Por Pedro Chávez
Contra Lezama Lima: «El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraíso en un lugar de tortura».
Contra José Martí: «Para usted que ya no la tiene, la libertad es todo. Para nosotros que sí, es meramente una ilusión».
Contra Enrique José Varona: «Nuestros rencores derivan del hecho que, permaneciendo por debajo de nosotros mismos, no hemos sido capaces de alcanzar la meta. Esto nunca se lo perdonamos a los demás».
Contra Guillermo Rosales: «Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera. Sin la idea del suicidio, si no fuera por la posibilidad del suicidio, ya me habría matado».
Contra Medardo Vitier: «No creo haber perdido una sola ocasión de estar triste. Mi vocación de hombre».
Contra Virgilio Piñeira: «Vago a través de los días como una puta en un mundo sin aceras».
Contra Gastón Baquero: «Podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero deberíamos estarlo mucho más de lo que no hemos hecho. Ese orgullo está por inventar».
Contra Leonardo Padura: «Cuanto más leo a los pesimistas, más amo la vida.
Contra Delfín Prats: «Existe en la estupidez una gravedad que, mejor orientada, podría multiplicar el número de obras maestras».
Contra Dulce María Loynaz: «El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad».
Contra Gustavo Pittaluga: «Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino».
Contra Félix Pita Rodríguez: «El creador que desea volverse transparente para sí mismo, deja de crear: conocerse es sofocar los propios dones y el propio demonio».
Contra Cintio Vitier: «No se pueden evitar los defectos de los hombres sin renunciar al mismo tiempo a sus virtudes».
Contra Alberto Lamar: «Nuestro rencor procede del hecho de haber sido inferiores a nuestras posibilidades y no haber podido alcanzarnos a nosotros mismos. Y eso nunca se lo perdonaremos a los demás».
Contra Joel James: «El miedo es la muerte en cualquier instante».
Contra Guillermo Cabrera Infante: «No contento con los sufrimientos reales, el ansioso se impone los imaginarios».
Contra Fernando Lles: «En el pesimista coinciden una bondad ineficaz y una maldad no saciada».
Contra Lorenzo García Vega: «Cuando se desee no olvidar a alguien, pensar en esa persona continuamente, apegarse a ella para siempre, es necesario esforzarse en no amarlo, sino en odiarlo».
Contra Lino Novás Calvo: «Si la libertad es, como se ha dicho, sólo una sensación, ¿qué diferencia hay entre el ser y el creerse libre? Se puede ser libre dentro de las propias prisiones».
Contra Eliseo Diego: «Todo problema profana un misterio; a su vez, todo problema es profanado por la solución».
Contra Antón Arrufat: «Cuando se ha salido del círculo de errores y de ilusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar».
Contra Heberto Padilla: «Nunca estoy a gusto en lo inmediato, sólo me seduce lo que me precede, lo que me aleja de aquí, los innúmeros instantes en que yo no fui: lo no nato, en suma».
Contra Miguel Barnet: «Sueñas con incendiar el universo y ni siquiera has logrado comunicar tu fuego a las palabras, ni siquiera has conseguido encender una sola…»
Contra Carlos Victoria: «Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo es matarme en su turno a mí, qué cómodo se encuentra uno entre asesinos».
Contra Reinaldo Arenas: «Regla de oro: dejar una imagen incompleta de sí mismo».
Contra José koser: «Si no poseo el gusto del misterio es porque todo me parece inexplicable o, mejor dicho, porque lo inexplicable es mi único sustento y estoy harto de él».
Contra José Soler Puig: «Los dolores imaginarios son, con mucho, los más, reales ya que se les necesita constantemente y se inventan porque no es posible prescindir de ellos, de la música, todo, incluso la soledad y el éxtasis, es mentira. Ella es justamente ambos, pero mejorados».
Contra Alejo Carpentiier: “No tengo nacionalidad… el mejor estatus posible para un intelectual” .