Agresión a un hispanista. Connotaciones del caso Gullo

Por Carlos M. Estefanía

Acompañada de una foto suya en lamentable estado[i], el pensador argentino Marcelo Gullo, ha publicado la siguiente nota en su sitio de Twitter:

“Estimados amigos, me cuesta mucho escribir. El martes 7 me asaltaron brutalmente. Estoy todo golpeado y lastimado, la muñeca quebrada, fracturada la mano izquierda, rodillas golpeadas, moretones y cortes en la cara. La cabeza golpeada, dolores en todo el cuerpo.”

¿Delito común o político?

Comentando el hecho, Eduardo Barrero, del periódico El Debate, ha escrito lo siguiente:

“¿Fue agredido a conciencia o solo fue acechado por unos simples delincuentes? Una vez cumplido el objetivo de robar, los ladrones simplemente suelen desaparecer. Pero en este caso, los vándalos se ensañaron con su víctima de una manera obsesiva y extremadamente violenta.”[ii]

Comentando lo ocurrido,  en una emisión  directa de YouTube, el también “hispanicista” Patricio Lons y el docente Fernando Romero, ambos argentinos, quisieron ver en el hecho un acto de delito común: una simple consecuencia más del nivel general de degradación de la seguridad ciudadana en que vive su país[iii]

Quizás tengan razón, quizás lo que intenten impedir que cunda el pánico dentro de las propias huestes restándole hierro a la naturaleza terrorista del acto o, quizás, como aquellos venezolanos que nunca creyeron ver a Cuba clonada en su patria, no estén los dos argentinos en condiciones de ver lo que ya se le viene encima a su república.

Hablando francamente, la agresión tiene indicios de ser algo más que una simple gamberrada. Se parece a la acción de las turbas que, en la Cuba del 1980, el gobierno azuzó contra los ciudadanos en desacuerdo con el sistema imperante. Eran personas pacíficas que, aprovechando la llamada crisis de la Embajada del Perú[iv], decidieron abandonar la isla y terminaron siendo agredidas en masa, brutalmente, al estilo de lo acontecido con Gullo. En ocasiones los resultados fueron fatales[v].  A propósito, vale la pena recordar aquí que Gullo ha criticado al régimen cubano -gran amigo del de su país-, entre otras cosas, por convertirse en uno de los principales difusores en el continente de la leyenda negra contra la hispanidad.

Este asalto no deja de traer a la memoria otra experiencia: la del socialismo del siglo XXI, en Venezuela. Concretamente el modo violento  en que han operado, contra la oposición, los eufemísticamente llamados “colectivos de paz”[vi]. Se trata de grupos paramilitares fomentados por el extinto Hugo Chávez al calor de la denominada “revolución” bolivariana y cuyas tropelías fueron continuadas bajo el Madurato.[vii] Es verdad que algunas de esas partidas cayeron en desgracia. Fue el resultado de las luchas intestinas dentro del bolivarianismo, no consecuencia de un rechazo a la violencia por parte del postchavismo.

El pecado original de Marcelo Gullo.

Sigo desde hace tiempo la obra textual y hablada de Gullo, sobre la cual ya he escrito[viii]. Aun cuando no coincida del todo con él, le considero una de las mentes más lúcida de lo que he dado en llamar movimiento “hispanicista”. Se trata de un neologismo de creación propia que utilizo para diferenciar a los participantes de esta tendencia de los que se abarcan tradicionalmente con el concepto de hispanista.  El segundo término es más bien referido al mundo académico, que para denominar a la reivindicadora de la unidad hispánica, aunque muchos estos lo adoptan para identificarse a sí mismos. De cualquier modo, reconozco la fuerza de muchas de las ideas que se enarbolan en los foros de este movimiento y el peligro que ellas significan para el establecimiento mundial. Un orden global de las cual ciertas derechas, como buena parte de las llamadas izquierdas, particularmente las Iberoamericanas, constituyen auténticos baluartes. Guardias pretorianas dispuestas a valerse de cualquier recurso, incluida la agresión física, para acallar la voz disidente.

Con tales objetivos he visto a representantes de la “progresía” hispanohablante emigrada a Suecia echar mano a la violencia para silenciar a quien habla en su contra. Esto sin que la policía local, incluso avisada, hiciese algo para frenarla o castigarla. Después preguntémonos por qué el país escandinavo, tras décadas de “inxiliar” “revolucionarios” (calificados en sus países de origen como terroristas), haya terminado convertido en el paraíso de las pandillas armadas. Pero esta ya es otra historia.

