Astrología: una puerta hacia lo religioso (parte II)

Si la astrología está en lo correcto, el ego está equivocado. Entendámoslo de esta manera: si la astrología está equivocada, entonces nada parece estar en lo correcto más que el ego. Si la astrología está en lo correcto entonces el mundo está bien, y sólo yo como una isla estoy equivocado.

Por Chandra Mohan Jain

Es necesario que algunos temas queden bien entendidos. Primero, es necesario saber que, desde un punto de vista científico, la entera familia solar nació del Sol. La Luna, Marte, Júpiter, y el resto de los planetas, incluyendo esta Tierra, todos son partes orgánicas del Sol. Lentamente, la vida en la Tierra vino a ser – de las plantas al hombre. El hombre es una parte orgánica de la Tierra, la Tierra es una parte orgánica del Sol. Es como una madre que tiene una hija, y ella misma también tiene una hija, y en las tres mujeres corre la misma sangre. Sus cuerpos están formados de células similares. Los científicos usan una palabra: “Empatía”, queriendo decir sensibilidad compartida. Todas las cosas que nacen de la misma fuente tienen una cierta experiencia interna compartida.

Del Sol nació la Tierra, y de la Tierra nacieron nuestros cuerpos, y visto de lejos, el Sol es nuestro gran tatarabuelo. Pase lo que pase en el Sol, creará una vibración en cada célula de nuestro cuerpo. Tiene que ser así, porque nuestras células han nacido del Sol. El Sol parece que esté a una gran distancia, pero no está tan lejos. En cada elemento de nuestra sangre y en cada partícula de nuestros huesos viven los átomos del Sol. Somos parte del Sol, así que no sorprende que nuestras vidas estén influenciadas por el Sol. Existe una cierta empatía entre el Sol y nosotros. Si somos capaces de entender bien esta empatía, podremos entrar en una dimensión de la astrología.

Algunos experimentos sobre la empatía pueden ser dirigidos, colocando a gemelos nacidos del mismo huevo en habitaciones separadas. Durante los últimos cincuenta años, muchos experimentos de esta clase han sido dirigidos. Algunos gemelos fueron situados en habitaciones separadas, se hizo sonar una campana, y a los niños se les pidió escribir o dibujar lo primero que les pasara por la cabeza cuando sintieran el sonido de la campana. Esto se repitió veinte veces, y se observó con enorme sorpresa, que el noventa por ciento de los dibujos hechos por gemelos eran similares. El río de pensamientos producidos en un gemelo al sentir el sonar de la campana, y la palabra o el dibujo que creo ese pensamiento, era el mismo que en el otro gemelo.

Esta semejanza de experiencias es descrita por los científicos como la empatía.

Hay tanta semejanza entre gemelos, que hasta vibran de la misma manera. Dentro de los cuerpos de dos de estos niños existe una comunicación o un diálogo interno, que corre por ciertos canales desconocidos.

Entre el Sol y la Tierra también existen puentes de comunicación como estos, y en cada momento se pasan mensajes por estos puentes. Y de la misma manera, existen puentes de comunicación entre la Tierra y el hombre. Así que hay una continua comunicación entre el hombre, la Tierra y el Sol. Pero esta comunicación es muy misteriosa, es interna y sutil. Así que intentemos entender algo sobre este tema.

En América hay un centro de investigación, conocido como el Centro de Investigación Anillo de Árbol. Si cortas un árbol, verás una cantidad de anillos o círculos por toda la superficie cortada. Los preciosos y decorativos diseños en la fibra de los muebles de madera hacen referencia a estos círculos. Este centro de investigación ha investigado en los últimos cincuenta años sobre la formación de estos anillos.

El profesor Douglas, director del centro, quien ha pasado una gran parte de su vida estudiándolos, ha descubierto una cantidad de hechos. Generalmente, todos nosotros sabemos que de la cifra de estos anillos se puede calcular la edad del árbol. Cada año crece un nuevo anillo, cada año una nueva capa se forma dentro del árbol. Si el árbol tiene cincuenta años, si ha visto cincuenta otoños, entonces cincuenta anillos se habrán formado dentro del árbol.

Pero es interesante saber que estos anillos también indican el tipo de temporadas que había en un año particular. Si las temporadas eran más calientes o más húmedas de lo normal, la formación del anillo era más ancha. Si las estaciones eran frías y secas, el anillo no era tan ancho. Es posible saber cuándo hubo fuertes lluvias, cuándo hubo sequía, y cuándo las estaciones fueron muy frías.

Si Buda hubiera dicho que en un cierto año hubo abundante lluvia, el árbol bodhi, bajo el cual él se sentaba, hubiera confirmado la verdad de ello. Buda habría podido fallar, pero el árbol no. El anillo del árbol será más ancho o más delgado, indicando el tipo de la estación en aquel particular año.

Conduciendo su investigación, el profesor Douglas alcanzó todavía otra conclusión, la cual estaba más allá de todo lo que él podría haber previsto. Él observó, que los anillos eran más anchos cada once años – y cada once años había una máxima actividad nuclear en el Sol, el Sol era más activo. Es como si el Sol tuviera un ritmo periódico, y su radioactividad llegase a su máximo. Durante uno de estos años un árbol produce un anillo más ancho – no en un bosque, o en un cierto sitio o en una cierta zona, sino que, por toda la Tierra, todos los árboles se comportan de la misma manera, simplemente para protegerse ellos mismos de la intensificada radioactividad. Para protegerse él mismo de la excesiva potencia liberada por el Sol, el árbol se deja crecer cada once años una piel más espesa. A causa de este fenómeno, los científicos inventaron una nueva expresión: “Clima global”.

Las estaciones son diferentes en sitios diferentes: Lloverá en algún sitio, hará frío en otro, y hará calor en cualquier otra parte, así que la idea de un clima global nunca existió anteriormente. Fue en remisión de los efectos de este undécimo año, que el profesor Douglas inventó el término “clima global”. Y, mientras que nosotros quizás no nos demos cuenta, los árboles sí. Hay una disminución gradual en la anchura de los anillos del árbol que se forman después del undécimo año, y después de cinco años hay otra vez un aumento gradual de la anchura hasta el undécimo año.

Si los árboles son tan sensibles de poder registrar con atención un acontecimiento que sucede en el Sol, ¿no sería entonces posible que en la mente del hombre también se formara alguna capa … que el cuerpo del hombre pudiera tener una sutil sensibilidad frente a la actividad del Sol, la cual crease ondulaciones en su psique? Hasta ahora los científicos no han sido capaces de encontrar claramente ciertos efectos en el cuerpo humano; pero parece hasta imposible que el cuerpo no registre cierta actividad.

La Astrología es la investigación de la posibilidad, de que lo que pasa en el universo también afecte al hombre.

Pero no es tan fácil de investigar el cuerpo humano, porque no se le puede simplemente cortar en dos partes como a un árbol. El cortar en dos partes a un ser humano es un asunto muy delicado y peligroso. Y, debido a que el hombre tiene una mente, no es el cuerpo el que registra estos acontecimientos de esta manera, sino la mente. El árbol no tiene esa cierta mente, y por eso es el cuerpo el que tiene que registrar los acontecimientos.

Otro punto también merece la pena de ser tomado en cuenta. Lo mismo que cada undécimo año hay tormentas radioactivas en el Sol, de similar manera existe otro período rítmico de noventa años en él. Esto hace poco que ha salido a la luz, pero es un hecho científico, y es igual de sorprendente que el período rítmico que ocurre cada once años. Los astrólogos no mencionan nada sobre este hecho, pero yo te lo cuento para que te sea más fácil entender la astrología de un modo científico. Hay un ciclo de noventa años que ha sido experimentado, y su historia es simplemente asombrosa.

Hace cuatro mil años, un faraón egipcio pidió a sus científicos registrar la frecuencia con que las aguas del río Nilo aumentaban o disminuían, y en qué cantidad. El río Nilo es el único río en el mundo con una “biografía” de cuatro mil años de edad. Se registraba hasta si el agua del río aumentaba o disminuía en una pulgada. Esta acta se llevó desde el tiempo de los faraones, hace cuatro mil años, hasta el día de hoy.

“Faraón” es el nombre que se le daba al emperador egipcio, y en el idioma egipcio significa Sol. Había una creencia en Egipto, según la cual existe un diálogo continuo entre el Sol y el río Nilo. Los faraones, que eran discípulos del Sol, declararon que se tenía que hacer un completo registro del Nilo. Ellos dijeron: “Por el momento no sabemos nada del Sol, pero algún día lo sabremos, y entonces este registro nos será útil”.

