Por José Raúl Rodríguez Rangel
Armando de Armas, el destacado intelectual cubano, ha logrado eclipsar con su ingeniosa claridad la popular teoría del Choque de Civilizaciones de Samuel Huntington en su valioso ensayo El Regreso de los Imperios. La tesis de Huntington sobre el poder civilizatorio no es relevante en la actualidad, ya que la realidad geopolítica actual, que se intensificó en 2014 con la acción rusa en Crimea y los conflictos chinos en Macao y Hong Kong, está en línea con la idea de que los imperios están regresando.
De Armas ha acertado, en su tesis, que llena la realidad de una «realidad radical», entendida como una realidad que no puede ser reducida a otra realidad. Esta realidad ha regresado a su entorno de la Paz de Westfalia y el Congreso de Viena, dos capítulos históricos que permitieron la estabilización de las fronteras monárquicas, en respuesta al avance de la aritmética en los burgos electorales.
Sin embargo, ¿por qué la tesis de Armando de Armas, que ha sido demostrada en la actualidad, no ha ganado terreno frente al «Choque de Civilizaciones» de Huntington? El factor a tener en cuenta es la avanzada del comunismo global y su infiltración en Occidente a través de la Agenda 2030, el pensamiento Woke, la desaceleración de la sociedad civil después de los embates de los grupos de poder vinculados a Soros y los clanes demócratas estadounidenses, o los novicios sínodos vaticanos.
En medio de este panorama inmenso, sabemos que en algún momento Ucrania será abandonada frente a los Imperios, pero creemos que el comunismo ha sido corregido en el cosmos en medio de este estrago y en aras de la Tradición.