La libertad

Por: Roberto Gómez

La libertad no es tangible, no se alcanza; es ambigua e inmerecida. Lo único cierto del intento a ser libre es precisamente el constante intento. La pretensión de lucha es, inequívocamente, una de las herramientas más útil para el opresor. El simulacro, aún involuntario, es solo un cinismo extendido y consecuente de toda la pobreza humana derivada de la manipulación de las masas. Es un negocio, solo eso. Nunca seremos libres, no habrá entrada triunfante ni desfile espontáneo.

Quizás ya esté comprando su traje nuestro próximo líder, quizás recurra al mismo sastre que ahora viste la dictadura. ¿Pesimismo? ¡No! Solo he visto la capacidad criminal de quienes ahora muchos pretenden vencer con estribillos e infantiles acciones. En muchos casos, también he comprobado, qué quienes disiden del totalitarismo cubano, fueron antes militantes en sus filas. La revolución fue nefasta y absolutista desde el mismo principio, tu desilusión personal no te atribuye halo heroico ni dominio sobre quienes aún sueñan con la posibilidad de liberadores héroes descamisados. Yo quiero que mueran todos, que no quede vestigio ni eco de estas últimas seis décadas.

Yo no clamo por el perdón nacional ni por cambios semánticos o, la reconstrucción postergada de lo que hubiésemos podido ser con los mismos autores de nuestra desgracia… Sueño imposible el mío, lo sé. Estoy resignado: hace unos años acepté la participación pasiva como espectador en los últimos palcos en esta repetida obra teatral, más no han de obligarme a incluir mi nombre en los créditos. ¡Nadie ha de corromper mi intento!

Total Page Visits: 433 - Today Page Visits: 1