Así que durante cuatro mil años todo acerca del río Nilo se registró: El aumento en el nivel del agua, cuándo hubo inundaciones y cuándo no… Y un erudito egipcio, Tasman, compiló su historia. Muchas cosas que no se sabían en los tiempos de los faraones se saben ahora, y cada cosa que ha sucedido en el Nilo se ha comparado con acontecimientos en el Sol. Se ha indicado claramente que hay acontecimientos relacionados con el Sol que se producen cada noventa años. Estos acontecimientos son muy similares a lo que nosotros llamamos nacimiento y muerte.

Se puede entender de esta manera: El Sol está lleno de juventud durante cuarenta y cinco años y entonces empieza a descender, de edad, por cuarenta y cinco años. Durante cuarenta y cinco años, el fluido de energía dentro del Sol crece hacia una cumbre de juventud. Después de cuarenta y cinco años la energía del Sol va disminuyendo, como dentro de un ser humano. Después de noventa años el Sol se hace muy viejo. Durante los últimos nombrados cuarenta y cinco años, la Tierra es atacada con terremotos. Los terremotos se relacionan con este ciclo de noventa años. Al final del nonagésimo año, el Sol empieza otra vez a volverse joven.

Este es un acontecimiento cíclico muy importante.

Suceden cambios tan enormes en el Sol, que es apenas natural que la Tierra también se vea sacudida. Si un cuerpo tan grande como el de la Tierra se ve sacudido por terremotos a causa de cambios en el Sol, ¿cómo es posible que el pequeño cuerpo de un hombre no se vea afectado? Esta es la pregunta que los astrólogos se han ido haciendo. Dicen que no es posible que el cuerpo humano no se vea afectado. Los niños nacidos durante los cuarenta y cinco años en los cuales el Sol crece, hacia su fase juvenil, están estupendamente sanos. Mientras que los niños nacidos en los cuarenta y cinco años de envejecimiento del Sol no pueden estar en un buen estado de salud.

La condición de los niños nacidos durante el período en el cual el Sol se encuentra en su camino hacia abajo, es como la de un barco que tiene viajar rumbo a oriente mientras que los vientos soplan en dirección a occidente; un gran esfuerzo físico será necesario para mover los remos. Las velas no funcionan, así que el timonel tendrá que trabajar más fuerte. Es como nadar contra corriente. El Sol es la fuente de energía vital para la entera familia solar. Así que cuando el Sol se encuentre en descenso, quien sea joven tiene que nadar contra la corriente. Tendrá que someterse a una gran tensión.

Y siempre que el Sol esté en la cuesta hacia arriba, la entera familia solar estará llena de energía y se moverá hacia su cumbre. Quien haya nacido en ese período se encontrará en un barco navegando en dirección del viento. No hará falta ningún esfuerzo, ni los remos ni el timón tendrán que moverse. Sólo las velas se tendrán que abrir, y el barco se moverá por los vientos. Durante este período, un menor número de enfermedades se extiende sobre la tierra. Y cuando el Sol se encuentra en descenso, tendremos mayor número de enfermedades. Así que, durante cuarenta y cinco años hay un crecimiento de las enfermedades, y durante los siguientes cuarenta y cinco años hay una disminución, y así sucesivamente.

El registro histórico de cuatro mil años del río Nilo demuestra que, durante los cuarenta y cinco años en los cuales el Sol está en su juventud, hay un crecimiento de la cantidad de agua en su corriente. Y siempre que el Sol se encuentre en su descenso, el nivel del agua en el Nilo cae, y su corriente también es menos fuerte y más lenta.

El hombre no es una isla, es parte de esta entera unidad.

Ni siquiera los mejores relojes que el hombre ha producido, indican la hora tan exactamente como lo hace la Tierra. La Tierra necesita veintitrés horas y cincuenta y seis minutos para girar una vez alrededor de su propio eje. Sobre la base de este período de tiempo, hemos dividido el día en veinticuatro horas. Más nunca nos hemos enterado que la Tierra haya girado un segundo más rápida o más lenta para completar su recorrido. La razón es que no hemos tenido ningún medio totalmente exacto con el cual estudiar este fenómeno, así que sólo hemos podido hacer cálculos aproximados. Pero cuando el Sol completa su ciclo de noventa años y se reajusta para un nuevo ciclo, el reloj de la Tierra se sacude.

En el tiempo en el cual el Sol experimenta un aumento de radioactividad, durante su ciclo de once años, entonces también el reloj de la Tierra se alterará. Siempre que la Tierra esté bajo la influencia de ciertas fuerzas externas, su ritmo interno se alterará. Cada nueva influencia cósmica como una estrella, un meteoro, o un cometa pasando cerca de la Tierra también la altera. En una escala cósmica, las cosas muy lejanas en el cielo están de verdad muy cerca, porque cada cosa está interconectada de una manera invisible.

Sea como sea, la habilidad de nuestra lengua para expresar este fenómeno es muy débil, porque cuando decimos que una estrella se ha acercado un poco a nuestro sol, pensamos en la manera como una persona se acerca a otra. Pero, estas distancias son muy grandes; basta el más mínimo cambio en las distancias entre objetos cósmicos y el eje de la Tierra será disturbado, aunque no todos nos demos cuenta de esto. Para alterar la Tierra, se requiere una gran fuerza. Para sólo mover una pulgada de la Tierra, se requiere que inmensos cuerpos cósmicos pasen cerca de su órbita.

Cuando estos inmensos cuerpos cósmicos pasan cerca de la Tierra, también pasan cerca de nosotros. Cuando la Tierra es sacudida, no es posible que los árboles que crecen encima de ella no sean sacudidos. No es posible que el ser humano, que vive y camina encima de ella no sea sacudido. No; todo se sacude, más el sacudir es muy diminuto, y el hombre no tiene instrumentos para medirlo.

Ahora, sin embargo, tenemos unos instrumentos electrónicos tan sensitivos, que una vibración que dure un milésimo de segundo puede medirse también. Pero la vibración del ser humano todavía no puede medirse. Hasta el momento no hemos hecho los instrumentos para medirla.

El hombre es una criatura muy sutil y es necesario que sea así; de otra manera sería muy difícil para él vivir en la tierra. Si fuera capaz de experimentar y estar consciente de la influencia de todas las fuerzas que le rodean, que actúan sobre él las veinticuatro horas del día, no sería capaz de vivir. Tenemos la capacidad de vivir solamente porque no estamos conscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor.

Existe también otra ley. Esta ley dice que no podemos estar conscientes de influencias que estén, o bien por encima o por debajo de un cierto límite.

El rango de nuestras experiencias es limitado. Por ejemplo, supón que medimos la temperatura del cuerpo diciendo que está entre 98ºF en el nivel más bajo y 110ºF en el nivel más alto, lo cual implica que estamos viviendo entre esos doce grados.

Si la temperatura desciende muy por debajo de los 98º, moriremos, y si se dispara por encima de los 110º también moriremos. Pero, ¿piensas que el rango de temperatura del universo está limitado a sólo doce grados? El hombre vive bajo el rango limitado de doce grados; fuera de ese rango morirá. El hombre vive en una especie de equilibrio. Tiene que fluctuar entre los 98 y los 110º. De forma similar, hay equilibrios para todas las cosas.

Te estoy hablando y me puedes escuchar. Si hablo en un tono muy bajo, llegará un punto en el que no serás capaz de escucharme. Esto lo puedes entender, pero no serás capaz de imaginar que hay un punto más alto de audibilidad más allá del cual tú no puedes oír. Es difícil imaginar que un sonido más alto también puede ser inaudible.

Los científicos dicen que tenemos un cierto rango de audibilidad y que no podemos escuchar nada por encima o por debajo de él. Enormes sonidos de truenos están ocurriendo alrededor de nosotros por todas partes, pero no podemos escucharlos. Si se desintegra una estrella o nace un nuevo planeta, se crean ruidos tremendos, estruendosos alrededor de la tierra. Si los tuviéramos que escuchar, entonces en ese preciso momento nos quedaríamos sordos. Pero estamos protegidos, porque nuestros oídos no pueden escucharlos. No podemos oír por debajo de unos ciertos decibelios, y tampoco podemos oír por encima de unos ciertos decibelios; sólo podemos oír dentro de un cierto rango.

