. Consiguen una organización sin fines de lucro que les financia el viaje. Escogen un ejemplar de la primera edición de Paradiso y lo llevan, uno por uno, a todos los escritores vivos, para que estos lo firmen. Como los escritores son muchos, sus firmas sobrepasan los espacios disponibles en el libro. Se agotan las páginas. El Presidente de la UNEAC propone añadir un anexo. Los escritores siguen firmando. El anexo sigue creciendo. El proceso se prolonga durante años. Los escritores vivos comienzan a morir, pero nacen nuevos escritores, estudian en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, y piden estampar sus respectivas rúbricas. Escritores emigrados protestan. No quieren que el pueblo Inuit reciba una imagen parcial —o parcializada— de la literatura cubana. Crean el Comité de Inclusión Literaria Severo Sarduy, y envían una delegación a la Isla. Sostienen interminables reuniones. Alguien propone que, además del libro, se coloque una foto de Lezama en el círculo polar ártico, de manera similar a la bandera que astronautas estadounidenses plantaron en la Luna. La alusión al Imperio molesta a escritores revolucionarios. Exigen el fin de las negociaciones. Enarbolan consignas: «Lezama-nos-llama, al-Polo-iremos-solos». Escritores de la diáspora responden. Alegan que la UNEAC lo politiza todo. En la Mesa Redonda, el periodista Humberto López revela que la expedición al Polo se realiza con dinero de la USAID y la NED. El gobierno cancela todos los planes. Los escritores emigrados regresan a sus países de acogida. Antes de abordar los aviones, se les permite firmar el ejemplar de Paradiso, como gesto de buena voluntad. Se van. El libro se queda. Lo exponen en la Sala Villena de la UNEAC, para que los escritores recién egresados puedan firmarlo también. Algunos pasan por el Hurón Azul a darse un trago. El acto se convierte en hábito. El hábito en tradición. Lo llaman El bautizo de José. El anexo ya es mucho más voluminoso que la novela. Lezama es un recuerdo lejano. A los narradores más jóvenes se les enseña que era obeso y probablemente homosexual. ¿Fumaba? Fumaba: Las fotos lo demuestran. El gordo echaba humos a la atmósfera. ¿Quién sabe qué otros desechos? Miren como está el planeta. El calentamiento global hace estragos en el Ártico. Los hielos perpetuos comienzan a derretirse.

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