Qué no podrá suceder en esa Argentina dominada desde hace años por el pseudo justicialismo que representa el partido en el poder. Se trata de una organización política cuyo presidente, es Alberto Fernández y la vicepresidente; Cristina Álvarez. El Partido Justicialista de estos días se presenta como un presunto continuador del Partido Único de la Revolución y luego Partido Peronista, fundado por Juan Domingo Perón en 1946.  Sin embargo, al tomar el pulso de su política interna y externa, bien podría cuestionarse, no solo su adecuación al concepto original de justicia social enarbolado por Perón, sino ante todo su posición de independencia nacional, bandera agitada por el viejo peronismo.  Son dimensiones, que han sido profundamente estudiadas por Gullo. Así, el investigador sudamericano, ha extraído de esa experiencia histórica argentina, a pesar de sus fallas congénitas, lecciones de gran utilidad para el resto de los países pertenecientes a la iberofonía, mostrando de paso las inconsecuencias del actual peronismo en el poder.

El “justicialismo” de hoy se asocia a los peores gobiernos del hemisferio. Un régimen, que luego de ser el responsable del establecimiento de una de las versiones más autoritarias, ruinosas y asfixiantes del disciplinamiento social pandemista, ahora parece incapaz de controlar ni la delincuencia común ni la política asociada a grupos indigenistas. Esos cuya ideología fabricada por encargo desde el extranjero también ha sido criticada por nuestro Marcelo.

 Es casi lo mismo que pasa, en la vecina Perú. Allí, las mismas autoridades que establecieron un disciplinamiento implacable con la justificación del COVID-19, abusando sin compasión de los que por necesidad rompían el confinamiento, ahora se muestran incapaces de poner coto al vandalismo de los seguidores del expresidente golpista Pedro Castillo. Eso sí, mientras tanto, los responsables del orden van creando mártires entre los revoltosos. Algo que solo sirve para hacer quedar mal al gobierno nacido del parlamento tras la huida de Castillo.

Así las sociedades civiles herederas de los ricos territorios que alguna vez pertenecieran al antiguo Virreinato del Perú, vivencian una doble impotencia. Ayer frente a la suerte de totalitarismo sanitario que se les impuso desde arriba y por órdenes de afuera. Hoy frente a la delincuencia que, en teoría, emerge espontáneamente desde abajo.

En el caso argentino, ya se habla del país como una segunda Venezuela[ix]. En lo económico sobran las evidencias sobre tan oscuro futuro. En lo represivo faltaban señales más contundentes. Muy probablemente la agresión a Gullo sea uno de los primeros síntomas evidentes del contagio.

De todos los pecados intelectuales cometidos por el hispanicista, el más grave es el de haber acusado a los Fernández, el dueto que desgobiernan a su país, como al resto de sus aliados continentales, de ser los mejores instrumentos de los imperialismos que dicen combatir. Conociendo las malas pulgas que se gastan estos mandatarios, tales declaraciones públicas equivalen a pedir a gritos la paliza que, literalmente, recibiría el docto ciclista mientras recorría las calles de Rosario. Veamos si una investigación seria por parte de la policía local invalida tales motivos.

Mientras tanto, reciba Marcelo Gullo desde aquí la solidaridad que merece todo intelectual que se atreve a decir lo que piensa, aunque vaya contra la corriente y se exponga a pagar un alto precio. Esa es la actitud que, de manera ejemplar, tan bien representa este profesor argentino, agredido inesperadamente mientras paseaba por su bella ciudad, este fatídico 7 febrero del 2023.

Referencias:


[i] https://twitter.com/marcelogullo/status/1625128594333728771/photo/1

[ii] Eduardo Barrero, “El brutal atentado contra el escritor Marcelo Gullo: un intento fallido para silenciarle.” https://www.eldebate.com/internacional/20230215/intento-fallido-silenciar-marcelo-gullo_93996.html#utm_source=rrss-comp&utm_medium=em&utm_campaign=fixed-btn

[iii] Indignante ataque a Marcelo Grullo. Solidaridad de sus amigos. https://www.youtube.com/live/Lm4GfpxosxY?feature=share

[iv] Jesús Hernandez, 4 de abril de 2020, “A 40 años del asalto necesario a la Embajada de Perú en La Habana”. https://www.diariolasamericas.com/america-latina/a-40-anos-del-asalto-necesario-la-embajada-peru-la-habana-n4196360

[v] ¡ENTÉRESE! 🔥🇨🇺 El G2 cubano lo hizo en 1980 y todo parece indicar que lo quiere repetir el #15N https://youtu.be/s_Nu9gLDNlQ

[vi] Venezuela: ¿colectivos de paz son realmente peligrosas guerrillas? – Testigo Directo HD. https://youtu.be/3tNa4cwC6fs

[vii] Venezuela: cómo funcionan los «colectivos» | Journal. https://youtu.be/yiEmjWqS5wI

[viii] Carlos M. Estefanía, “ Hispanicistas. El caso del profesor Marcelo Gullo” https://cubanuestra1.wordpress.com/2022/05/17/hispanicistas-el-caso-del-profesor-marcelo-gullo/

[ix]  “ARGENTINA COMO VENEZUELA Y CUBA: CORTES DE LUZ, INFLACIÓN DESCONTROLADA Y DESTRUCCIÓN ECONÓMICA”.  https://www.youtube.com/watch?v=8z_CkW4TweE&t=157s

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