Hay incluso límites en el olor. Los sentidos de todos los seres humanos operan dentro de una gama determinada. Por ejemplo, un perro es capaz de oler mucho más de lo que puedes tú. Su gama de olores es más amplia; un perro puede oler cosas que no somos capaces de oler. Cosas que no somos capaces de escuchar, un caballo sí que puede. Los sentidos del olfato y del oído de un caballo son mucho más agudos. Un caballo puede olfatear la cercanía de un león desde una distancia de más de dos kilómetros. Se detendrá de pronto, y no entenderemos por qué. Su sentido del olfato es muy poderoso. Pero si tú tuvieras un sentido del olfato tan fuerte que pudieras percibir todos los olores que hay alrededor, te volverías loco. El ser humano está encerrado en una especie de cápsula; tiene límites.

Cuando pones la radio puedes escuchar muchas estaciones. Pero, ¿piensas que la música comienza sólo cuando la radio está puesta? Las ondas de la radio y de la voz están fluyendo continuamente en el aire, así enciendas la radio o no. Pero tú sólo puedes oírlas cuando la radio está puesta. En esta misma habitación, las ondas de radio de todas las emisoras del mundo están fluyendo continuamente, pero sólo puedes oírlas cuando enciendes la radio. Esas ondas están ahí aun cuando la radio no esté encendida, pero no puedes escucharlas.

En este mundo muchos sonidos están pasando a nuestro alrededor. Hay un gran tumulto. No somos capaces de escucharlo, pero no podemos evitar el que nos afecte. Estamos influenciados por todos esos sonidos, en cada nervio, en cada pulsación del corazón, en cada músculo. Esos sonidos trabajan en nosotros sin ser notados. Los olores que no somos capaces de reconocer también nos afectan. Si esos olores llevan consigo alguna enfermedad, cogerás la enfermedad.

El que tú tomes conciencia o reconozcas algo, no es imprescindible para que aquello exista

La astrología afirma que hay campos de energía a nuestro alrededor que nos están influenciando continuamente. Tan pronto como nace un niño, está sujeto a todas las influencias del mundo. En el lenguaje científico podemos describir el nacimiento como un proceso de exposición.

Es como si expusiéramos la película de una cámara. Tú presionas el botón de exposición de la cámara, y en una fracción de segundo la cortinilla de la lente se abre y se cierra, y lo que estaba frente a la cámara, queda registrado inmediatamente en la película. La película queda expuesta sin afectar la exposición previa. La película ha captado la imagen de la escena para siempre.

De manera similar, cuando un niño es concebido en el vientre materno, ésta es la primera exposición para el bebé. Cuando nace el niño se produce una segunda exposición. Estas dos exposiciones se registran en la mente sensitiva del niño, tal como pasa en la película. El mundo tal como es en el momento, queda impreso en el niño, y hay por tanto una empatía del niño por el mundo tal como es en ese momento.

Te sorprenderá saber que el noventa por ciento de los niños nace por la noche. Normalmente, de acuerdo con las probabilidades matemáticas, el porcentaje de nacimientos tendría que ser el mismo en la noche o en el día. Podría haber una fluctuación del cuatro o cinco por ciento aquí y allí, pero ¿por qué el noventa por ciento tiene que nacer durante la noche? Sólo el diez por ciento de los nacimientos, como mucho, se producen durante el día. Tiene que haber una razón para ello; hay muchas razones. Permíteme explicarlo…

Cuando un niño nace de noche, la primera exposición del mundo sobre su mente no es de luz, sino de oscuridad. Te estoy diciendo esto sólo a manera de ilustración, porque el asunto es en realidad mucho más profundo. Sólo a manera de ilustración te estoy diciendo que la primera impresión sobre la mente del niño es de oscuridad. El sol está ausente, su energía está ausente. En los alrededores el mundo duerme; nada está realmente despierto. Este es el primer impacto sobre el niño.

Si tuviéramos que preguntar a Buda o a Mahavira por el motivo, ellos dirían que la mayor parte de las almas nacen en la noche porque están durmiendo cuando nacen. Estas almas no pueden elegir el momento de su nacimiento. Hay cientos de razones adicionales, pero ésta es importante: La mayoría de las personas duerme. Están en la oscuridad y en la inactividad.

Quienes nazcan después del amanecer, nacerán con energía

Pasado el atardecer, en la oscuridad de la noche, sólo pueden nacer los seres que duermen. El nacimiento que se produce a la salida del sol, estará influido por la energía; el nacimiento que se produce pasado el ocaso, bajo la cubierta de la oscuridad, estará bajo la influencia del sueño. La exposición será diferente para una película expuesta en la noche, o para una expuesta en el día. Es necesario entender este punto relacionado con la exposición más claramente, porque la astrología está muy profundamente relacionada con esto.

Los científicos que investigan sobre este tema de la exposición al nacer, dicen que es un acontecimiento de la mayor importancia. Esta exposición te acompañará durante toda tu vida.

Cuando nace un pollito de una gallina, empieza a correr inmediatamente detrás de la gallina. Decimos que corre detrás de la gallina, pero los científicos dicen que eso no tiene nada que ver con la madre, que es sólo una cuestión de exposición e impresión. Los científicos han llevado a cabo en la actualidad cientos de experimentos… Uno de ellos tenía que ver con los pollitos a punto de nacer. Sus picos surgían de los huevos, y en ese momento se sacaba a la gallina de su sitio y se ponía un globo frente a los pollitos. Cuando abrían los ojos, veían el globo. Te sorprenderá saber que los pollitos amaban al globo como si fuera su madre. Si el globo se movía con el aire, ellos corrían detrás de él. No les preocupaba la madre, donde quiera que estuviera, pero se volvieron sorprendentemente sensitivos con el globo. Cuando se cansaban, iban a echarse al lado del globo. Intentaban amar el globo, trataban de picotear el globo, no a la madre.

Konrad Lorenz, un científico que ha trabajado mucho en este sentido, dice que el primer momento de exposición es el más importante. El pollito se llega a relacionar íntimamente con la madre debido a esta primera exposición; corre detrás de la madre, sólo porque ella estaba a su disposición primero.

Actualmente se llevan a cabo más experimentos… Los niños varones que no crecen en la presencia de la madre, no son capaces de amar a ninguna mujer. No se ha producido una exposición adecuada; la imagen de la mujer no ha quedado impresa adecuadamente en la mente del niño. Si la homosexualidad aumenta en occidente, una razón fundamental para ello, es la insuficiente exposición de uno de los padres. El amor heterosexual, el amor entre los sexos opuestos, está disminuyendo cada vez más en occidente, y el amor entre miembros de un mismo sexo está aumentando. A pesar de que el suceso no es natural, tiene que suceder así.

La atracción sexual entre hombre y mujer también está condicionada de otra manera.

Ante quién va a ser el bebé expuesto por primera vez, es un asunto que se tendría que considerar. Una mujer no será feliz en toda su vida si, siendo un bebé, fue expuesta primero a la madre. Tendría que exponerse a un hombre. El primer impacto sobre la mente de una niña tendría que ser de su padre; sólo entonces será ella capaz de amar a un hombre completamente. Si los hombres siempre sobrepasan a las mujeres, esto se debe a que tanto los niños como las niñas han sido expuestos primero a la madre y criados por la madre.

La exposición del niño es correcta, pero la de la niña no. Así que, mientras la primera exposición de la niña no sea ante su padre, no le será posible llegar a ser igual al hombre. Ni a través de la política, ni a través del empleo, ni a través de la independencia económica puede ella llegar a ser igual, porque desde una perspectiva psicológica, la debilidad en la personalidad de la niña se mantiene. Ninguna civilización ha podido superar esta debilidad hasta ahora.

Si un pequeño globo puede ejercer tanta influencia en un pollito, si puede entrar tan indeleblemente en su mente, la astrología insinúa que todo lo que nos rodea- la totalidad del universo- también entra en nuestra conciencia en ese momento de la exposición al nacer, cuando la película mental se expone ante el mundo. Esto determina tus simpatías o antipatías por toda tu vida. Todas las constelaciones que rodean la tierra en ese momento, también, de una manera muy profunda, imprimen su influencia en la conciencia recién nacida. Las constelaciones están en ciertas posiciones: El significado básico de esas constelaciones está en la influencia de su radioactividad descendiendo sobre la tierra en el momento del nacimiento.

Los científicos creen en la actualidad, que cada cuerpo celestial tiene su propia, única radiactividad. El planeta Venus despide rayos de tranquilidad, mientras que la luna tiene un tipo muy diferente de ondas. Las ondas que nos llegan desde Júpiter son diferentes de aquellas que nos llegan desde el sol. La razón de las diferencias está en que cada planeta tiene una combinación diferente de capas gaseosas circundándole, y de cada planeta una combinación diferente de rayos viene hacia la tierra. Y, cuando el niño nace, todas las constelaciones, estrellas, planetas y soles súper distantes que circundan el horizonte, todos penetran profundamente dentro de la mente del niño en el momento de su exposición. La situación cósmica en ese momento, con todas sus debilidades, fortalezas y capacidades, influencia al niño por toda su vida.

Es como conocer las consecuencias exactas de lo que sucedería si una bomba atómica explotase en medio de un área populosa como Hiroshima.

Antes de que la bomba atómica se arrojase sobre Hiroshima, sólo se sabía que cientos de miles de personas morirían. Pero no se sabía que esto también afectaría a generaciones futuras en todo lo demás. Para los que murieron en Hiroshima y Nagasaki fue cosa de un solo momento. Pero los árboles que se quedaron, los animales, los pájaros, los peces y los seres humanos sobrevivientes, se vieron afectados permanentemente de una manera desconocida. El efecto total sólo se conocerá cuando hayan transcurrido cerca de diez generaciones, porque profundas fuerzas radiactivas funcionan todavía.

Todas las mujeres supervivientes quedaron con sus ovarios afectados por la radiactividad. Actualmente esos ovarios son incapaces de reproducir niños normales, tal como lo hubieran hecho antes de ser afectados por la radiactividad. Un niño nacido de esos ovarios podría ser lisiado, o ciego, hubiera podido tener cuatro o incluso ocho ojos; hubiera podido ser cualquier cosa, no se puede decir. Su cerebro hubiera podido estar enfermo, o ser el de un genio no nacido nunca antes. No tenemos la certeza de cómo habría sido; sólo sabemos con certeza una cosa, y es que no habría sido como un ser humano normal, ordinario.

Si el poder de una bomba atómica, que comparativamente no es un poder muy grande, puede causar tanto daño a la vida en la tierra, puedes empezar a imaginar cuál es el poder del sol. Es como si millones de bombas atómicas estuvieran explotando simultáneamente. En Hiroshima y Nagasaki una bomba mató ciento veinte mil seres humanos. ¿Puedes imaginar, en comparación, cuánta radiactividad existe en el sol?

El sol ha estado calentando la tierra por cuatro billones de años y los científicos dicen que no hay posibilidad de que empiece a enfriarse aún, por millones de años. Cada día envía tremendo calor a la tierra, y lo hace también desde una distancia de casi cien millones de millas. Lo que sucedió en Hiroshima cubrió un radio de hasta diez millas, mientras que el sol nos ha estado dando calor desde una distancia de cien millones de millas, y durante mucho tiempo; no se ha agotado. Pero, comparado con otros soles del universo el nuestro no es más que una estrella diminuta. Las estrellas que vemos en el firmamento son mucho más grandes que nuestro sol, y cada una de ellas tiene su radiación individual que está fluyendo hacia nosotros.

Un gran científico, Michael Gacquilin, ha estado haciendo investigaciones sobre las fuerzas del universo.

Él nos cuenta que no estamos en capacidad de entender ni siquiera un uno por ciento de las cosas producidas por las fuerzas que llegan al campo de nuestra experiencia. Desde que empezamos a enviar satélites al espacio, más allá de la tierra, nos ha sido enviada mucha información para la cual

no tenemos un lenguaje descriptivo, ni tampoco la información transmitida ha podido ser descifrada aún por la ciencia. Nunca nos imaginamos que tanta energía y tantas fuerzas estuvieran operando a nuestro alrededor.

En este contexto podemos entender una cosa más. La astrología no es una nueva ciencia que todavía se está desarrollando. La situación es precisamente la opuesta. Si has visto el Taj Mahal puede que hayas detectado algunos muros incompletos en la orilla opuesta del río Yamuna. Se dice hoy en día que Shah Jehan no sólo hizo el Taj Mahal para su esposa Muntaz, sino que también estaba construyendo una tumba para él con el mismo mármol que el del Taj Mahal, en la orilla opuesta del río Yamuna. Pero, de acuerdo con el relato, esa tumba no se pudo terminar. Sin embargo, esto ha sido investigado por los historiadores que nos cuentan que los muros que se ven incompletos no son los muros de una tumba que se estaba construyendo, sino las ruinas de un palacio que existió hace mucho tiempo.

Durante los últimos trescientos años se nos ha dicho que esos muros eran las paredes incompletas de una tumba que Shah Jehan había empezado a construir. Pero los muros de una tumba recién construida y las ruinas de un viejo palacio pueden lucir similares, así que es difícil decir exactamente qué son esos muros. La investigación histórica indica ahora que no sólo fueron una vez un palacio completo, sino que el mismo Taj Mahal no fue construido por Shah Jehan. Era un viejo palacio construido por los hindúes, el cual fue convertido en una tumba por Shah Jehan. Pero, sucede a menudo que no podemos creer en algo que contradiga lo que siempre hemos escuchado.

Ninguna tumba como el Taj Mahal ha sido contraída en otra parte del mundo. Nunca se construye una tumba de esta manera. Alrededor del Taj Mahal hay por todas partes puestas para ubicar soldados, y para instalar rifles y armas. Las tumbas no necesitan ser protegidas por rifles y armas. Era un viejo palacio que se transformó. En la orilla opuesta del Yamuna había también un palacio que se derrumbó, y sus ruinas quedaron como testigos.

La astrología también es como las ruinas de un gran edifico que existió alguna vez.

Fue una ciencia completa que se ha perdido. No es algo nuevo ni está en proceso de construcción. No es posible juzgar, por los muros que se han conservado, qué tan grande pudo haber sido ese edificio una vez. Muchas veces las verdades se realizan para volver a perderse nuevamente.

Más o menos doscientos años antes de Cristo, Aristarcos, un científico griego, descubrió que el sol es el centro del universo, no la tierra. Este principio de Aristarcos se llegó a conocer como el principio heliocéntrico: El sol está en el centro. Pero, más tarde, en el año cien DC, Tolomeo cambió nuevamente este descubrimiento y afirmó que la tierra era el centro. Después de esto, fueron necesarios más de mil años para que Kepler y Copérnico re establecieran que el sol es el centro de nuestro universo. La verdad descubierta por Aristarcos se mantuvo oculta por muchísimo tiempo, hasta que Copérnico abrió el viejo libro de Aristarcos y lo volvió a declarar… y la gente se quedó impactada.

Se dice en occidente que América fue descubierta por Colón. Cuando Oscar Wilde fue a América hizo un chiste al respecto que se ha vuelto muy conocido. Él dijo que América fue descubierta mucho antes por otra persona. Esto es verdad; América fue descubierta muchas veces, y se perdió una y otra vez cuando se cortaron las relaciones con ella. Alguien le preguntó a Oscar Wilde: «Si Colón no la descubrió la primera vez, si ya había sido descubierta, ¿por qué se perdió cada vez? Oscar Wilde replicó con humor: «Él descubrió América. Fue descubierta muchas veces, pero cada una de esas veces se lo callaban. Siempre fue necesario mantener el silencio, porque lo mejor era olvidarse de algo tan problemático y abandonarlo».

En el relato épico del Mahabharata hay referencias a América; una de las esposas de Arjuna era de Méjico. En Méjico hay templos hindúes antiguos con ídolos de Ganesh tallados en ellos.

Sucede muchas veces que la verdad se pone a nuestro alcance y se pierde nuevamente. La astrología fue una vez una de esas grandes verdades: Se llegó a conocer una vez y luego se perdió. Hay dificultades para volver a conocerla, por eso es que te estoy hablando desde muchos puntos de vista.

Mi intención al hablar de astrología puede ser malentendida. No estoy intentando hablar de los mismos temas que son tratados por un astrólogo ordinario. A un astrólogo así le puedes pagar con una moneda y escuchar tu fortuna. Seguramente piensas que voy a hablar de él o a apoyarle.

El noventa y nueve por ciento de los astrólogos solamente engañan a nombre de la astrología.

Solamente un uno por ciento no afirmará dogmáticamente que un evento sucederá con certeza. Ellos saben que la astrología es un tema amplio, tan amplio que uno sólo puede penetrar en él con vacilación.

Cuando hablo de astrología quiero que tengas una imagen de toda la ciencia desde muchos ángulos, a fin de que puedas entrar en ella sin temor o vacilación alguna. Cuando hablo de astrología, no hablo del astrólogo ordinario, son asuntos menores. Sin embargo, la curiosidad del hombre promedio sobre la astrología consiste solamente en saber si su hija se casará o no.

La astrología se puede dividir en tres partes. La primera parte es el fondo, la esencia; es lo esencial, y no se puede cambiar. Es la parte más difícil de entender. La segunda parte es el nivel medio, en el cual uno puede hacer los cambios que quiera. Es la porción semi-esencial, sobre la cual puedes hacer cambios si sabes cómo, pero sin saber cómo los cambios no son posibles en absoluto. La tercera parte es el nivel más externo que no es esencial, pero sobre el cual todos tenemos mucha curiosidad.

La primera, es la esencia, en la cual no se pueden hacer cambios. Cuando se conoce, el único camino es cooperar con ella. Las religiones han concebido la astrología a fin de conocer y descifrar este destino esencial. La parte semi-esencial de la astrología es tal que si sabemos de ella podemos cambiar nuestras vidas, de otra manera no.

Si no sabemos, lo que va a suceder sucederá. Si hay conocimiento, hay alternativas para elegir entre ellas. Hay una posibilidad de transformación se hace la elección adecuada. La tercera, la parte no esencial es sólo la periferia, la superficie exterior. En ella no hay nada esencial; todo es circunstancial.

Alguien va y le pregunta al astrólogo cuándo encontrará empleo; no hay relación entre tu empleo y la luna o las estrellas. Alguien pregunta si se casará o no; una sociedad sin matrimonio es posible. Otra pregunta si seguirá siendo pobre o se volverá rico; una sociedad socialista o comunista en la que no haya ni ricos ni pobres es posible. Por tanto, éstas son cuestiones no esenciales…

Sin embargo, vamos a consultar a los astrólogos sólo para cosas no esenciales.

Un viejo de ochenta años iba caminando cuando su pie resbaló con una piel de plátano que estaba tirada en la calle. Ahora, ¿es posible preguntar a un astrólogo, saber por la luna y las estrellas en qué calle y sobre qué piel de plátano va a resbalar el pie? Preguntas así son una tontería. Pero tú tienes curiosidad de saber por anticipado si tu pie pisará una piel de plátano y te resbalarás si sales hoy a la calle. Esto es no esencial. No tiene nada que ver con tu ser o tu alma. Estos eventos suceden en la periferia, y la astrología no tiene nada que ver con ellos. Pero, debido a que los astrólogos estaban ocupados hablando solo de este tipo de cosas, el gran establecimiento de la astrología se derrumbó. Ésta fue la única razón.

Ninguna persona inteligente está preparada para creer que al nacer, eso estaba escrito en su destino, que en un día en particular, el Día del Trabajo, su pie iba a resbalar con una piel de plátano y que se caería. Ni la caída ni la piel de plátano tienen relación alguna con las estrellas. La astrología ha perdido respetabilidad porque empezó a relacionarse con esta clase de cosas.

A lo largo de los tiempos, todos hemos querido saber estas cosas de los astrólogos, y aun así estas cosas no son esenciales. Pero, hay ciertos asuntos semi-esenciales tales como el nacimiento o la muerte de una persona: Si puedes saberlo todo al respecto, puedes tomar medidas preventivas. Si no sabes nada, no puedes hacer nada.

Si nuestro conocimiento sobre el diagnóstico de las enfermedades mejorase, seríamos capaces de incrementar el período de vida de los seres humanos; lo hemos estado haciendo ya. Si nuestras investigaciones para hacer bombas atómicas más destructivas tienen éxito, seremos capaces de matar cientos de miles de personas a la vez; ya lo hemos hecho.

Este mundo semi-esencial nos da la posibilidad de que podamos hacer ciertas cosas, si sabemos con anticipación qué va a pasar.

Más allá existe el mundo de lo esencial, y aquí no puedes hacer nada. Sin embargo, nuestra curiosidad nos lleva a conocer sólo las cosas no esenciales. Raras veces alguien llega a interesarse por lo semi-esencial. Y nuestra curiosidad o deseo nunca aumenta hasta llegar a saber lo que es esencial e inevitable, aquello que no se puede cambiar, aunque se conozca.

Mahavir pasaba por un poblado con su discípulo Goshalak- quien más tarde se convirtió en su oponente- cuando se acercaron a una plantita; y Goshalak dijo a Mahavir: «Escucha, aquí hay una planta. Tú que piensas, ¿crecerá hasta dar una flor o se morirá antes de florecer? ¿Cuál es su futuro?

Mahavira cerró los ojos inmediatamente, y se sentó frente a la planta.

Goshalak dijo con astucia: «No esquives el asunto. ¿Qué pasará si cierras los ojos?».

Él no sabía por qué Mahavir se había quedado en silencio y cerrado los ojos, que estaba buscando lo esencial. Era necesario entrar profundamente en el ser, en el alma de la planta. Si no lo hacía así, no iba a ser posible decir qué iba a pasar.

Después de un rato Mahavir abrió los ojos y dijo: «Esta planta sobrevivirá hasta florecer».

Goshalak arrancó inmediatamente la planta de sus raíces, la tiró y se rió burlonamente. No había una mejor manera de refutar una afirmación de Mahavir.

Mahavir no tenía otra cosa que decir ahora, porque Goshalak había arrancado y tirado la planta para desafiarlo. Se reía. Mahavir se sonreía, y así continuaron su recorrido.

Entonces empezó a llover fuertemente. Cayó una tormenta y, durante siete días continuos hubo lluvias torrenciales, así que no pudieron salir por siete días completos.

Cuando pasaron las lluvias y emprendieron el regreso, en el camino llegaron al mismo punto donde Mahavir había cerrado los ojos previamente para conocer el ser interior de la planta. Vieron que la planta estaba nuevamente de pie, con las raíces enterradas. Debido a las fuertes lluvias y vientos, la tierra se había quedado suelta y húmeda, y las raíces de la planta se habían enterrado.

Mahavir volvió a cerrar los ojos y se colocó frente a la planta. Goshalak se sintió muy avergonzado; había arrancado y tirado la planta. Cuando Mahavir abrió los ojos, Goshalak dijo: «Estoy sorprendido y confuso. Arranqué y tiré esta planta, y está creciendo nuevamente».

Mahavir contestó: «Sobrevivirá hasta florecer. Cerré los ojos para ver la potencialidad interior y las condiciones de la semilla: si iba a ser capaz de echar raíces nuevamente, aunque fuese arrancada, si podía suicidarse, si tenía un fuerte instinto o deseo de morir. Si su instinto hubiese sido suicida, habría utilizado tu ayuda para morir. Quería ver si ella tenía ganas de vivir; si estaba decidida a vivir, viviría. Yo sabía que la ibas a arrancar y a tirar». Goshalak preguntó: «¿Qué estás diciendo?»

Mahavir dijo: «Cuando estaba viendo el ser interior de la planta con los ojos cerrados, también te vi a ti, decidido a arrancarla. Sabía que arrancarías la planta. Por eso era necesario para mí conocer la capacidad interna de la planta para vivir, qué tanta confianza y poder de voluntad tenía. Si hubiera estado esperando para morir y buscando una excusa, tú le habrías dado una excusa suficiente para hacerlo; de otra manera la planta arrancada volvería a enraizarse otra vez».

Goshalak se quedó sin valor para arrancar la planta nuevamente. Tenía miedo. Antes, Goshalak se había reído mientras iban al poblado; esta vez Mahavir seguía su camino sonriendo.

Goshalak preguntó: «¿Por qué sonríes?» Mahavir respondió: «Estaba observando y pensando precisamente en tu capacidad; si serías capaz de arrancar la planta por segunda vez o no».

Goshalak dijo: «¿Podías ver si lo haría o no?».

Mahavir replicó: «No era esencial. La hubieras podido arrancar, hubieras podido no arrancarla. Pero era esencial e inevitable que la planta todavía quería vivir. Todo su ser, toda su vitalidad quería vivir. Eso era esencial. Lo que no era esencial era el que tú la tirases o no, y eso dependía de ti. Pero has demostrado ser más débil y menos decidido que la planta. Has sido derrotado».

Una de las razones por las que Goshalak se molestó con Mahavir fue este incidente de la planta.

La astrología de la que estoy hablando concierne a lo esencial, a lo fundamental.

Como mucho tu curiosidad llega a lo semi-esencial. Quieres saber cuánto vivirás, o si morirás de repente, pero no tienes curiosidad de saber qué harás si vives, cómo vivirás. Quieres saber cómo morirás cuando llegue el momento, o lo que harás todo el tiempo. Tu curiosidad se extiende a los eventos, no al alma. El que esté viviendo no es más que un evento, pero lo que estoy haciendo al vivir, o lo que soy, es mi alma. Cuando muera seré un evento, pero cómo estaré en el momento de la muerte, lo que haré, es mi alma. Todos moriremos; el evento de la muerte es común a todos, pero la manera de morir, el momento de la muerte será diferente para cada uno. Puede que, incluso alguno muera sonriendo.

En el momento de su muerte alguien le preguntó a Mulla Nasruddin: ¿Tú que piensas, Mulla? Cuando nace la gente, ¿de dónde vienen?».

Mulla replicó: «He visto llorar a todos los niños en el momento de nacer, y parece que todos lloran también en el momento de morir. Asumo, por tanto, que la gente no viene ni va a un buen lugar. Cuando vienen lloran, y cuando se van ¡también lloran!

Pero la gente como Nasruddin mueren riendo. La muerte es un evento, pero quien ríe en el momento de la muerte es el alma. Así que, cuando vayas a un astrólogo, pregúntale cómo morirás, ¿llorando o riendo? Vale la pena preguntar esto, pero es algo conectado con la astrología esencial. Nadie en este mundo ha preguntado a un astrólogo si morirá llorando o sonriendo. Tú preguntas cuándo morirás, como si morir tuviera un valor por sí mismo. Preguntas cuánto tiempo vas a vivir, como si vivir solamente fuera suficiente.

¿Por qué voy a vivir? ¿Para qué voy a vivir? ¿Qué haré mientras vivo? ¿Qué llegaré a ser si vivo? Esta clase de preguntas no las hace nadie. Por eso es que la estructura de la astrología se ha derrumbado. Todo lo que se construye sobre bases no esenciales, se derrumbará con seguridad. La astrología de la que hablo, y lo que tú entiendes como astrología, son cosas diferentes.

La astrología de la que estoy hablando es cualitativamente diferente, y de mucha más profundidad.

Sus dimensiones son diferentes. Lo que estoy diciendo es que tu vida y la del universo están conectadas, están en una armonía rítmica. Todo el mundo participa en ello; no estás solo.

Cuando Buda se iluminó, juntó sus manos a manera de saludo, y agachó su cabeza hasta que tocó el suelo. La historia dice que los dioses bajaron del cielo para dar sus respetos a Buda, porque él había encontrado la verdad suprema, pero al verle tocando el suelo con su cabeza, se quedaron sorprendidos. Le preguntaron a Buda ante quién se inclinaba. Le dijeron que venían del cielo a darle sus saludos porque él estaba iluminado, y que no sabían que pudiera haber algo ante lo cual incluso un Buda tuviera que ofrecer saludos, pues la iluminación era la suprema realización.

Buda abrió sus ojos entonces y dijo: «No estoy solo en lo que me ha sucedido; el mundo también ha participado. Así que me inclino ante la tierra como agradecimiento a todo el mundo».

Este es un asunto relacionado con la astrología esencial. Por eso Buda pidió a sus discípulos, que cada vez que accediesen a la dicha interior, dieran inmediatamente gracias a todo el mundo, porque no estaban solos en la experiencia. Si no hubiese salido el sol, si no hubiese salido la luna, o si la cadena de eventos hubiese diferido ligeramente, la experiencia lograda por ellos se habría perdido. Es verdad, han sido ellos los que tuvieron la experiencia, pero todas las cosas han sido instrumentales, toda la existencia ha contribuido a ello. El nombre de esta relación cósmica de interconexión es astrología.

Buda no diría nunca: «Me he iluminado». Él diría solamente: «El mundo ha experimentado esto a través de mí; este evento de la iluminación, esta luz suprema se conoce en el mundo a través de mí. Yo sólo soy una excusa, un pretexto. Solamente soy un punto de cruce en el que todos los caminos del mundo se han encontrado».

¿Has pensado alguna vez que, aunque un punto de cruce parece significativo, en sí mismo no es nada? Si los cuatro caminos que se encuentran desaparecen, el significado del punto de cruce también desaparecerá. Cada uno de nosotros es una intersección en la que las fuerzas del mundo se tocan y encuentran en un punto. En ese punto se forma un individuo, nace una persona.

El significado y la esencia de la astrología están en que no estamos separados, somos uno con el universo.

No sólo somos uno con el universo; también participamos en cada evento y situación.

Buda dijo, por consiguiente, que ofrecía sus saludos a todos los budas que habían venido antes que él, y a todos los que vendrían después de él. Entonces alguien le dijo que era comprensible que él ofreciera sus saludos a aquellos nacidos antes que él, porque sabiéndolo o no, Buda estaba seguramente en deuda: el conocimiento de ellos pudo haberle ayudado; pero, ¿por qué saludar a los que todavía no han nacido? ¿Qué había podido él ganar de ellos?

Buda replicó que él había recibido ayuda no solo de aquellos Budas que habían nacido antes que él, sino de aquellos que nacerían después de él, porque donde él se encontraba en ese momento, el pasado y el futuro se unían y se volvían uno. Aquellos que habían pasado se encontraban con los que estaban viniendo, precisamente donde él estaba. El amanecer y el atardecer se encontraban en ese punto. Por tanto, Buda ofrecía sus saludos a aquellos que todavía estaban por nacer; estaba en deuda con ellos porque si ellos no hubieran sido proyectados al futuro, Buda tampoco lo hubiera podido lograr.

Esto es un poquito difícil de entender. Está conectado con la astrología esencial. Yo no existiría si algo de mi pasado se abandonara o se perdiera; soy un eslabón en una larga cadena. Es comprensible que si mi padre no hubiera nacido yo no podría haber nacido, porque mi padre es un eslabón esencial en la cadena que llega hasta mí. Incluso si mi abuelo no hubiera existido, yo no habría podido nacer, porque el eslabón es esencial. Pero es difícil entender que, si no hubiera un eslabón unido a mí que va hacia el futuro, entonces, tampoco hubiese podido nacer.

¿Qué tengo que ver con ese eslabón del futuro? Ya he nacido. Pero Buda dice que si lo que va a pasar en el futuro no estuviera ya ahí, entonces yo tampoco podría haber nacido, porque soy un eslabón entre el pasado y el futuro. Si hubiera incluso un ligero cambio en el pasado o el futuro, no podría ser el mismo que soy ahora.

El ayer me ha hecho y el mañana también me ha hecho: Esto es astrología.

No sólo ayer sino mañana, no sólo lo que ya ha llegado, sino lo que está viniendo; no sólo el sol que ha salido esta mañana, sino el sol que saldrá mañana, todos son participantes.

Los momentos futuros también determinan el momento presente. Este momento presente no podría darse si no hubiera momentos futuros. El momento presente sólo puede ocurrir con el apoyo de momentos futuros. Nuestras manos descansan en los hombros del futuro; nuestros pies se apoyan en los hombros de nuestro pasado. Es muy obvio que, si lo que está debajo de mí, aquello sobre lo cual me apoyo y que puedo ver, hace falta, yo caeré. Pero, si los hombros del futuro, en los que mis manos estiradas están descansando, hacen falta, yo también caeré.

Una vez que una persona se encuentra conectada con esta unidad interior de pasado y futuro, entonces es capaz de entender la astrología. Entonces la astrología se convierte en religión, entonces la astrología se convierte en espiritualidad. De otra manera, al llegar a relacionarse con lo no esencial, la astrología se convierte meramente en un asunto de pseudo adivinos de la calle, y entonces no tiene valor alguno. Incluso la ciencia más elevada es polvo en las manos de aquellos que son ignorantes. Su valor está determinado por el uso que somos capaces de dar al conocimiento.

Por consiguiente, estoy tratando de empujarte desde muchas puertas hacia un objetivo, para que puedas entender que todo está unido, interconectado. Este universo es como una familia, como un cuerpo orgánico. Cuando estoy respirando, todo mi cuerpo se ve afectado; de forma similar, cuando el sol respira, la tierra se ve afectada. La tierra se ve afectada incluso por lo que hacen otros soles remotos. Incluso la célula más pequeña vibra con aquellos soles gigantescos. Si puedes entender esto, seremos capaces de entrar en la astrología esencial, y entonces habremos dejado atrás la inutilidad de lo no-esencial.

Hemos asociado los asuntos más triviales con la astrología. Esos asuntos no tienen valor, y han surgido las dificultades porque los hemos conectado con la astrología. Por ejemplo, hemos conectado la astrología con preguntas sobre una persona que ha nacido en una familia pobre o en una familia rica. Hasta que no entiendas que esas cosas no son esenciales, continuarás conectándolas con la astrología.

La astrología puede convertirse en una herramienta en tus manos, solamente si puedes distinguir lo esencial de lo no esencial.

Te contaré una historia muy interesante a fin de que lo puedas entender.

Mahoma tenía un discípulo llamado Alí. Este Alí le preguntó una vez a Mahoma si el ser humano es independiente y libre para hacer lo que él quiere, o si está marcado por su destino en todo lo que hace. Alí preguntó: «¿Puede uno hacer lo que quiere, o no?».

El ser humano se ha estado haciendo esa pregunta por mucho, mucho tiempo…

«Si un hombre no es libre para hacer lo que desea», decía Alí, «entonces es inútil y una tontería predicar para que no robe, para que no diga mentiras, para que no sea deshonesto. O, ¿hace parte del destino que siempre haya un hombre que predique a los demás que no roben o no hagan esto o aquello, sabiendo muy bien que es el destino de un hombre deshonesto seguir siendo deshonesto, el de un asesino seguir siendo un asesino? Todo esto parece absurdo. Si todo está predestinado, toda educación es inútil; entonces todos los profetas, todos los santos, todos los maestros son innecesarios».

La gente ha hecho este tipo de preguntas tanto a Mahavir como a Buda. Si todo lo que va a suceder está predestinado, ¿por qué Mahavir o Buda se han tomado tanto trabajo para explicar lo que es correcto y lo que no lo es? Así que Alí le preguntó a Mahoma qué pensaba sobre este asunto tan controvertido. Si a Mahavir o a Buda se les hubiese hecho una pregunta así, habrían dado una respuesta muy complicada y profunda, pero Mahoma dio una respuesta que Alí pudo comprender. Muchas de las respuestas de Mahoma eran directas y concluyentes.

Normalmente, las respuestas que dan las personas no educadas o poco educadas, la gente simple de pueblo, son directas y francas. Personas como Kabir, Nanak, Mahoma y Jesús fueron simples en este sentido. Las respuestas de personas como Buda, Mahavir y Krishna eran complejas; Buda y Mahavir fueron la crema de una civilización rica y altamente desarrollada. Las palabras de Jesús fueron directas, como una explosión en la cabeza. Kabir cantaba así: » Kabir permanece en el mercado, con un martillo en la mano ¡para golpearte!».

Si alguien se le acercaba, él, por así decirlo, abría su cabeza para sacar toda la basura que había allí.

Mahoma no dio ninguna respuesta metafísica. Le pidió a Alí que alzara una pierna y se mantuviera ahí. Alí acababa de preguntar si el hombre es libre de hacer lo que quiere; ¿Por qué tenía que alzar una pierna? Mahoma le dijo: «Levanta primero una pierna».

El pobre Alí levantó su pierna izquierda y se quedó ahí, parado en una pierna.

Mahoma entonces le pidió: «Ahora levanta también la pierna derecha».

Alí se quedó sorprendido y le preguntó cómo eso era posible. Entonces Mahoma le respondió: «Si hubieras querido habrías levantado primero la pierna derecha, pero ahora no puedes. El hombre siempre es libre para levantar la primera pierna, puede ser la que él quiera; pero tan pronto como la primera se ha alzado, la otra permanece ligada a la tierra».

En lo relacionado con la parte no esencial de la vida, siempre tenemos la libertad de levantar la primera pierna. Pero una vez se hace esto, la parte esencial queda encadenada. Damos pasos que no son esenciales, nos quedamos atrapados, y luego no somos capaces de hacer lo esencial. Así que Mahoma dijo a Alí que él tenía toda la libertad para levantar primero la pierna derecha o la izquierda, pero que una vez había él actuado con esa libertad y levantado su pierna izquierda, sería incapaz de levantar la otra pierna. Así que la libertad está dentro de ciertos límites, pero más allá de esos límites no hay libertad.

Este es un viejo conflicto para la mente humana.

Si un hombre es esclavo de su destino- tal como parece que lo ven los astrólogos- si todo está predestinado y es inevitable, entonces todas las religiones son inútiles. Si el ser humano es libre de hacerlo todo, como dicen los llamados racionalistas, y si nada está predeterminado o es inevitable, entonces la vida se convierte en caos y en anarquía, entonces es posible que un hombre pueda robar y aun así obtener la liberación, que pueda asesinar gente y aun así realizar lo divino. Cuando nada está relacionado, cuando un paso no está relacionado con el otro, entonces no hay leyes y nada es un requisito de nada.

Recuerdo una historia sobre Mulla Nasruddin: Pasaba Mulla frente a una mezquita cuando súbitamente alguien se cayó del minarete de la mezquita a donde había subido para decir sus oraciones. El hombre cayó justo sobre los hombros de Mulla, rompiéndole la columna. Así que tuvieron que llevarlo al hospital para tratamiento.

Algunos de sus discípulos vinieron a verle y, dado que Mulla solía interpretar todos los acontecimientos le preguntaron: «¿Cómo interpretas este evento? ¿Qué significa?».

Mulla contestó: Está muy claro que no hay relación entre un acto y su fruto. Una persona se cae y la columna de otra se rompe. No hay que entrar de ahora en adelante en controversia sobre la doctrina del Karma. Está comprobado que una persona puede caer y la columna de la otra puede romperse. La persona que se cayó era saludable y cariñosa: cayó encima de mí y me quedé destrozado. No había subido todavía al minarete para decir mis oraciones; simplemente estaba

regresando a casa. “No estaba de ninguna manera preocupado por las oraciones, pero aun así me vi involucrado. Así que de ahora en adelante… no más pláticas sobre las doctrinas del Karma. Cualquier cosa puede suceder. No hay ley; todo es anarquía».

Mulla estaba muy infeliz, naturalmente, porque su columna se había roto sin necesidad alguna.

Existen dos hipótesis. Por un lado, está el astrólogo que se encuentra sentado a un lado del camino preguntándose sobre lo no esencial… No importa que sea el astrólogo de un hombre pobre o de Morarji Desai, el ministro de finanzas; todos los astrólogos que tratan con los no-esencial, con preguntas tales como si uno ganará o no las elecciones, son ordinarios. ¿Cómo se relacionan las elecciones con la luna y las estrellas? El astrólogo ordinario que contesta: “Todo está predeterminado y no cambia, ni siquiera un poco” – está haciendo una declaración falsa.

Por otro lado, está el racionalista. Él dice que nada está inevitablemente conectado: lo que sea que pase es coincidencia, circunstancial o un asunto de suerte. No hay ley, todo es anárquico. También está haciendo una declaración falsa.

Existe una ley: Un racionalista nunca parece estar tan lleno de alegría y dicha como un Buda.

El racionalista niega a Dios, al alma y la religión con la ayuda de la lógica, pero nunca puede alcanzar la alegría de Mahavira. Ciertamente Mahavira debe haber hecho algo con lo cual ganó su dicha, Buda debe haber hecho algo que lo liberó, y Krishna debe también haber hecho algo que le hizo posible emitir esas notas tan claramente únicas y mágicas a través de su flauta.

Lo real es lo tercero, que es la quintaesencia de todo, que pertenece a lo más íntimo y que está absolutamente predeterminado. Cuanto más uno se mueve hacia su propio centro, llega uno más cerca a la parte esencial predeterminada. Mientras nos movemos hacia la periferia nos movemos hacia la coincidencia. Cuanto más hablamos acerca de los acontecimientos externos, más coincidencia existe. Cuando hablamos de fenómenos internos, las cosas empiezan a parecer científicas, como si estuvieran basadas en una ley definida; se hacen más y más decisivas.

Entre estas dos condiciones – la esencial y la periférica – existe un amplio espacio para que se den cambios ejercitando la propia libertad de elección. Aquí, alguien con conciencia hará la elección correcta; mientras que una persona que está en la oscuridad de la ignorancia irá a la deriva hacia su destino, aguantando lo que se le cruce en el camino.

Así pues, existen tres áreas en la vida. En el área que es el núcleo esencial, todo está predeterminado. Conocer esto es conocer la esencia de la astrología. En el área que es periférica todo es incierto. Saber esto es conocer el impredecible mundo cotidiano. Existe otra área que se encuentra en el medio. Conociéndola, una persona se puede salvar a sí misma de intentar hacer lo imposible, y puede hacer lo que es posible. Si una persona vive en las áreas periférica y media de tal manera que se empiece a mover hacia el centro, se volverá religiosa. Pero si vive de forma que nunca pueda moverse hacia el centro, su vida seguirá sin ser religiosa.

Por ejemplo: una persona se está preparando para robar. El robar no está predeterminado; no se puede afirmar que robar sea inevitable o ineludible; hay completa libertad entre robar o no hacerlo. Pero una vez que se ha cometido el robo, es como si un pie se ha levantado y el otro permanece en la tierra: después de cometer el acto, no se puede deshacer. Y el efecto total del acto de robar se esparcirá sobre la personalidad de quien lo hizo. Pero mientras el robar no se lleve a cabo, la otra alternativa está presente y disponible.

La mente oscila entre el sí y el no. Si él le dice sí a robar será arrojado hacia la periferia; si le dice no a robar se mueve hacia el centro. Así pues, en el medio, existe una alternativa. Si él hace la elección equivocada es arrojado hacia la periferia; si hace la elección correcta se mueve hacia el centro, hacia esa parte de la astrología que es esencial en la vida.

Te he dicho ciertas cosas acerca de la astrología esencial. Te he dicho que nosotros somos las manos extendidas del sol, que la Tierra nace del sol y nosotros nacemos de la Tierra, que no estamos separados, sino todos unidos. Somos ramas y hojas que han surgido del sol. Cualquier cosa que suceda en el centro del sol, vibrará y se esparcirá por fuera y por dentro del propio ser, a través de cada célula y nervio. Si nosotros podemos entender esto adecuadamente, nos daremos cuenta que somos una familia en este planeta. Entonces no hay necesidad de vivir encajonados dentro del ego y del orgullo.

El aspecto más pesado de la astrología está basado en el ego.

Si la astrología está en lo correcto, el ego está equivocado. Entendámoslo de esta manera: si la astrología está equivocada, entonces nada parece estar en lo correcto más que el ego. Si la astrología está en lo correcto entonces el mundo está bien, y sólo yo como una isla estoy equivocado. Sólo soy una parte infinitesimal e insignificante del mundo; soy tan diminuto que ni siquiera puedo ser tomado en cuenta. Si la astrología está en lo cierto, entonces yo no estoy ahí. Hay un enorme flujo de fuerzas en las cuales yo solamente soy una pequeña ola.

Algunas veces, cuando estamos en la cresta de una gran ola, estamos bajo la ilusión de que nosotros también somos especiales, y nos olvidamos de la gran ola. Esta gran ola está también inmersa en el océano del cual estamos completamente inconscientes. Si el océano desaparece por debajo de ella, la ola desaparecerá y nosotros también desapareceremos. Sin ninguna razón llegamos a sentirnos infelices ante la posibilidad de nuestra desaparición, sólo porque hemos conseguido ser felices a través de nuestra creencia en nuestra propia existencia separada. Si nos hemos dado cuenta de que solamente existe una gran ola y el vasto océano, y de que no lo estamos – que el deseo del océano es que surjamos de él, que es el deseo del océano que muramos…

Si surge una actitud con la cual nos damos cuenta de que somos sólo una fracción del gran diseño de la existencia, entonces no habrá infelicidad.

Y con tal actitud, la así llamada felicidad que queremos disfrutar tampoco estará ahí.

El sentimiento de felicidad sobre tales pensamientos como:” he ganado o he conseguido” ya no estarán más ahí. Tampoco habrá un sentimiento de infelicidad sobre pensamientos como: “estoy muriendo, estoy acabado, me he ahogado, he sido destruido o vencido”.

Y cuando ni la felicidad ni la infelicidad permanecen, entramos al mundo de la realidad – lo esencial – en donde existe la dicha. La astrología entonces se convierte en la puerta a la dicha.

Si vemos a la astrología como la disolución de nuestro orgullo o como la desintegración del ego, entonces la astrología se convierte en religión. Pero nosotros vamos al astrólogo ordinario, y para proteger nuestros egos preguntamos: “¿Tendré una pérdida? ¿Me ganaré la lotería? ¿Tendré éxito en el nuevo negocio que estoy emprendiendo?”.

Estas preguntas son formuladas para salvar nuestros egos, pero el hecho es que la astrología es por completo una oposición al ego. La importancia de la astrología es ésta: tú no eres, pero el universo es; tú no eres, pero el cosmos es. Fuerzas muy poderosas están operando, y tú eres absolutamente insignificante.

Tú solamente puedes ver a la astrología bajo esta luz, si piensas y sientes que eres una parte integral de este gran mundo. Por eso es que te he contado cómo toda la familia solar se encuentra conectada al sol. Si te puedes dar cuenta de esto, también te darás cuenta que nuestro sol está conectado con muchos soles más grandes en el universo.

Los científicos dicen que existen cuatro billones de soles, y que todos nacen de algún sol más grande. Nosotros no tenemos conocimiento sobre dónde puede estar ese sol supremo. No sabemos cómo esta Tierra está rotando sobre su eje y está también girando alrededor del sol, ni tampoco sabemos en dónde está ese centro alrededor del cual nuestro sol con su familia está girando. Un gran carrusel universal está girando.

En los templos hindúes existe un área llamada parikrama que circunda la imagen de la deidad. Esta área es simbólica al hecho de que todo está rotando sobre sí mismo y también girando alrededor de algo más. Luego estos dos juntos giran alrededor de una tercera cosa, y estos tres a su vez giran alrededor de una cuarta, y así sucesivamente, hasta el infinito.

El centro supremo del infinito es nombrado por aquéllos que conocen, como el brahmín, la realidad absoluta. Este centro supremo no está ni rotando ni girando alrededor de algo más. Lo que sea que esté rotando sobre sí mismo girará definitivamente alrededor de algo más, pero eso que ni rota ni gira es lo supremo. También es conocido como el silencio supremo o el vacío. Este es el eje, el pivote alrededor del cual el universo entero se expande y se contrae.

Los hindúes pensaban que, así como un capullo se convierte en una flor y la flor se marchita, de manera similar el universo también se expande y luego se desintegra; que así como existe el día y la noche, el universo también tiene su día y su noche.

Como te dije anteriormente, existen ciclos de once años y ciclos de noventa años. De manera similar, los hindúes pensaban que existen ciclos de billones y trillones de años. Durante tal ciclo un universo nace, pasa por la juventud y envejece; nacen Tierras, lunas y las estrellas se esparcen a través del universo, crecen las poblaciones, y nacen millones de criaturas vivientes.

Esto no sólo está sucediendo en la Tierra; ahora un científico dice que debe haber un mínimo de cincuenta mil planetas en los que hay vida. Puede que haya más, pero éste es el mínimo. En un universo tan infinito es imposible que solamente una Tierra pudiera tener vida. Existen cincuenta mil planetas o Tierras en las que hay vida; es un espacio infinito. Y entonces, todo se contrae de nuevo.

Esta Tierra no estuvo aquí desde el principio, ni durará hasta el final.

Así como yo nací y dejaré de existir, esta Tierra y el sol también dejarán de existir; llegará el tiempo en que estas lunas, estrellas y planetas también dejarán de existir. El círculo de su ser y no ser continúa. Somos sencillamente infinitesimales, rotando y girando en algún lugar de esta rueda cósmica. Y si aún pensamos que estamos separados, entonces somos como Mulla Nasruddin quien estaba viajando en un avión por primera vez…

Mulla Nasruddin entró al avión, y mientras despegaba empezó a caminar por el pasillo del avión. Él quería llegar rápido a su destino y llevaba mucha prisa: naturalmente, si tú quieres llegar rápido a algún lugar llegarás ahí más pronto ¡si caminas más rápido!

Los otros pasajeros lo detuvieron y le preguntaron qué estaba haciendo.

Mulla Nasruddin les contestó que tenía prisa.

Él viajaba en avión por primera vez y estaba usando la misma lógica que funcionaba estando en tierra. Ahí, él siempre llegaba más rápidamente cuando caminaba más de prisa. Él no se daba cuenta que caminar en el avión era inútil; el mismo avión estaba volando, y él sólo conseguía agotarse al caminar. El no llegaría más temprano, y es posible que al llegar estaría tan cansado que no podría mantenerse en pie. El debería descansar, debería cerrar sus ojos y descansar. Pero ni Mulla ni cualquier otro pundit estaría de acuerdo con tal consejo.

Yo llamo religioso a quien está en reposo dentro de este movimiento circular cósmico del universo. Alguien que sabe que las fuerzas del universo están trabajando y que no hay prisa, que su prisa no tiene caso, es religioso. Si simplemente podemos ser uno con la armonía universal, eso es suficiente y es maravilloso.

Te he dicho algunas cosas sobre la astrología; si tú entiendes estas cosas, entonces la astrología puede convertirse en una puerta al logro espiritual.

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